Hace treinta años Gabriel Moto llegó a Granollers, donde es en la actualidad jefe del área de deportes y educación

RAFAEL WIRTH - 01/02/2006


Los nativos de la antigua colonia española de Guinea consideraban entonces, y eso era en le época de la dictadura de Franco, que tenían suerte si pasaban a formar parte del cuerpo de funcionarios del Estado. La pretendida acción civilizadora de Madrid se reflejaba, señalan los libros de historia, sobre todo en las obras públicas, la educación y la sanidad. Paulino, el padre de Gabriel Moto Nsá, tuvo la fortuna de ser funcionario y trabajar como enfermero para la Administración. Así, Paulino, de la etnia de los fang, realizaba cada día un trabajo útil, seguro, y podía llevar puntualmente a casa un sueldo suficiente para mantener a su esposa y a sus hijos. Uno de ellos fue Gabriel.

Gabriel, en la actualidad jefe del área de deportes y educación del Ayuntamiento de Granollers, ciudad donde reside, fue el quinto de once hermanos, nueve chicos y dos chicas, y sus padres se abrieron paso dentro del dominio español. Gabriel nació en Acoc-esaguon, en el distrito de Niefang, el 24 de marzo de 1950, y recuerda que ya de niño tenía que trasladarse caminando a las diferentes escuelas, fueran de profesores civiles o religiosos. Y en muchos de los casos lo hacía en viajes de largos recorridos que oscilaban entre los cuatro y los siete kilómetros, tanto de ida como de vuelta.

El señor Moto, no por mucho caminar, ciertamente, es un hombre fuerte, un metro setenta y ocho centímetros de altura, atleta completo en su momento y buen jugador de baloncesto y voleibol. En la actualidad ha cambiado las pistas por el despacho, donde, desde la solidez intelectual, programa las actividades físicas para los ciudadanos de Granollers.

Gabriel Moto siempre fue responsable y competente. Realizó sus estudios primero en una escuela unitaria, en la misión de los claretianos, y más tarde con los hermanos de La Salle. ”En las clases de chicos se mezclaban negros y blancos. No había diferencias y la educación era la misma. Aunque es cierto que si en cada clase había treinta alumnos, sólo dos o tres eran blancos. En las clases de chicas ocurría lo mismo”, me señala.

Los estudios los pudo realizar desde los 13 años gracias a las becas que obtenía por esfuerzo y méritos y a través del llamado Fomento de Igualdad de Oportunidades, establecido por el Ministerio de Educación de Madrid. ”Recuerdo -señala Gabriel Moto- que las becas en aquel entonces estaban en las 13.000 pesetas anuales y con eso se pagaba todo el curso, la enseñanza y la residencia, pues yo durante un tiempo viví en un internado de los hermanos de La Salle de la ciudad guineana de Bata”.

Como el roce hace el cariño, los estudios del Bachillerato se repartían entre el latín y el griego, las demás asignaturas y siempre un fuerte componente religioso. Los responsables hermanos de La Salle intuyeron que Gabriel podía tener vocación religiosa y, después de convencer a la familia, fue trasladado de Bata a Madrid y de allí hasta un internado en Salamanca, donde se enfrentó a los exámenes de revalida y profundizó en las ciencias religiosas. Ingresó durante un tiempo en el noviciado de los hermanos en Granada y él fue observando desde allí cómo se desarrollaba el largo proceso de la independencia de Guinea, que se había completado el 12 de octubre de 1968 en la entonces ciudad de Santa Isabel y se desarrolló, más mal que bien, a lo largo de los años siguientes.

Descubrió también Gabriel Moto, estudioso de la teología en 1970, que su vocación religiosa no era necesariamente firme y optó, dentro de la competente órbita de los hermanos de La Salle, dedicarse como seglar a la enseñanza. Y eso fue ya en 1972-1973, en la localidad catalana de Premià de Mar. Durante tres cursos impartió sabia docencia de matemáticas, música y educación física. En 1975 se casó con Conchita, una española de Zamora con la que ha tenido una hija, Bárbara, en la actualidad licenciada en Turismo.

En 1976 Gabriel Moto llegó a la ciudad de Granollers y se hizo con una plaza de monitor de educación física. Esforzado y estudioso, buscó horas especiales, probablemente horas quitadas al sueño, se matriculó en el INEF, en Esplugues de Llobregat, consiguiendo en el año 1988 la licenciatura de Educación Física y, tras unas oposiciones, la responsabilidad técnica en el área de deportes del Ayuntamiento de Granollers. Gabriel Moto también posee el título superior de entrenador de baloncesto y el de técnico de deporte de base, de la Generalitat. Moto está integrado perfectamente en el territorio. ”En cierta ocasión, y de eso hace ya muchos años, me preguntaron en la televisión de Catalunya qué opinaba sobre los papeles de Salamanca. Y dije que ciertamente tenían que regresar a aquí. De la misma manera que Copito de Nieve, aún vivo en aquellas fechas, debería regresar a Guinea, de donde procedía”.

Es cierto que Gabriel Moto es, desde hace muchos años, un personaje en la ciudad y en la comarca y contacto internacional de obligada referencia cuando ocurre algo en su país de orígen. Gabriel Moto habla el español, el catalán, el francés, el inglés y el fang, idioma que dominan sólo los de su etnia.

Cierto también que el señor Moto, que fue apátrida desde 1972 hasta 1986, posee en la actualidad la nacionalidad española, pero conserva un pie en Guinea, formando parte, como ministro de la presidencia, del Gobierno en el exilio, que encabeza su hermano Severo Moto. ”De todas maneras -me indica prudente-, aquí y en este momento quiero destacar que yo estoy muy orgulloso de haber sido fundador en Granollers de la Associació Amics de l´África del Vallès Oriental, y además soy presidente de la Asociación para el Progreso de Guinea Ecuatorial, que tiene su sede en Madrid”.

Fuente: http://www.lavanguardia.es

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