Por Francisco Ela Abeme

NNANG ONDO

Conocido también por el "Coronel Mibiang", dirige el ejército más poderoso del mundo conocido, real o imaginario, de los fang-beti, de los " ekang-ona". Ya nadie se acuerda de cuándo le ascendieron a coronel. Creó que fue cuando secundó el golpe de estado de Angon Zoa contra el desgobierno de Akoma

.Es, asimismo, el ministro de defensa del país más poderoso del mundo, real o imaginario, ENGONG.

Dirige la mejor industria armamentista que se conoce, desde que el hombre se llama "civilizado", es decir, desde que se soltó de la cola de burro para arar la tierra y se subió al lomo del caballo para dominar a los demás.

Y, sin embargo, este militar experimentado, curtido en miles de batallas, sigue siendo coronel, a pesar de todos los méritos contraídos, como el haber convertido su país en una auténtica potencia militar, económica y cultural.

Desde que Obiang se adueñó de Guinea Ecuatorial, siempre me ha intrigado saber el criterio que se sigue para los ascensos castrenses en el ejército guineano. ¿En esto también funcionará el clientelismo político?

Veo un ejército plagado de generales, almirantes y contralmirantes, coroneles y capitanes como para regalar, pero, qué méritos contraen para ascender: méritos de " guerra", asesinando a indefensos presos políticos en Black Beach, o en el frente, defendiendo la integridad territorial de Guinea Ecuatorial en Kieosi, Cocoteros, Mbañe o Belobi.

¿Han demostrado gran brillantez en las grandes academias militares por las que han pasado?

¿Son fieles al código de honor que juraron, como militares, cuando asisten impasibles al sufrimiento de nuestro Pueblo a manos de Obiang, cuando lo pueden evitar?

De joven, recuerdo, para presumir de nuestra destreza con el tirachinas, hacíamos muescas en la madera, en firma de y que sostenía las gomas, para indicar los pájaros que habíamos cazado.

No sé dónde harán muescas los oficiales de nuestro ejército. ¡Ojalá sea en la conciencia! Así sabrán si están al servicio del Pueblo o de intereses pasajeros.

NUESTRA JUVENTUD

Todos los estamentos de la sociedad guineana han sido golpeados con dureza en estos cuarenta y siete años de tiranía canibalesca, pero ninguno con la saña con que la Dictadura golpea a nuestra juventud

Pues, no sólo no le da ningún presente, sino que le ha negado el futuro, al no ofrecerle la posibilidad de prepararse.

Esta actitud no es pura casualidad en Obiang y su régimen, todo lo contrario, es todo una filosofía, que obedece a las consignas que recibe de los Bongo, como buen gabonés que es, y que tiene por finalidad, al término de su Dictadura, convertir a Guinea Ecuatorial en un apéndice de Gabón. No en vano le ha ido cediendo a este país algunos islotes de nuestra soberanía, cuyo subsuelo es rico en petróleo.

Los que hoy luchamos por Guinea Ecuatorial, porque aún creemos en los anhelos de nuestros antepasados, lo tenemos muy claro: cuando se produzca el cambio, habrá un plan nacional para que nuestra juventud recupere el tiempo perdido. Se invitará a nuestra juventud a una toma de conciencia nacional. En el sentido de que, la tarea de la construcción nacional, le corresponde. Y que, si no se remanga y clave los codos, nadie lo hará por ella.

Para esto, queremos una juventud permanentemente alzada frente a las autoridades del estado, no para alborotar --quien tiene tanta tarea por delante no pierde su tiempo alborotando-- sino para exigir lo imposible. Así le darán lo posible.

Queremos una juventud exigente consigo misma, responsable, capaz de asumir su preparación como el único servicio que debe prestar a la NACIÓN GUINEANA. Nosotros ya nos encargaremos de ofrecerle ese futuro de oportunidades al que tiene derecho.

Podrán ir por el mundo con la frente alta, sabiéndose ciudadanos de un estado de derecho, en el que los méritos se contraen por el esfuerzo personal, y no por haber nacido aquí o allá, de éste o aquél.

Después del esfuerzo personal, siempre habrá una mano de un estado responsable para alzarte.

Que la actual situación, persistente pero siempre efímera, no os impida ver el fértil bosque de la felicidad labrada. No todos los mayores somos como esos que, cuando quieren celebrar sus aquelarres, los llaman "congresos". La vía de los vicios, siempre fácil y tentadora, no tiene salida. Conduce a la autodestrucción. Y si nuestra querida Guinea se quedara sin su juventud, decidme ¿qué será de ella?

Les aseguro que la gente de mi generación no duerme por preguntarse qué Guinea os vamos a entregar, la que diseñaron los padres de nuestra Independencia, o la de los mafiosos del tres de agosto. Saludos