Al igual que otros muchos conceptos y realidades que hoy se manejan en las democracias parlamentarias, el de líder de la oposición se acuñó en el Reino Unido y se utilizaba – y se sigue utilizando para denominar al jefe de filas del grupo parlamentario mas votado, si se exceptúa al gobernante. Fue también en ese país donde inicialmente se dotó de estatuto jurídico a la figura del Líder de la Oposición.

Como se desprende de esta brevísima exposición (pues la historia del parlamentarismo británico se cuajó a lo largo de siglos de acontecimientos y praxis política basada fundamentalmente en su peculiar forma de entender. La denominación de líder de la oposición es el resultado de, por una parte la existencia de un pluralismo político, y, de otra, de la concurrencia de esos partidos a unos procesos electorales, limpios, transparentes; en suma, democráticos. Así el líder del segundo partido mas votado asume el papel de líder de la oposición.

En Guinea Ecuatorial, que uno recuerde, elecciones libres y transparentes solo se dieron en el caso de las que tuvieron lugar inmediatamente antes del acceso del país a la independencia en 1968, precisamente para dotar a las instituciones de sus titulares (Presidencia de la República, Asamblea legislativa y Diputaciones Provinciales). mutando, mutandis, se puede afirmar que, como resultado de aquel proceso, el malogrado D. Bonifaio Ondo Edú se convirtió en el líder de la oposición; aunque fuera por brevísimo tiempo; lo demás que pasó después ya lo sabemos todos.

El escenario político posterior, nunca nos ha deparado – para nuestra desgracia – ningún marco de confrontación electoral digno de tal nombre; pues todo ha sido fraudes, manipulaciones y engaños a la población de Guinea Ecuatorial y a la comunidad internacional. Ello impide lógicamente la clarificación del espectro político para establecer una correlación de hegemonía entre las distintas fuerzas políticas existentes en cada momento. Así como entre sus respectivos jefes de filas.

Desde la Candidatura Independiente entendemos que por pura razón de higiene o deontologia democrática y al respeto debido a los pueblos de Guinea Ecuatorial que deberán emitir su veredicto en las urnas en unas elecciones democráticas que hemos exigido, a nadie le asiste, mientras tanto, el derecho de autoproclamarse “principal” – y solo falta poco para afirmar que “único” – líder de la oposición. Esto empieza oliendo fatal. En política, una dosis de humildad, no solo es necesario sino que es prudente.

Fermín Nguema Esono Mbengono,
Representante de la C.I. en la Región de España y Europa.




Fuente: Departamento de Comunicación de la C.I.

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