EL COMPROMISO

publicado por: REDACCION guinea.net el 11/10/2015 17:19:27 CET

Estas cosas tan elementales, a veces, no se comprenden. Por esta razón, los demócratas occidentales suelen caer en la cómoda postura de decirnos que los africanos no podemos entender la democracia, es decir, entre otras cosas, el poder del Pueblo, por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo, porque, dicen, los africanos "tenemos nuestras costumbres". Al parecer, según esto, ni los tirios ni los troyanos, ni los griegos ni los romanos tenían " sus costumbres", por eso entendieron y se identificaron plenamente con la democracia.

Con independencia de lo que aprendí de mi madre, a ser siempre digno, a no dar a entender a nadie que es el que te cuida el cerebro, a ser libre, a ser responsable con uno mismo y con los suyos, a no mendigar ni esperar de nadie lo que uno mismo puede conseguir con su esfuerzo, a no confundir la sencillez con la simpleza, a no creerte menos que los demás, a no confundir el orgullo con la vulgar jactancia, estoy en la lucha política desde los quince años de edad. De la mano de hombres como el Rvdo. Padre Alberto Ndong. Es decir, desde que tomé consciencia de la arbitrariedad del sistema colonial, cuando nos inculcaba una serie de limitaciones, por el simple hecho de ser negros. Mejor dicho, ser colonizados.

Según esto, si, a mis setenta abriles, aún me estiro para alzarme frente a la arbitrariedad de Obiang y su familia, no es por el poder ni la gloria, sino por dignidad. Me niego a ser humillado por tiranos.
Obiang y su familia me han privado del placer y derecho a crecer y desarrollarme entre los míos, ayudándoles a hacer más llevaderas sus vidas, como ellos me ayudaron a llegar.

Quiero proclamarlo aquí y ahora: si he llegado a licenciarme, si he pisado las aulas universitarias, si he pasado por la universidad y ésta ha entrado y dejado algo en mí, es porque, la extensa familia fang-beti, mi extensa familia, desde que el niño apuntó cierta inteligencia y amor a los libros, se prestó a apoyar y empujar al niño para que llegara a la meta. Cada vez que llegaba a casa con las brillantes notas de haber superado un curso de bachiller, la familia --incluso los que no sabían lo que era un aprobado-- organizaban la fiesta.

Mi primo Nsue Micha, el más viejo, me repetía, hasta la saciedad, "te ayudamos, para que tú también ayudes a éstos", y señalaba a la chiquillería que gateaba en el suelo.
Pues bien, por culpa de Obiang y su familia, no he podido cumplir esta misión vital, al no permitirme ser alguien entre los míos. Tengo sobrinos nietos y bisnietos que no conozco, gracias a Obiang y su familia de facinerosos, que me impiden regresar a mí tierra, a envejecer entre los míos, comiendo las verduras preparadas por mis nueras, tal como manda la tradición.

Concluyendo: me gustaría decirle a quien me quiera escuchar que, mi lucha, mi oposición a Obiang y su corte de delincuentes, en definitiva, la lucha de los demócratas guineanos es por alcanzar los valores universales: queremos vivir en democracia, queremos buenas viviendas, con agua corriente y luz eléctrica, queremos una buena sanidad, una buena educación y formacion, queremos tener la mejor universidad del mundo, queremos vivir sin odios ni rencores ni complejos, querenos ser ciudadanos, con nuestras etnias y tribus, pero ciudadanos de un estado de derecho, construyendo una nación de naciones, con el diálogo permanente y el respeto mutuo.

Por lo que, al entenderlos como valores universales, los demócratas guineanos y guineanas demandamos de los demócratas occidentales su pleno apoyo a nuestra lucha, sin retóricas ni indiferencias. Su neutralidad no es otra cosa que su pleno apoyo al sistema criminal de Obiang y su familia.

Occidente tiene la responsabilidad histórica de extender por mundo africano los valores universales de la democracia, igual que extendió el cristianismo.
La democracia no es un valor racial, como defienden ciertos tarados, cuya mente quedó aparcada junto a los trogloditas. La democracia, el bienestar, la cultura, la libertad y la dignidad son valores universales, inherentes a todo ser humano. Si no se entiende así, la humanidad seguirá siendo esclava de sí misma.

Invitamos a las potencias occidentales y sus engendros, las multinacionales, a aparcar durante unos minutos sus legítimos intereses en Guinea, para ayudar a los demócratas guineanos a acabar con la Dictadura de Obiang y su familia, parando la producción petrolera, cortando todo entendimiento con el Régimen guineano, bloqueando sus cuentas, negando a los miembros del gobierno de Obiang la posibilidad de viajar a Occidente, hasta que Obiang no dimita y convoque unas elecciones libres.
Sólo serán unos segundos, que valen la libertad de un Pueblo.

El Pueblo de Guinea Ecuatorial no puede más. ¡SON CUARENTA Y SIETE AÑOS DE DICTADURA!

Fuente: Francisco Ela Abeme

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos

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