En la historia de la humanidad, en muchas naciones, siempre ha habido momentos de bonanza y otros de hambruna. Algunas naciones han sabido aprovechar, a lo máximo, sus épocas de bonanzas para el bien de las épocas de hambruna.  Si nos acudimos a la Santa Biblia ((Gén. XXXVII: 36; XXXIX: 1-9), nos encontraremos  una historia interesante que tuvo lugar  en la nación egipcia de los Faraones, en la que hubo unos siete años de buena cosecha. Y gracias a un tal José, el mayordomo de la casa del Faraón, los siete años de buena cosecha fueron aprovechados, a base de una buena administración  de la cosecha obtenida, para los siete siguientes años previstos  de hambruna. En realidad, por una buena administración, los 7 años previstos para la hambruna no llegaron.

En Malabo (Guinea Ecuatorial), 10 de abril del año en curso, el gobierno de Guinea Ecuatorial, por desajuste económico provocado por la brutal bajada del precio de petróleo, ha sido remodelado.  Con bajada de ingresos del petróleo, y la caída libre de la economía del país, era imposible sostener un gobierno que cuenta con un total de 43 ministros, 19 vice-ministros y 24 secretarios de estado y vice-ministros. Era necesario para evitar el déficit presupuestario.

El sistema dictatorial liderado por el sanguinario Obiang Nguema Mbasogo, se ha dedicado en derrochar los ingresos procedentes del petróleo en comprar mansiones en Europa y USA, y  repartir entre sus innumerables miembros de sus sucesivos gobiernos durante el bum de petróleo y familiares más próximos. Toda esa mala gestión y falta de voluntad de saber administrar los bienes del estado, ya está pasando factura.

El sanguinario Obiang Nguema Mbasogo, no ha sido capaz de imitar el ejemplo arriba mencionado, en el que el pueblo de Egipto, gobernado por un faraón,  supo aprovechar sus siete años de buena cosecha para cubrir los siete años siguientes previstos de hambruna. Guinea Ecuatorial empezó a explotar su petróleo desde los primeros años de los 90, el dinero obtenido de dichas extracciones petrolíferas ha sido considerado, aparte de mal gestionado, como si fuera un patrimonio familiar del sanguinario. No se ha preocupado en invertir en sectores como la educación, la sanidad, la agricultura y ganadería. Guinea Ecuatorial, teniendo unas de las tierras más fértiles del mundo, a día de hoy, sigue dependiendo de la plantación de Camerún. Se acaba el petróleo y el país se queda sin una buena infraestructura sanitaria, sin agua potable, sin electricidad en todos los hogares, etc.

Antes del inicio de la explotación del petróleo  en  Guinea Ecuatorial, la mayor parte de la población del país vivía en los pueblos, un factor que beneficiaba a las ciudades porque los de los pueblos, con su agricultura tradicional, podían abastecer a las ciudades. Gracias al inicio de la explotación de petróleo, casi toda la población del país en los pueblos, se trasladó  a las ciudades pensando que iban a encontrar algo mejor que en sus pueblos. El problema fue, que al llegar a las ciudades, encontraron con un equipo gubernamental incapaz de entender su cometido como gobierno. En síntesis, el petróleo ha sido una desgracia para nuestro país.

Texto redactado por Luis Esono Eyoma Ona