Los profesores de la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial (UNGE), presentan un perfil muy inferior, uno de los signos más evidentes de que se vea así, son los criterios de acceso como profesor en dicha universidad, los titulados y sus éxitos laborales. Si en una universidad lo forman como profesores los diplomados de FP, licenciados y doctores de dudosa credibilidad y procedencia, tiene la probabilidad ciento por uno de que sea una panacea. Y eso es lo que es la UNGE, una panacea. Esta afirmación se desprende de las palabras de un intelectual guineano, que ha reconocido, hace bien poco, que los que han estudiado derecho en la Universidad de Guinea Ecuatorial en un país y en una universidad sin derecho, son auténticos incapacitados, lo cual es signo de aplauso ya que así demuestra tener despiertos los sistemas de percepción y alerta para contar esta magra de legión de analfabetos impertinentes que salen cada año en las aulas de la UNGE.
Sabemos que Guinea Ecuatorial no tiene un sistema educativo, lo que existe es un collage de trazos de sistemas de otros países, que se aplican a nuestros hijos y que por si solo cae por su inutilidad. Hoy en día proliferan un tipo de funcionario y trabajador egresado de la UNGE muy soberbio, inculto y desmotivado que precisa un reciclado. ¿Podrá evitar este síndrome para generaciones posteriores? Claro que sí, pero habrá que fumigar esta prole de diplomados, licenciados y doctores sin más mérito que el clientelismo despótico. Haría bien la Universidad de Guinea en replantear su programación educativa, eliminar mediocres en sus órganos decisorio y devolver el criterio a los que entienden de la educación para no seguir desbaratando la formación de nuestros hijos a estos niveles tan preocupantes de ineptitud.
Uno de estos trazos para el collage que está haciendo mucho daño a nuestros estudiantes, es lo que denomina el “plan Bolonia” un proyecto de adaptación y unificación de criterios educativos en los centros EUROPEOS, que tiene su base en una Europa Unida para medir los parámetros educativos de los europeos; se ha traslado a Guinea Ecuatorial en un país de negros del África ecuatorial. ¿Para qué? Para nada, para seguir vapuleando el país exhibiendo apariencias de hacer algo, mientras los dineros del erario público transitan por la veredas de la corrupción familiar.
El plan Bolonia, el de verdad, el de los europeos que hacen su política de integración regional, tiene lo que tiene; divide la enseñanza superior en tres niveles, El grado (4 años, 240 créditos), sustituye a las diplomaturas y licenciaturas; el Master es la especialización en un ámbito concreto o multidisciplinar puede ser de un año (60 créditos) o dos años (120 créditos), y ahora se accede al doctorado con un máster específico.
El “plan Bolonia” Europeo y no el guineano, cambia también el computo de los créditos (un crédito mide las horas de clase), y un crédito antiguo correspondía a 10 horas de clase, y sólo se medían las horas exclusivas del aula. Los Erupean credit Transfer System (ETCS), son los nuevos créditos que regulan los estudios en el “plan Bolonia” y se diferencian de los anteriores en que, no sólo se miden las horas del aula, sino también bareman el trabajo del alumno fuera de ella; un ETCS equivale entre 25 y 30 horas de estudio. Esta idea de unos estudios comunes se adecuan a las políticas de becas y trabajos en la siempre Unión Europea, para la mayor facilidad y competencia en igualdad por los centros superiores del Continente Europeo y su posterior acceso al mundo laboral. Existen carreras como medicina y arquitectura que sus contenidos son regulados expresamente por la directiva europea. ¿Estos panafricanistas que expulsan a sus países a los hermanos de origen africano por vía de violencia y expropiación, son capaces de urdir una educación que abre caminos de comunicación e intercambio de saber con otros países? Me temo que no, visto lo visto.
