Ante los cambios producidos en el seno de la
Iglesia en Guinea Ecuatorial, nos cabe hacer
una breve reflexión.
Nuestra Iglesia necesita hoy de Pastores que
estén a la altura de la sociedad
ecuatoguineana y que puedan dar al pueblo
cristiano razones de esperanza. Pastores con
una doctrina segura, con una disciplina
organizativa y pastoral, pastores con una
devoción madura y no superficial ni
sincretista.
Sin embargo la realidad de nuestra Iglesia
local es otra. Pues los encargados de este
tema, muchas veces se informan desde muchas
fuentes y trabajan con informes de otros.
Pero al no estar en el país, se les escapa a
veces la realidad real. Hay muchas cosas que
deberían comprobar y vivir, como la
mentalidad del lugar o valerse de gente de
probada fe para los informes.
Es de todo conocido que el clero de Guinea,
actualmente está dividido en bloques y
categorías. A saber:
El grupo de los misioneros. Lo que prevalece
en él, es su pertenencia a una Congregación
religiosa. Para esta nota se considera
idóneos para el episcopado. Se consideran
”santos” solo por pertenecer a una
congregación religiosa, entre ellos tenemos
a: el padre Miguel Ángel, José Engonga,
Burupu, Roberto Okokono.
El grupo regionalista. Lucha porque sea uno
de la región. No importa cómo, solo vale la
región entre ellos están: Simón Asumu,
Antonio Mba Ndong, Luis Nguema, Apolinar
Mboo.
El grupo de los resentidos, representado por
todos los expulsados de los seminarios y
ordenados de cualquier manera. El sacerdocio
es su meta. Muchos han ordenado fuera y hacen
presión para volver al país. También se suman
los que viven a sus anchas y sin disciplina.
También está el grupo de los intelectuales,
formado por el grupo de los directivos de
Facultad de Humanidades y Ciencias Religiosas
de Bata. Postulan por una Iglesia con
implicación social. Es un grupo duramente
criticado y atacado por los unos y otros. Se
enfrentan con brotes de oposición dentro de
la misma Iglesia local y en algunos sectores
sociales: p. Fernando Ignacio Ondo (el Doctor
de los Doctores y Mulatoide), José Luis
Mangue, Juan De Dios, Andrés Teodoro, Félix
Oba, Salustiano Oyono y Jesús Ndong Mba.
Está el grupo de los exorcistas y curas
curanderos. Encuentran en dicha actividad su
modus vivendi, lo practican en sus
parroquias, capillas y residencias. Son
sacerdotes sincretistas y curanderos. Se
resisten al cambio y a cualquier exigencia de
disciplina sobre esta materia. A saber:
Bernardino Ava, Bernardo Nsí.
Está el grupo de la isla, su objetivo es
conquistar la autonomía, incluso dentro de la
Iglesia. Formado por Gervasio (del
seminario), y el secretario particular del
Obispo Juan Nsue Edjang.
Están los arribistas, no se identifican con
ningún grupo. Son los chivatos, se arriman a
cualesquiera que les den cobijo. Ellos son:
Martín Olinga y Manuel Fernando Nsue.
Finalmente está el bloque liberal, es el
grupo que vive el sacerdocio a su manera y
medida. Este grupo no acepta ninguna
autoridad que pueda llamarle la atención.
Reaccionan ante cualquier intento
disciplinario que suene a tradición de la
Iglesia. Tienen el sacerdocio como un medio y
prefieren el irenismo. Generalmente viven en
sus casas y en familia (casados), a saber:
Teodoro Nve, Justo y Pastor, Agapito, Marcelo
Ndong, Robustiano Elo, Faustino.
El grupo de sacerdotes ”celebramisas”, son
curas de misa y olla. Se contentan con todo.
No tienen perspectivas pastorales claras ni
grandes ambiciones. Tampoco tienen estudios
superiores. Padre Cristóbal, Marcos.
El grupo de los renegados, incluye a los
procedentes de Italia. Son los que esperaron
llegar a más y no les ha sido posible. Viven
en la indiferencia y amargura. Todo les da
igual. Han perdido la ilusión y el entusiasmo
de ser sacerdotes. Pero les cuesta volver a
empezar, Fermín Mbá y Luis Mª Ondo Mayé entre
otros.
El grupo de los esperanzados. Son los que
viven con entusiasmo de conseguir algún día
un oficio eclesiástico significativo. Suelen
estar bien conectados en círculos religiosos,
económicos, políticos, sociales y culturales.
Buscan padrinos en todo y para todo. Les
importa quedar bien, porque siempre esperan
llegar lejos: Juan Esono, Marcelo Enzema,
Francisco Moro, Juan Obiang.
Esta es, el difícil panorama de nuestra
Iglesia hoy. Esto mismo lo transmiten a los
fieles sin principios doctrinales sólidos; ya
que se trata de una Iglesia joven y por tanto
vulnerable.
Ante esta realidad conviene un discernimiento
serio y un conocimiento real de este
análisis.
Por eso tomar decisiones al margen de esta
realidad puede ser peligroso, tanto para la
Iglesia como para la sociedad llamada a ser
evangelizada.

Esperamos que la Iglesia ”Madre” acierte en
sus decisiones a la hora de designar a
futuros pastores.





Fuente: iglesia

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