El pasado lunes 9 de junio, la policía del dictador Teodoro Obiang secuestraba a Felipe Ondó Obiang Alogo, dirigente de la Fuerza Demócrata Republicana (FDR), llevándoselo de su celda en la temible prisión de Black Beach, en Malabo (la capital del país, en la isla de Bioko). Tras un cierto tiempo sin saber de su paradero y temiendo lo peor, el régimen anunció que estaba en la prisión de Evinayong (capital del distrito de Centro-Sur, en el territorio continental), si bien todavía no se sabe si es así.

Pese a las pretensiones del régimen de que las causas del secuestro y posterior ”traslado” eran que Felipe Ondó había hecho apología de la violencia y perturbado el orden interno de la prisión, la oposición ecuatoguineana no tiene dudas de que las causas verdaderas son muy diferentes. Y es que el dirigente de la FDR se ha negado a mantener ningún tipo de negociación secreta con el dictador, quien condiciona su puesta en libertad al abandono de toda actividad sociopolítica y a su posterior confinamiento en su poblado natal, con lo que la pretendida puesta en libertad no sería tal, sino meramente el abandono de la celda carcelaria. Además se le exigía que declarara el ”mea culpa” por los supuestos delitos por los que fue condenado y jurara no volver a luchar contra la dictadura de Teodoro Obiang y su Partido ”Democrático” de Guinea Ecuatorial (PDGE). Con este fin, él y los otros 60 presos de la FRD fueron duramente ”presionados” en la cárcel de Black Beach, a fin de que aceptaran las condiciones antes del 5 de junio, cumpleaños del dictador, y así éste pudiera conceder, sin en realidad ceder en nada, el indulto en tal fecha. Sin embargo, ellos permanecieron firmes y se negaron. Y el dictador se vengó...

Felipe Ondó y sus compañeros de la oposición, fueron condenados hace un año en el macrojuicio-farsa (así fue calificado por los observadores internacionales) del Cine Marfil de Malabo, acusados de conspirar contra el Jefe del Estado, acusación que usa frecuentemente Teodoro Obiang para atacar a la oposición. En concreto, Felipe Ondó fue condenado a 20 años de cárcel.

No cabe exigir sino la inmediata puesta en libertad de Felipe Ondó y del resto de presos políticos, así como denunciar el trato inhumano y cruel que reciben los presos en las cárceles ecuatoguineanas.

No cabe sino denunciar al gobierno español, que se limitó a ”interesarse” por el destino de Felipe Ondó sin atreverse a protestar ante el tirano, más preocupado sin duda porque la Repsol pueda acceder al negocio del petróleo guineano, teniendo además que negociarse en los próximos días los acuerdos entre España y Guinea Ecuatorial respecto a la deuda y a las facilidades a las inversiones de los empresarios españoles en aquel país. A la vez que el gobierno español tiene en el más penoso abandono a la oposición ecuatoguineana exiliada en nuestro país, que no recibe ningún tipo de facilidad, no digamos ya ayuda, para poder llevar a cabo su labor.

De la misma manera que no cabe sino denunciar al imperialismo yanqui, que ahora que las petroleras norteamericanas dominan las inmensas reservas petroleras de aquel país, acoge sin ningún rubor al tirano como a su protegido, ellos, que tanto hablan de democracia y de derechos humanos.

Alertamos asimismo a la opinión pública de las maniobras del imperialismo francés que busca desplazar al imperialismo ahora dominante en el país, el norteamericano, ya sea ”apoyando” a determinados dirigentes políticos, ya sea promoviendo el conflicto entre Gabón y Guinea Ecuatorial al respecto de la soberanía sobre la isla de Mbañe para que así la TotalElfFina pueda acceder a los yacimientos petrolíferos ecuatoguineanos.

Nosotros, comunistas españoles, entendemos que es injustificable el que las organizaciones de la izquierda española no presten atención a lo que ocurre en Guinea Ecuatorial y no materialicen su ayuda al numeroso exilio democrático ecuatoguineano presente en nuestro país, pese a las diferencias ideológicas que se puedan tener. Se trata de apoyar la legítima lucha de un pueblo, independientemente de lo próximas o lejanas que nos puedan ser sus organizaciones políticas.

Desde el decreto de Carrero Blanco -el Carnicero de Málaga- que en 1971 declaraba como secreto todo lo concerniente a Guinea Ecuatorial, se nos ha estado ocultando al pueblo español la realidad y el sufrimiento de este país, de este pueblo, al que nos unen lazos históricos y culturales, así como de lucha contra la tiranía franquista. La monarquía abrogó el decreto de Carrero, pero la política al respecto no ha cambiado. Sin embargo, esto no puede valer como excusa para que la izquierda española, para que el pueblo español, haga dejación de su deber de solidaridad para con el pueblo ecuatoguineano, que tan sólo pide que se realice y se respete su derecho a elegir libremente su destino.


Fuente: Organización Comunista Octubre

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