26-10-2005.-

Euroguineana de aviación informa que ha comprado un avión reactor tipo Boeing 737-200 para enlazar Bata con Malabo y otras capitales africanas de la región.

El avión tiene una capacidad de 120 pasajeros y ha sido comprado en Argentina a un precio que se estima en centenares de miles de euros. La variante del B-737 por tanto es muy vieja -dejó de fabricarse en 1971- aunque si dispone de las oportunas revisiones eso no es un escollo para que el aparato esté en condiciones.

La compañía Euroguineana de Aviación hasta ahora no realizaba vuelos aéreos, siendo Spanair la operadora de la línea Malabo-Madrid. Los billetes comprados en Malabo no seguían la normativa de IATA de ofrecer un seguro a los pasajeros junto con el billete, que nunac era tal sino un simple recibo de pago en forma de etiqueta de compra. Euroguineana de aviación tampoco parece disponer siquiera de licencia mercantil en España, donde opera casi al margen de la Ley, con empleados que no disponen de contratos laborales. Los Angabi, de nuevo familia de Obiang, son los benefactores de esta situación anómala en la que participa la compañía Spanair.

Mientras tanto todavía no se sabe nada sobre las causas del accidente del 16 de Julio del antonov AN-24B, si bien el exceso de peso sigue siendo la causa principal que se baraja y que parece que figura en el informe que no se ha conocido todavía de forma oficial. La caja negra al parecer llegó en mal estado a Alemania, donde se envió para ser analizada. Esta caja negra fué llevada al hospital y miembros de la seguridad de Obiang se hicieron cargo de ella llevandola al presidente, que lo tuvo bastantes días en su palacio hasta que fué enviada a Europa. Se cree que Obiang manipuló la caja para que fuera inservible para los técnicos analistas, ya que sus familiares eran los dueños del avión, los cuales hasta la fecha no han sido llamados por ningún juez para testificar en el proceso que debía haberse abierto a raiz del accidente, lo que evidencia una absoluta falta de amparo judicial.

Demetrio Eló Ndong Nséfumu sigue siendo ministro de transportes, aparentemente como si nada hubiera pasado. Dueño parcial de la compañía y al mismo tiempo ministro del ramo, no ha recaido sobre él ninguana responsabilidad ni política ni judicial, algo que solo ocurre el la Guinea de Obiang Nguema. Como ministro debe responder por qué no se cumplían las normativas aéreas que él estaba obligado a hacer cumplir. Como dueño de la empresa debe responder con la cárcel por homicidio involuntario y con millonarias indemnizaciones a los familiares por la responsabilidad civil.

Aunque Obiang quiera tapar el asunto del accidente, nadie se ha olvidado de él, especialmente los familiares. El silencio del pueblo es la muerte silenciosa de los dictadores.


Fuente: agencias y propia

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