“DEUDAS…Y DEUDAS” (POR DONATO NDONG BIYOGO, AL MARGEN DE LA NOTICIA, REVISTA “MUNDO NEGRO, JULIO-AGOSTO 2005)

Por iniciativa del primer ministro británico, Tony Blair, los países del G-8, organismo que agrupa a los países más industrializados más Rusia, su reunión celebrada del 6 al 8 de julio en Geneagles (Escocia) ha tenido como una de sus prioridades examinar la cuestión de la condonación de la “deuda externa” a 18 países menos desarrollados, la mayoría de los cuales son africanos.

Escocia puede suponer un hito en las relaciones entre el Norte y el Sur, y marcar una frontera nítida entre las formas anteriores de relación y la nueva actitud de las sociedades enriquecidas y el mundo depauperado, en buena parte por una depredación despiadada y secular.

Desde hace décadas, la sociedad civil de los países del Norte –y muy en particular la Iglesia Católica- viene demostrando la injusticia de una relación desequilibrada, que ha condenado a una gran parte de la humanidad a vivir en la miseria, y reclamando un cambio de orientación en las relaciones entre los seres humanos de cualquier latitud.

Y, como ocurre muchas veces, esa labor de sensibilización está logrando sus frutos, si bien con un retraso considerable. Con todo, bienvenidas sean una medidas que, seguro aliviarán la pobreza de unos pueblos ahogados en la desesperación, si es que los gobiernos a los que beneficie esta iniciativa la aplican con equidad, y los países que han decidido adoptar esa decisión ponen los mecanismos necesarios para asegurar que la condonación no sea aprovechada una vez más por unos políticos desalmados para su enriquecimiento personal.

Porque ahí está el nudo gordiano, pues más de un dirigente de los países altamente endeudados se aprovechan de la buena fe del clamor internacional contra la injusticia de la abultada deuda exterior para seguir engrosando sus cuentas en los paraísos fiscales y en los Bancos de los propios países ricos.
Lo hemos dicho en otras ocasiones: MUCHO DE ESE DINERO QUE DEBEN NUESTROS PAÍSES HA SIDO DESVIADO DIRECTAMENTE A LAS CUENTAS PRIVADAS DE LOS POLÍTICOS Y NO DESTINADO A LOS FINES PARA LOS QUE SE PIDIERON LOS PRÉSTAMOS.

Hay jefes de Estado que pueden pagar de “su bolsillo” el importe íntegro de la deuda de su país, y les sobraría dinero.
Salvo muy honrosas y muy recientes excepciones, en nuestros países no se ha luchado contra la corrupción con seriedad.
No queremos señalar hoy con el dedo, pero todos conocemos ejemplos de países de África y de América Latina en los que dicha práctica forma parte de los hábitos políticos, contaminando igualmente a todas las instituciones de estos Estados.

De ahí la oposición de muchos ciudadanos de a pie a la condonación indiscriminada de la deuda: sin previo análisis de cada caso, parece que se premiaría a los corruptos y se facilitaría mucho las cosas a esos dirigentes desalmados.
¿ES COMPRENSIBLE QUE SE PERDONE LA DEUDA A PAÍSES PRODUCTORES DE MATERIAS PRIMAS COMO ORO, DIAMANTES, Y PETRÓLEO, DE CUYOS DIRIGENTES SE SABE A CIENCIA CIERTA QUE ROBAN DESCARADAMENTE, QUE TORTURAN Y ASESINAN SIN CESAR?

Otra razón suficiente para oponerse a la condonación indiscriminada de la deuda es que, casi siempre, la corrupción suele ser compañera inseparable de la tiranía. Los déspotas se blindan no sólo mediante la represión que les asegura la permanencia en el poder, sino esparciendo toda una tela de araña que incluye el clientelismo, el nepotismo y las sinecuras que afirmen la fidelidad.

Ante esa realidad parece mucho más prioritaria la lucha contra las dictaduras y los regímenes inhumanos, puesto que, con la libertad, vendrán aparejados el buen gobierno y la transparencia. Perdonarles la deuda y mantenerles en el poder no deja de ser una solución a medias, o, si se apura, ninguna solución.

Una tercera razón para oponerse a la condonación de la deuda a ciertos países es que, hasta ahora, NO SE LUCHA EFICAZMENTE CONTRA LOS CORRUPTORES, que son las empresas (“multinacionales”), e incluso los gobernantes, de algunos países occidentales.

¿De qué sirve poner en evidencia o incluso condenar a un dirigente del “Tercer mundo” que acepta sobornos o desvía los fondos de las ayudas o de los empréstitos para sus propios fines, si se protege con el silencio a los empresarios (de las “multinacionales”), a los banqueros y políticos occidentales que les sostienen y amparan?

¿Por qué no se erradica de raíz el problema, mediante leyes que persigan la corrupción en todas partes, incluyendo los propios países occidentales?

