GUINEA ECUATORIAL | POLÍTICA
EXILIO

La oposición guineana del exilio plantea en Madrid el “retorno” a casa

EL MUNI. 13|12|05
El autonombrado Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio y una media docena de partidos políticos se han reunido este fin de semana en Madrid y juntos han expresado el deseo de retornar al país en una fecha sin precisar, si bien esta voluntad quedó más que manifiesta hasta en muchos de los más de un centenar de militantes y simpatizantes que acudieron a la cita.
Un encuentro, si no menos, caracterizado por una profunda nostalgia y las ansias de abrazar la tierra natal, que muchos abandonaron hace décadas, cuando si quiera tenían barbas y canas, como expresó el dirigente del Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko (MAIB), Justo Bolekia Boleka. El tiempo no les ha perdonado en nada y como cualquier fenómeno del exilio, la factura a pagar ha sido tan cara, como reconoció el presidente del autonombrado Gobierno del exilio, Severo Matías Moto Nsa: “el exilio no puede ser nuestra morada”.
El encuentro fue definido más bien como una asamblea en miniatura, según los convocantes y las conclusiones extraídas en el mismo serían elevadas en un documento final conocido como Hoja de Ruta, que someterán a la Comunidad Internacional para exigir su respaldo para un posible retorno en libertad.
La ‘asamblea’ dejó vía libre para múltiples y variadas opiniones de los asistentes, entre los líderes políticos y sus militantes. Se dejó entrever la poca solidaridad en el seno de los partidos del exilio para formar un frente común y afrontar la problemática de un retorno en masa respaldada por el pueblo y por la comunidad internacional, en última instancia.
Y como no podía ser más, se escuchó duras críticas y condenas al régimen represivo que les ha obligado al exilio. Hubo en este sentido quienes exigían la adopción de una política de enfrentamiento directo contra el régimen de Malabo para encender lo que denominaron “chispas” con suficiente capacidad para llamar tanto la atención del régimen que de la comunidad internacional, al que acusan de sostenerlo, en detrimento de las exigencias para el respeto de las reglas de juego democráticas y los derechos humanos.
Sin embargo, parecía ser más que una ilusión, al que muchos apelaron a la firmeza y a la determinación, matando de una vez por todas los egoísmos y los antagonismos, como sentenció el representante de FDR, Germán Pedro Tomo.
“No somos inmigrantes gratuitos, sino estamos sobreviviendo a un régimen agresivo”, proclamó el representante de Acción Popular (uno de los dos partidos que componen el Gobierno del exilio, junto al Partido del Progreso de Severo Moto), Miguel Esono Emana. “No solo estamos luchando contra un tirano sino contra las potencias que la apoyan y exigió que de la lucha por Guinea Ecuatorial a la lucha por el poder, hay que establecer orden de prioridades”, en alusión al retorno al país que, en su opinión, es un deseo que debe estar por encima de la lucha por el poder. “No puede ni debe haber una eterna agonía y ha llegado el momento en que hay que decidir por la muerte o por la vida. “Vamos a rebobinar y a replantear la situación”, sentenció.
El retorno al país de la oposición del exilio estuvo motivado por otra parte por las alarmantes informaciones que cada vez llegan desde Malabo sobre una posible sucesión dictatorial en la presidencia de la república. La oposición cree que con su aterrizaje en el suelo patrio podría atajar muchos de los males que aqueja el país, entre otros, la falta de un proceso de transición democrática transparente.
Una comisión interpartidista formada por el Partido del Progreso, Unión Popular, Fuerza Demócrata Republicana, Acción Popular, Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko, UDDS y Gobierno del exilio, se han comprometido en elaborar un plan de acción u hoja de ruta para un posible retorno en libertad.
Sin embargo, raro es el compromiso de la oposición guineana que desemboque en una convergencia de lucha común para convencer a la comunidad internacional y debilitar al moribundo régimen dictatorial de Teodoro Obiang Nguema.



Fuente: EL MUNI

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