Con Obiang vivo o muerto, seguimos muy mal en Guinea

El juicio de Paris, entre finales del mes de junio y comienzos de julio de 2017, marcó un antes y un después de la historia de la dictadura guineana. Los partidos y coaliciones agrupados en la asociación CORED, estuvimos presentes en el juicio y nuestro abogado participó activamente en la petición de las penas contra Teodorín, junto con el fiscal y la ONG Transparencia Internacional. Para nosotros, lo más importante es que se viera que el pueblo guineano, a pesar de la feroz dictadura en la que se encuentra inmersa, sigue disponiendo de organizaciones que hacen valer sus derechos en el escenario internacional, dada la inoperatividad de la justicia guineana. Las organizaciones guineanas presentes en Paris comparten unas ideas y un optimismo, conformando así el llamado espíritu de Paris. Gracias al juicio de Paris ha quedado claro por primera vez que los crímenes que se cometen en Guinea ya no se hacen en la impunidad y los recursos públicos deben ser gestionados desde ahora como tales y no como patrimonio de una banda de criminales.

A pesar de las mentiras continuas de la dictadura negando lo evidente, algo que ya es normal, el juicio tuvo lugar como se habia previsto. Con la ausencia del inculpado.

Justo el día en que comenzó el juicio, lunes 19 de junio, al avión de Air France que hace la ruta Paris Malabo via Duala, le fue negado el aterrizaje en Malabo, sin ninguna razón, sólo por la arbitrariedad de algún descerebrado del régimen. Esto puede costarnos la denuncia de Air france por violación del Derecho Internacional y de los acuerdos firmados por el Estado guineano con la compañía francesa. Y si la denuncia tuviera éxito y Air France pidiera millones por la pérdida ocasionada, los descerebrados que malgobiernan volverían a decir que Francia pretende derrocarles.

Lo que se ha dado en llamar el espíritu de Paris, continua animando las acciones del grupo de organizaciones y personas hacia la convergencia de acciones favorables al cambio democrático en Guinea Ecuatorial, por la via no violenta. Sin duda el futuro cercano nos mostrará el alcance de este espíritu de colaboración de la oposición guineana agrupada en la asociación o plataforma CORED.

Mientras tanto el regimen sigue enfrascado en acciones ruidosas y ruinosas, como las anunciadas elecciones generales y municipales, que no vislumbran ningún cambio ni en los modos de hacer las cosas de la dictadura ni en la grave crisis política y económica creada por el propio sistema. Las elecciones sobran en estos momentos en que deberia abordarse antes la resolución de la crisis política y económica. La salida de Obiang es urgente y necesaria antes que cualquier otro tema. Con su salida y con la democracia resolveremos al unísono las dos crisis.

La crisis política es la incertidumbre que planea sobre el futuro político de Guinea. La nueva constitución impuesta por el dictador establece que tras su muerte, dimisión o incapacidad, el vicepresidente, su hijo, toma juramento como presidente en menos de 24 horas sin esperar aprobación ni placet de ninguna parte, asumiendo un mandato que finaliza a la expiracion del mandato del presidente que ha sustituido. La situación del dictador, agobiado por problemas económicos y de salud, hace que su recambio sea algo muy cercano en el universo de probabilidades y ese escenario nos coloca a su hijo, el que se ha juzgado en Paris y evitó ser juzgado en los Estados Unidos, como probable sucesor de su padre como tercer dictador. Este escenario es precísamente la desencadenante de la crisis política, porque ante tal situación sucesoria probable, no hay acción política en estos momentos que tenga una previsión de más de 3 meses en el horizonte temporal. Cierto es que la dictadura de Obiang nunca se ha caracterizado por actuar conforme a previsiones, pero los miembros del aparato del partido y de la administración ligados al poder, tienen ahora unas previsiones inciertas que les impide actuar, ante la idea de un Teodorín como presidente. El gobierno está paralizado y confuso.

La crisis económica comenzó en 2014 de forma tímida y ahora está en su punto álgido, sin que se vea cercana la salida del túnel. Algunos padres han vuelto con su familia a sus pueblos para vivir de la agricultura de subsistencia, una vez cerradas muchas empresas, no habiendo creado en contrapartida empleo en ningún otro sector. Otros malviven en las dos capitales, hacinados en los barrios pobres. El gremio de los taxistas, que vivía de sus propios recursos, ha sido desmantelado al exigirles nuevas condiciones para desarrollar sus actividades, entre ellas el juramento de obediencia al PDGE, el partido unico de facto. A los miembros del gobierno no les importa ahogar económicamente a las familias guineanas. Y el dictador parece aplaudir esta conducta porque desde que los guineanos conocen estas graves dificultades económicas creadas por los malgobernantes, no han despedido a ningún ministro. El propio dictador no ha dado ninguna explicación sobre la grave situación ni ha dicho lo que piensa hacer para salir de ella. Los ministros permanecen mudos.