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A MODO DE COLETILLA

Muchos dirigentes de los países occidentales (gobernantes políticos y empresas “multinacionales”) TEMEN de que si se erradica el problema de raíz pueden llegar a perder su posición de prepotencia frente a lo que ellos califican de “tercer mundo”, pero se pasan de listos si siguen pensando que las nuevas generaciones de África, por ejemplo, no se dan cuenta de estos “mareos de la perdiz” para que todo siga igual en África. Es verdad que en el “primer mundo” hay muchos listos, pero seguramente estarían rayando la oligofrenia si piensan que África seguirá eternamente explotado y humillado.

África reúne todas las condiciones para ser el mejor continente del planeta. África no tiene por qué vivir de “préstamos”, “deudas” y de “ayudas” ficticias del mundo occidental corruptor.

De ello tienen que concienciarse los hijos/as del continente cuna de la humanidad. No existe imperio que dure una eternidad ni cuerpo que lo resista, pero los imperios suelen alargarse en el tiempo hasta que los sometidos y explotados se conciencian de que pueden liberarse y ser ellos mismos, si se unen para luchar y trabajar en bloque como un solo hombre.

Sin un ejercicio serio de concienciación África no tendrá dirigentes políticos con cerebros pensantes y corazones de carne, gente capaz de recapacitarse, hombres y mujeres con un poco de sentido de la vergüenza, luchadores por el bien común por encima de intereses individuales.

A los torpes gobernantes que hoy mal-dirigen nuestros países les falta un poco de vergüenza, y su poca inteligencia les impide darse cuenta de que ellos son también víctimas de los repugnantes “platos de lentejas” que les proporcionan sus amigotes del “primer mundo”.
Un pueblo comandado por un grupo de sinvergüenzas es una de las mayores desgracias que le pueden tocar en suerte.

Si a esto se le añade la gran dosis de necedad que envuelve a estos individuos, entonces no es fácil hacerles caer en la cuenta de que el dinero que ellos roban en ingresan en los Bancos del “primer mundo”, aunque esté en cuentas bancarias bajo su nombre, es un dinero que NO les conlleva ningún fin productivo ni les pertenece a la hora de verdad.

El mal-acabado Mobutu de Congo, el infeliz Teodoro Obiang Nguema de Guinea Ecuatorial, etc. deberían saber que en Europa y en EE.UU. el dinero no se guarda ni se encierra en sacos como acostumbran estos ladrones que nos mal-gobiernan, sino que el dinero ingresado en las entidades bancarias está en continuo movimiento productivo, es decir, los países del “primer mundo” donde nuestros cretinos dirigentes transfieren ilegalmente los fondos de nuestros países lo APROVECHAN y UTILIZAN para construir barcos, aviones, automóviles, financiar la investigación científica, urbanizar sus ciudades, mecanizar su campo, desarrollar su agricultura, sus industrias cárnicas y pesqueras, fabricar productos manufacturados que luego nos venden a precios impagables, etc.

A muchos ciudadanos/as de África nos gustaría saber qué hicieron los Bancos de Suiza con toda la fortuna multimillonaria que el torpe y tirano Mobutu (de la República Democrática de Conga) ingresó ahí a su nombre.
A parte de informar sobre las guerras “tribales” de África, a los medios de comunicación de masas del “primer mundo” les honraría sacar a la luz, es decir, dedicarse también a investigar y publicar sobre qué es lo que los Bancos occidentales hacen con las sumas multimillonarias que los dictadores de África ingresan ilegalmente en sus sedes.

Si a España, EE.UU., Francia, etc. les gusta que haya democracia en Guinea E. y que el pueblo guineo-ecuatoriano salga beneficiado de la explotación del petróleo de su país,
¿por qué los gobernantes de estos Estados “defensores de los derechos humanos universales” hacen la “vista gorda” y permiten que los Bancos de sus países acepten y se queden con el dinero del petróleo de Guinea Ecuatorial que el enloquecido dictador Teodoro Obiang Nguema y sus escuderos están robando e ingresando fraudulentamente en dichas entidades y en más de un paraíso fiscal instalados en el “primer mundo”, o por qué sus “multinacionales” están usando prácticas de soborno a los hombres fuertes del régimen dictatorial del señor Ombiang Nguema?

Si los mismos africanos (gente de a pie, estudiantes, universitarios/as, trabajadores profesionales, funcionarios/as de la administración pública, opositores políticos y cargos de gobiernos en plaza con formación académica) no descubrimos que sólo de nosotros mismos saldrán las verdaderas soluciones para la enorme crisis que arrastra África desde la trata de esclavos hasta hoy, nuestra dependencia a la mediática “caridad” del mundo industrializado y enriquecido durará aún muchos siglos más.



Fuente: Donato Ndong Biyogo y propia

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