DAKAR, 5 de octubre (IRIN).- La presión está aumentando sobre el gobierno de Senegal para que extradite al anterior presidente de Chad Hissene Habre, que ha vivido exiliado 15 años en Senegal y está buscado por numerosas violaciones de derechos humanos cometidas en su país.

Un grupo de ciudadanos chadianos que dicen haber sido víctimas de tortura bajo el régimen de Habre, planea volar a la capital senegalesa el jueves para demandar la detención del antiguo presidente y su posterior extradición a un tribunal de Bélgica, que está viendo casos de torturas y asesinatos en Chad.

”El caso del sr. Habre constituye un símbolo de impunidad en Africa”, dijo Boucounta Diallo, presidente de la Organización Nacional de Derechos Humanos de Senegal y coordinador de un grupo de supuestas víctimas chadianas.

”Senegal no debe por más tiempo evitar su responsabilidad en el juicio y extradición de Hissene Habre. En caso contrario estaría violando la Convención Internacional contra la Tortura”, añadió.

La llegada del grupo de chadianos se produce tras la orden de arresto internacional emitida por un juez belga el 19 de septiembre, que fué bien acogida por la organización Human Right Watch como ”una reminiscencia de la orden internacional de arresto dada por España contra el general Augusto Pinochet de Chile”.

El procesamiento contra Habre pudo realizarse bajo el amparo de la ley belga de la ”jurisdicción universal”, que permite a los jueces perseguir crímenes contra la humanidad sin tener en cuenta el lugar donde se hubiera realizado o contra quién se hubiera cometido.

Habre, de 63 años, dirigió un estado de un solo partido en Chad desde 1982, hasta que fué depuesto por el actual presidente Hidriss Deby en 1990. Dos años después de haber salido hacia Senegal, una comisión de la Verdad acusó a Habre de haber dado muerte a 40 mil personas y de actos de tortura sistemática y de haber robado más de 11 millones de dólares.

Las organizaciones de Derechos Humanos tienen la esperanza de que la impunidad de Habre toca a su fin.

En el año 2000, un tribunal senegalés acusó a Habre de torturas y crímenes contra la humanidad, pero Habre permaneció en libertad después de que el alto tribunal senegalés dictaminara que no podía realizarse juicios por crímenes cometidos fuera del país.

Cuando el presidente Abdulaye Wade inició los pasos para expulsar a Habre de Senegal, el Secretario General de la ONU Kofi Annan pidió a Senegal que retuviera a Habre porque estaba pendiente de extradición.

Desde entonces Wade siempre ha dicho que no tenía objeción en la extradición de Habre a Bélgica.

En una conferencia de prensa el lunes, el ministro de Asuntos Exteriores, Cheikh Tidiane Gadio, dijo que la decisión final estaba en manos del sistema judicial senegalés.

”Las autoridades deben esperar a ver lo que deciden los jueces”, dijo Gadio. ”Es un tema muy sensible ya que pone en entredicho a la justicia en Africa. Conozco cual es la posición del gobierno, pero debemos esperar para escuchar lo que tienen que decir las autoridades judiciales”, añadió.

Los activistas de derechos humanos han acusado a los marabous senegaleses -líderes religiosos islámicos- de proteger a Habre presionando al gobierno y a los jueces.

”Son las víctimas -no Habre- las que merecen la protección de nuestros líderes religiosos” dijo Aliune Tine del grupo panafricano de Derechos Humanos Reencuentro africano de derechos humanos (RADDHO). ”Estos líderes religiosos que defienden a Habre están volviendo sus espaldas al Islam”.

”Los senegaleses tienen horror a la injusticia. Por eso necesitamos que nuestros líderes religiosos combatan a la impunidad y que no protejan a los dictadores”, dijo Tine.



Fuente: IRIN

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