Madrid.- 28 de febrero de 2005. France Philippart de Foy. La Razón. España. - El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, comenzó ayer una visita de dos días a Guinea Ecuatorial durante la que será recibido por el dictador Teodoro Obiang. En vísperas de este viaje, y en previsión de que el ministro tendrá pocas oportunidades de conocer la auténtica realidad de la población guineana, sometida al yugo de Obiang, Amnisía Internacional recordaba las constantes violaciones de los derechos humanos en este país.

Severo Moto, eterno opositor del dictador y autoproclamado presidente guineano en el exilio, explicó ayer a este periódico lo que se iba a encontrar Moratinos a su llegada a la capital de Guinea. «Una epidemia de cólera ha causado la muerte de, al menos, 50 personas en los últimos días, sin que el Gobierno haya tomado medida alguna; aún puede morir mucha más gente. El agua de Malabo no es potable, se mezcla con las aguas fecales. La población vive en la oscuridad, sin electricidad. La situación es tan trágica que las autoridades han huido a la ciudad continental de Bata», relató. Y esto en un país que es ya el tercer productor de petróleo del África subsahariana.
El Ejecutivo español está dispuesto, con esta visita, a iniciar una nueva etapa de diálogo que contribuya al avance de Guinea por la senda de la apertura y las reformas democráticas, dicen fuentes diplomáticas. Una buena oportunidad si sirve para que Madrid trasmita «un mensaje firme a las autoridades guineanas sobre la necesidad de avanzar en el respeto de los derechos humanos», aclara Aministía Internacional.

En la misma línea se expresa Moto, quien cree que si Moratinos lleva este mensaje, el viaje está justificado y recuerda que «España es corresponsable de la tragedia que vive su país». Una tragedia que incluye torturas, muertes bajo custodia, juicios injustos, detenciones arbitrarias y presos de conciencia. Amnistía denuncia que «las violaciones de derechos humanos de amplios sectores de la sociedad por parte de las fuerzas de seguridad del país continúan siendo habituales».

También expresa su preocupación por el escaso desarrollo de la sociedad civil, la inexistencia de ONG, y las constantes restricciones a la libertad de expresión. Una situación que no ha hecho más que empeorar durante el pasado año tras varios supuestos intentos de golpes de Estado que fracasaron, pero que se convirtieron en una excusa perfecta para la represión.

«Todas las personas detenidas en Guinea son objeto de malos tratos físicos yɔ psicológicos», insiste la Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial (Asodegue). Esta agrupación, que representa en España a la oposición izquierdista guineana, habla de centenares de detenciones sólo en el último año. Personas que se han unido a las que ya cumplen condena en penales como el de Black Beach, tristemente famoso por las torturas que en él se practican y el hacinamiento en el que viven los presos.

En la agenda del ministro, además de un encuentro hoy en Bata con Obiang, figura una reunión con el primer ministro, Miguel Abia Biteó Borikó, y una cena de trabajo con el titular de Exteriores ecuatoguineano, Pastor Michá. Moratinos tendrá una sola oportunidad de conocer una Guinea diferente de la que muestra el partido único del dictador: la visión que le ofrezca el dirigente socialdemócrata Plácido Micó, de Convergencia para la Democracia Social (CPDS), única fuerza política de la oposición representada en el Parlamento guineano. Pero la oposición en el exilio insiste en que los que se oponen al régimen han huido de la tiranía y están más fuera que dentro del país.

Cuentas ocultas. Severo Moto destaca que las circunstancias que vive Guinea en estas fechas son especiales. El dictador, cuya mala salud es más que un rumor, recibe también ahora la incómoda visita de una delegación del Senado estadounidense que reveló en julio que Obiang tiene varias cuentas en el Banco Riggs en las que oculta para su uso particular alrededor de 700 millones de dólares procedentes de compañías petroleras norteamericanas y que, legalmente, pertenecen al Estado guineano. «Ojalá Moratinos pueda verlos. EE UU espera que España tome cartas en el asunto. No sé si el ministro será capaz de afrontar tantos retos. Esperemos que el resultado no sea decepcionante», concluye Moto.



Fuente: Diario La Razón. España.

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