Madrid.- 8 de noviembre de 2005. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo concedió hoy asilo político en España a la ciudadana de Guinea Ecuatorial María Dolores E.N.N., por entender que la violencia doméstica a la que le sometía su marido fue causada por motivos políticos. La mujer alegó que su pareja, afiliado del gubernamental Partido Democrático de Guinea (PDG), la empezó a maltratar cuando se enteró de que ella se había hecho del Partido del Progreso guineano, situado en la oposición al régimen del presidente Teodoro Obiang Nguema.

El Supremo anula la sentencia de la Audiencia Nacional, de abril de 2002, y la resolución del Ministerio del Interior, del año 2000, que denegaron el asilo a la mujer, al considerar que la violencia que padeció a manos de su marido estaba al margen de ideologías políticas, y era un caso común de violencia doméstica.
Sin embargo, el alto tribunal destaca que de la solicitud de asilo de la mujer se deduce claramente que el maltrato del que fue víctima por parte de su marido no fue un caso más de violencia doméstica, sino que tuvo ´raices políticas´.

CASO PROTEGIBLE

La mujer exponía en su escrito de petición de asilo que su marido era del PDG, y que cuando ´en 1993 se enteró de que la solicitante era del PP comenzó a maltratarla´. Dice el Supremo que no hay duda de que los maltratos nacieron a causa de las ideas políticas de la mujer, configurando así una persecución protegible mediante la institución del asilo, de acuerdo a la Ley de Asilo de 1984 en relación con el Convenio de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados.

María Dolores explicaba en su solicitud de asilo que se casó con Delfín E.A. en 1979 y tuvo dos hijos con él. En 1993, el marido se enteró de que su esposa era militante activa del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, fundado por el opositor Severo Moto, y comenzó a maltratarla.

´La golpeaba repetidamente y de resultas de los golpes tiene afectada la visión´, añadía el escrito, que también atribuía la muerte de su madre al sufrimiento que padecía su hija. La mujer se divorció de Delfín a finales de los años 90, y se fue a vivir con su hermana mayor.

Sin embargo, poco antes de la salida de María Dolores de su país, el marido mandó a gente a acuchillar a su hermana. Esta última fue realmente atacada y su hermana María Dolores la dejó en el hospital y decidió irse de Guinea.

El Supremo considera irrelevante que el marido de María Dolores no sea un alto cargo del Gobierno guineano, como sostenía la mujer, ya que ´puede someter a su mujer a vejaciones y malos tratos, de los que, siendo él afiliado al partido del Gobierno, es presumible que tenga ella difícil defensa´. La sentencia subraya que la violencia llegó al extremo de que el hombre enviase a gente a acuchillar a la hermana de María Dolores.

Comentario

El Supremo español protege a una compatriota y la concede asilo, mientras el Gobierno español ataca a un asilado y lo pone al borde de la muerte. Es absolutamente paradójico.

Nota: Fuente: EP/ Gobierno en el exilio



Fuente: EP/ Gobierno en el exilio

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