Por: Dr. Samuel Mbá Mombé (médico)

La euforia con la que algunos “opositores” recibieron la noticia de una supuesta apertura política y su precipitado retorno a Guinea Ecuatorial fue en mi opinión, el comienzo de un fracaso que se pudo evitar. La situación actual no hace que confirmarla siempre que hoy en día es muy difícil hablar de una oposición díscola y bulliciosa capaz de provocar una situación de cambio real en el país, si bien hay que reconocer que todavía existen personas en los círculos de la desidencia política con una solvencia moral probada capaces de reorganizar una oposición creíble.

Efectivamente, la oposición necesita una reorganización que tendría como punto de partida la renuncia a los egosimos y protagonismos personales a fin de concentrar la atención en acciones al servicio del bien común. La reorganización significa al mismo tiempo nuevas estrategias y nuevos planteamientos. La actitud irresponsable del sálvese quien pueda no hace que perpetuar el actual estado de cosas y como consecuencia, la total pérdida de credibilidad en la oposición.

Creo que debemos asumir con responsabilidad nuestro fracaso y aprender de los errores cometidos. No podemos seguir como si nada ha pasado porque sería como dice Julio Iglesias en una de sus canciones, “engañar el corazón con la mentira”. La reorganización es la piedra angular de todo cuanto se quiera hacer de cara al futuro. Soy de la opinión de que se ha perdido sólo la batalla pero no la guerra y de ahí la imperante necesidad de una reorganización a fin de formular nuevas estrategias y nuevos planteamientos.

Lo que yo bautizaría la NUEVA OPOSICION debe apoyarse sobre sí misma, es decir ser independiente y soberana. Independencia significa libre de todo tipo de tulela o paternalismo en la toma de decisiones sin que esto signifique rechazar los apoyos y la solidaridad de organizaciones y de personas comprometidas en la lucha de los pueblos contra las injusticias sociales. La nueva oposición debe librarse del fantasma de la dependencia económica y financiera como uno de sus principales retos elaborando estrategias de autofinanciación y de recolecta de fondos. Si es cierto que una de las causas del fracaso de la oposición ha sido la falta de medios económicos y financieros para la ejecución de sus programas, también lo es los condicionamientos impuestos a ciertas formaciones políticas para obtener ayudas.

Yo pienso que con un poco de voluntad, los propios guineanos somos capaces de financiar las actividades de la oposición siempre que ésta se presente como una real alternativa al régimen en plaza. La desconfianza y la indiferencia de los guineanos con respecto a la oposición es totalmente comprensible siempre que la actuación de muchos de los que decimos combatir la barbarie impuesta en nuestro país no ha llegado a convencer a una inmensa mayoría de la población que sigue esperando ahora más que nunca acciones concretas así como de unos comportamientos que inspiren confianza y esperanza de cara al futuro.

Aunque la experiencia demuestra que a los guineanos nos gusta tomar posiciones cómodas que nos permiten a no estar comprometidos con nada y desde donde podemos lanzar ataques contra los que aun haciéndolo mal, al menos intentan hacer algo, la nueva oposición debe hacer el máximo esfuerzo por implicar a la población en la difícil tarea de erradicación de la dictadura en plaza. La toma de conciencia de todos en el sentido de que las cosas no pueden seguir así debería ser una cuestión indespensable en la formulación de los objetivos.

Mi experiencia en los casi 30 años de militancia en las filas de la oposición demuestra que el guineano de hoy es un prototipo que espera siempre que todo le sea servido en bandeja lo que explica la facilidad con la que cambian de bandos. La falta de principios y de convicciones claras de algunos no puede sino alimentar la política de “estómago lleno”. Es por esa razón que la nueva oposición debe estar inspirada sobre la base de la defensa de los principios democráticos universalmente reconocidos. La democracia y la dictadura son dos sistemas diametralmente opuestos y por lo tanto, es imposible intentar construir la democracia desde la dictadura porque ésta no puede democratizarse por sí sola. Los detractores de los que por alguna razón han decidido abrazar las instituciones dictatoriales tienen todas las razones del mundo siempre que este contubernio no hace que reforzar la dictadura.

