GUINÉE EQUATORIALE | LIBERTÉ DE LA PRESSE
ASOCIACIÓN PARA LA LIBERTAD DE PRENSA Y
DE EXPRESIÓN EN GUINEA ECUATORIAL
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Rapport – presse offciel
Versión en español

Caos en la prensa oficial. La Secretaria mantiene en cuarentena a los profesionales


Más no se puede exigir en el ejercicio del periodismo a los profesionales de los medios de comunicación social de titularidad estatal de este pequeño Estado centroafricano. Los medios estatales guineanos funcionan con una estructura marcadamente anquilosada, expuesta a los dictámenes del régimen, gobierno y el partido en el poder. Con una programación fútil, insustancial y un concepto periodístico medievo dominado por la arenga, la radiotelevisión guineana ha perdido prácticamente la audiencia en el territorio nacional y los pocos oyentes y televidentes que la siguen lo hacen mas bien por ‘imperativo circunstancial”. De hecho, solo se limitan a seguir los diarios hablados y telediarios para estar al corriente de las ‘movidas’ del régimen.
El lento y tardío acceso a las nuevas tecnologías ha jugado un papel decisivo. El uso de las antenas parabólicas para captar los canales de televisión internacional, principalmente españolas y francesas, así como el reducido acceso a Internet de los nativos ha dejado desapercibido los medios de comunicación social gubernamentales por parte de una audiencia ya más que tiranizada y cansada por la eterna propaganda ideológica de unos medios incapaces de adecuar su programación a las exigencias del periodismo moderno.
Asfixiados en las intempestivas de una de las dictaduras mas soberbias del planeta, hasta los propios profesionales se ven ya más que aburridos por la política informativa que mantiene la prensa estatal después de tres décadas y a la que están obligados a respetar y practicar cotidianamente mientras no quieren ser acusados de delitos de sedición, que conllevan la expulsión inmediata y la represión política.
La picardía de algunos profesionales en crear espacios socioculturales y de debates abiertos durante los últimos años, ha sido en vana, porque pronto fueron descubiertos por las autoridades del ministerio de información, temeroso de la tolerancia de sus presentadores en admitir a invitados intrépidos que intentaron criticar la política gubernamental, en un país en el que uso de la libertad de expresión y de opinión constituyen los principales delitos si no atentado contra el régimen y la forma de gobierno, penalizados con la tortura, largas penas de prisión e incluso la muerte. La reacción de las autoridades del ministerio de Información ha sido contundente: han clausurado en cadena todos los programas socioculturales sospechosos y sus profesionales amonestados o castigados severamente con la suspensión de sueldo y empleo durante varios meses. Así han desaparecido por ejemplo, programas con cierta repercusión en la audiencia, como “La tertulia”, “Las cosas que ocurren” o “Caminando con los vicios”.
El ascenso a la Secretaría de Estado de Información de una de sus antiguas compañeras, locutora de radiotelevisión, Purificación Opo Barrila, ha ensombrecido aún más el clima hostil en los medios estatales. La flamante ejecutiva y frustrante aspirante a parlamentaria del partido gobernante en las teatrales elecciones generales de 2004, mantiene una férrea censura en la redacción y no duda en tirar de las orejas a ex compañeros poco molestos.
Reputada por sus escándalos sentimentales en los círculos presidenciales y entre los propios compañeros de radiotelevisión, Opo Barrila “está muy obsesionada por el cargo y dirige los medios con intriga”, denuncian los profesionales, víctimas de sus complejos y de su mediocridad política como Secretaria de Estado, más preocupada en fustigar al personal que en modernizar los medios y mejorar las míseras condiciones técnicas-profesionales en que ejercen sus viejos compañeros y cuya dureza conoce ella más que nadie.
En la actualidad y desde marzo del presente año, dos directores de la prensa estatal permanecen castigados con suspensión de salario y empleo. Se trata de Virgilio Seriché Riloha, director general de radiotelevisión y Ramón Etobori Mba, director del periódico oficial “Ebano”. En ninguno de los casos, las razones han sido justificadas. En el primer caso, el personal de radiotelevisión habla de motivos personales y sentimentales entre la Secretaria de Estado y su director general.
El caso de Ramón Etobori es, sin embargo, más complejo. Se trata de uno de los profesionales, al parecer, más honestos de la prensa gubernamental guineana que, con su coraje, ha logrado que el periódico Ebano funcione con una periodicidad semanal después de 1991. Según supo la ASOLPEGE_Libre, la Secretaria de Estado le acusa de “presumido” y “desobediente” y le ha dicho que “no vuelva más al trabajo mientras ella sigue siendo Secretaria de Estado de Información”.
Días antes, la Secretaria de Estado habría convocado en su despacho al director de Ebano para reprocharle de “presumido” y “desobediente” porque, según ella, “no acudió a previas reuniones que semanas antes le estaba convocando”. El 28 de marzo, mantuvieron una fuerte discusión en su despacho y la Secretaria de Estado le mandó a casa hasta nueva orden. Etobori presentaba además el programa sociocultural “Caminando con los vicios” en la radio, que también ha sido clausurado.
La ASOLPEGE_Libre considera que el clima de hostilidad que la ‘flamante’ Secretaria de Estado de Información mantiene contra el personal y los profesionales de la prensa estatal no es sólo producto de sus intrigas y complejos, sino es el modelo de personajes que necesita el régimen al frente de los medios de comunicación social oficiales para frenar el descontento profesional que ha ido creciendo como consecuencia de la falta de la independencia redaccional y de las mínimas garantías que permiten a los profesionales ejercer con cierta libertad.
La ASOLPEGE_Libre recuerda que el ministerio de Información censuró un espacio de debate organizado por la rtvge con motivo del Día Mundial de libertad de prensa, el 3 de mayo, porque ciertos invitados vinculados expresaron que “el régimen tiene miedo a la libertad de prensa”. La censura en los medios estatales se ha vuelto monótona y se practica hasta en los temas de dominio público, como se registró en febrero de 2005, cuando fue clausurado el programa televisivo “La Tertulia”, por haber emitido críticas en contra de ciertas decisiones gubernamentales.
En cualquier caso, la orden de censura proviene siempre de las más altas instancias del régimen, como el gabinete de prensa del presidente de la república y simplemente son ejecutadas por el ministerio de Información.









Fuente: ASOLPEGE_libre

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