Como la dictadura es muda y solo habla para mentir, hemos tenido que recurrir a las especulaciones realistas para tener una idea de lo que hace o puede hacer para hacer frente a la crisis. Entre los dias 22 y 23 de diciembre de 2016 hubo una reunión extraordinaria de la CEMAC en Yaunde para debatir sobre la situación económica, en la que estuvo una delegación de Francia presidida por Michel Sapin, ministro de Economia y de Finanzas francés y otra delegación del FMI presidida por Christine Lagarde. Entre las lineas a seguir para hacer frente a las crisis económicas existentes en cada pais del Africa Central, la mayor parte de ellas productoras de petróleo, quedó descartada la devaluación de franco centroafricano, una posibilidad que se barajó en algún momento para hacer frente a la caida de las reservas que aseguren la convertibilidad del franco. Lagarde ofreció la ayuda del FMI a condición de acometer cambios profundos en las estructuras de gastos de los paises, lo que en otros momentos se llamó un ajuste estructural. Cada pais que quiera acogerse a la ayuda del FMI deberá llevar a cabo unas negociaciones bilaterales con ella.

Finalmente a finales de junio de este 2017, Guinea ha finalizado en apariencia las negociaciones con el FMI (1), que ha puesto unas condiciones draconianas para otorgar una línea de crédito a Guinea que pueda ayudarle a salir de la crisis. En el pasado, el FMI ha sido desoido por la dictadura cuando éste les ha recomendado medidas drásticas para reconducir la situación económica a niveles normales. Esta experiencia debería servir al FMI para no dejarse engañar con las falsas promesas de cambio y racionalidad económica predicadas por la dictadura para recibir ayuda. La linea de crédito impone un riguroso control sobre magnitudes macroeconómicas, especialmente una disminución del gasto público debido a los altos costes salariales; reducir el número de funcionarios a valores normales, evitando la sobredimensión de departamentos ministeriales y empresas públicas con personas ligadas tribal y regionalmente al dictador y amigos. Todas las empresas públicas están dirigidas por familiares del dictador, carentes de la necesaria formación e idoneidad para el puesto. Estos malos directivos empresariales se llevan una parte importante de los ingresos y además el funcionamiento de sus empresas es muy deficiente, juntandose así corrupción e ineptitud, una combinación mortal para la economia pública guineana. Otro requisito exigido por el FMI es un mayor rigor en el sector petrolífero, a través de las condiciones del EITI (Iniciativa para la transparencia de las industrias extractivas), algo dificil desde el momento en que el ministro Clemente Engonga, aficionado a la ilegalidad, se dedica a encarcelar a los dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, como CEIDGE, ligadas al sistema EITI en Guinea. El FMI espera que la dictadura le presente un paquete de medidas que se sujete a las exigencias del FMI, antes de concederle el primer tramo de ayudas de la linea de crédito. La dictadura, como siempre, utilizará la escenografia para engañar a través de una supuesta tercera conferencia económica nacional, que, como las anteriores, no servirá para nada sino como una tapadera para desviar fondos que los organizadores del evento planean hacer. Obviamente, ningún evento celebrado en Guinea ha visto implementarse sus planes, ni ha contado con la seriedad debida. Tiempo y dinero perdidos. Los resutados de esa conferencia serán los que se entreguen al FMI aduciendo que el paquete de medidas cuenta con el apoyo de todos.

En estos últimos tiempos, han circulado rumores sobre la muerte del dictador. Al parecer habría sufrido un accidente vascular y habria sido evacuado a Brasil. Según varios indicios, se recuperó parcialmente de esta dolencia y volvió a Guinea unos 10 días más tarde. Otros afirmaban que estaba muerto. El dictador, tras su retorno a Guinea, se mostró en público en actos de recibimiento y de celebraciones, lo que debería acallar los rumores de su muerte, que sin embargo seguían difundiendose por parte de un grupo de mensajeros de whatsapp como Ondo. En cualquier caso, el dictador está muy mermado en su salud y las cosas se suceden en Guinea con la misma entropia habitual, es decir, mal diseñadas y mal hechas. En los tiempos en que se sospechó de la muerte del dictador, las calles fueron invadidas por miembros armados del ejército. Nadie daba ninguna explicación como es habitual y los rumores se multiplicaron. Definitivamente el dictador no está muerto pero para el caso es igual, no hay diferencia.

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06/02/2003 :

Editorial