En lo que se refiere a los alumnos del “plan Bolonia” Europeo, pasa de ser de un agente pasivo a uno activo, la educación pasa de centrarse en los métodos del profesor a centrarse completamente en el aprendizaje del alumno. El alumno ha de tomar sus propias decisiones y responsabilidad respecto a lo que aprende, ya sea para elegir un itinerario o una especialización, ya sea para el aprendizaje propio. Este método requiere un gran esfuerzo del alumno: deberes, asistencia a clase, participación y todo requiere una minuciosa evaluación en todos los aspectos por el profesor y el propio alumno, en teoría ya no se juega todo en el examen. El profesor a su vez es un guía mediador que prolonga la sombra del estudiante, observa la evaluación continua, realizando las tutorías académicas, motiva al alumnos le orienta en su formación, organiza talleres, sesiones de laboratorios, seminarios y el fomento del trabajo conjunto. Entre los profesores debe haber comunicación y desarrollo de los planes entre ellos. No parece que estos requisitos se están dando en nuestra universidad, ni que haya posibilidad de que se pueda realizar en un futuro inmediato.
Está política educativa como lo hemos subrayado antes, se va vertebrando a través de las Becas Erasmus, con ellas, los alumnos tienen la oportunidad de cursar unos meses hasta un curso completo en algún centro europeo en otro país o en el mismo en el que su universidad tenga suscrito un acuerdo de intercambio, no sólo las becas de Erasmus existen para este cometido, también lo son los Mundus sobre los máster o doctorados. ¿Con qué universidades la UNGE ha suscritos acuerdos de intercambio educativo?, Ninguno, ni en África, ni en Europa, sabemos que la universidad de Alcalá de Henares sirve de tutela de implantación, no más. Bolonia cubre también los títulos conocidos como (SET) Suplemteno Europeo al Título, que facilita también las posibilidades de trabajo en cualquier país de la Unión, no seremos tan ingenuos de pensar que un egresado de la UNGE pueda opositar en el mercado europeo, ni mucho menos de la región. Otro aspecto importante a señalar son los planes de estudios con sus correspondientes criterios de medición de la calidad. He sabido a través de un amigo que en la UNGE cada profesor imparte lo que le viene en gana, sin ningún tipo de auditoria interna.
El “plan Bolonia” no siempre ha sido aceptado en Europa, de hecho, existen universidades, la mayoría eclesiales, que la rechazan. Pero no sólo las instituciones universitarias rechazan este plan, también los propios alumnos y profesores por las implicaciones económicas(la especialización cuesta 2000 euros por curso), una financiación mixta (mezcla de fondos privados y públicos), el sistema de créditos introducidos equivale a un horario laboral y eso impide a que un alumnos pueda estudiar y trabajar, cosa que ha existido desde siempre; el plan Bolonia discrimina a los estudiantes que provienen de familias pobres violando así uno de los sagrados principio de la educación: la Inclusión. Los críticos señalan también que las becas se convierten en préstamos bancarios a devolver con intereses y el título de grado se equipara al título de Formación Profesional (FP) para obtener trabajadores precarios; las carreras están basadas en criterio de rentabilidad que evalúa la agencia de evaluación de calidad y acreditación (ANECA), lo que implica la marginación de las carreras menos técnicas. En resumen, se mercantiliza la universidad. La universidad deja de ser un centro de saber a convertirse en un mercado, como casi toda Europa del siglo XXI.
Si la universidad de Guinea Ecuatorial, es una universidad que no tiene luz, ni tiene agua, ni computadoras, ni internet, ni pupitres, ni tiene libros, ni un servicio de reprografía, que el 99’9% de sus inquilinos provienen de familias pobres que baten su existencia entre un euro y medio al día, que la mayoría de los profesores que imparten las clases allí son alumnos de Ciclos Formativos de Grado Superior salidos de Ghana y Camerún, que no hay un plan de estudios, el dinero destinado a su gestión se va en los bolsillos de sus directivos, cabe esperar que ni el plan Bolonia, ni el milagro de San José puedan urdir una formación cualificada en esta universidad.
El Plan Bolonia exige que el volumen de trabajo recaiga en la responsabilidad del alumno, fue pensado para el alumno de Europa con una computadora portátil en la mano una bombilla de luz en el escritorio que regula y calibra los contrastes para un optimo estudio y nunca fue pensado por un alumno que pasa toda la noche tostando panes en una tahona para poder asistir a clase y pagar sus estudios, que pasa los 365 días en la oscuridad amasado por una jaíma de mosquitos. Pero allí están estos que, no sólo roban a su pueblo, sino que lo condenan a ser un pueblo inculto y mentiroso. El plan Bolonia no tiene ningún sentido en Guinea Ecuatorial.
Fuente: Agencias
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