Una de las principales reinvindicaciones de la nueva oposición debería ser el desmantelamiento de las actuales estructuras dictatoriales con la apertura de un diálogo franco, abierto, libre, transparente e incondicional que permita la participación de todos para el establecimiento de las bases de una verdadera apertura política en Guinea Ecuatorial. El camino escogido hasta ahora ha sido un estrepitóso fracaso lo que impone una reflexión muy profunda antes de reemprender la andadura. Los guineanos debemos ser conscientes de que los problemas que azotan a nuestro país nos conciernen a todos por igual razón por la que estamos todos obligados a aportar cada uno su granito de arena en la búsqueda de soluciones en beneficio de todos. La implicación de todos es conditio sine qua non si queremos cosechar buenos frutos en esta difícil tarea.

No se puede estar exigiendo y criticando a la oposición desde posiciones cómodas sin implicarse ni proponer soluciones. Esta actitud es destructiva siempre que engendra enfrentamientos y debates estériles desviando la atención de los verdaderos objetivos que deberíamos perseguir. La crítica es buena cuando ésta tiende a mejorar las cosas pero si se hace para vilipendiar, desanimar, descalificar, insultar baratamente y encima sin presentar propuestas, es porque lo que se quiere es la destrucción. Veamos si somos capaces de reorganizarnos para constituir un bloque sólido de ideas y de propósitos que sirva de alternativa real a la situación actual.

Cabe subrayar que las generaciones miedosas no hacen historia sino que la sufren y hoy en día estamos sufriendo las consecuencias de nuestra propia historia al ser incapaces de tomar decisiones valientes contra la babarie que gangrena nuestro país.¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando tantas injusticias? ¿Creemos de verdad que alguién o algunos aterrizarán en platillos volantes para librarnos de las garras de la dictadura? Pues si es lo que esperamos entonces nos queda mucho por esperar.

En los años que llevo militando en la oposición he podido constatar que los guineanos somos expertos y campeones en la crítica pero incapaces de presentar ni proposiciones ni mucho menos soluciones alternativas. No es que sea reaccio a la crítica todo lo contrario, la considero vital en el ejercício de toda actividad humana porque ayuda a corregir posibles errores y a mejorar el trabajo. No obstante, la crítica se debe hacer con el objetivo de construir y a mejorar como se ha dicho lo que se está haciendo al tiempo que debería ir acompañada de proposiciones concretas. Si por una parte se puede comprender las críticas que se hace a la oposición y a sus responsables, también hay que decir que la actitud de algunos compatriotas no contribuye en la consolidación de la oposición que como todos sabemos, trabaja en condiciones extremadamente difíciles. Cuando hablo de oposición me refiero a los que no hacen el juego a la dictadura.

Como decía al principio, Guinea Ecuatorial cuenta todavía con hombres y mujeres de solvencia moral probada y también de convicciones democráticas capaces de reconducir una oposición díscola y bulliciosa dispuesta a plantar cara a la dictadura y a sensibilizar a la llamada Comunidad Internacional. Una oposición capaz de movilizar a amplios sectores de la población de Guinea Ecuatorial de cara a un cambio democrático pacífico. El concurso de todos los hijos e hijas de Guinea Ecuatorial en esta difícil tarea es importante y es por eso que todos están llamados a aportar su granito de arena en la edificación del futuro de nuestro país que es el futuro de nuestros hijos.

La NUEVA OPOSICION debería combatir los egoismos y los protagonismos personales así como las ambiciones de poder unas de las lacras que han destruido todos los esfuerzos desplegados desde hace años. No se puede repartir el animal antes de cazarlo, reza un refrán fang y es a partir de esa realidad que la nueva oposición debería emprender sus acciones. El fenómeno dictadura no lo borraremos con una varita mágica sino con el esfuerzo y sacrificio, es decir a partir del dicho de que la libertad no se compra, se conquista. Si la unidad hace la fuerza, veámos pues si somos capaces de unirnos por la causa que se supone es común para todos.

Las aventuras en solitario no pueden sino desacreditar la labor de una oposición que se pretende ser la alterantiva del régimen actual. El Pueblo exige una oposición unida, que habla con una sola voz. Una oposición que no es entreguista, manipulable ni corrupta. Una oposición dispuesta a morir de hambre antes de ponerse de rodillas. Esta es la NUEVA OPOSICION que reclama Guinea Ecuatorial.


Fuente: LD

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