Guinea Ecuatorial: ¿Hacia donde vamos?
Por Gabriel Moto Nsa. Ministro Secretario de la Presidencia del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio.
Madrid.- 29 de agosto de 2006. Esta pregunta que me hago yo, es la que quisiera que se hicieran mis compatriotas guineo ecuatorianos cuando nos ponemos a pensar en el futuro de nuestro querido país. Partamos de la opinión mayoritaria de los guineanos que, estando donde estén , vivan o malvivan en cualquier rincón del mundo, siempre piensan en su país. Todos creen que ningún viaje puede ser eterno. Muchos quisieran abandonar el mundanal ruido de sus respectivas residencias en el mundo occidental, para volver, aunque solo fuera para jubilarse, a la tranquilidad de sus pueblos de origen, a la tierra que les vio nacer, sin despreciar efectivamente la tierra que les acogió y acoge.

¿Hacia donde vamos o mejor dicho hacia donde nos llevan?. Muchos observadores imparciales podrían pensar a tenor de lo poco que nos quejamos los guineanos, que no nos interesa para nada nuestro país. Que una vez acomodados en el exilio, nos hemos olvidado completamente de nuestros orígenes. Nada más incierto. Otra cosa es que no tengamos los altavoces suficientes para transmitir nuestra inquietud, para hacer oír nuestra voz de una forma contundente y continuada.

Según informe de las Naciones Unidas, la renta per capita de Guinea Ecuatorial es de 5.500 dólares pero la mayor parte de la población malvive con solo un dólar al día. Es fácil colegir después de observar la situación actual del país que la mayor parte del dinero se queda en manos de unos cuantos que se lo gastan a su antojo. No podemos discutir las prebendas que le asisten a cualquier gobernante en el ejercicio de su autoridad. Ventajas todas, prebendas todas, pero algo debe llegar al pueblo aunque solo sea para disimular, aunque solo sea por vergüenza. El pueblo no puede quedar tan ajeno a esta mesa epuloniana cuando todos sabemos que sobra y que hay para todos. Todos los gobernantes son ricos y el pueblo soberano les importa un bledo, tanto que ni siquiera quieren conocer su opinión. No es lógico que toda la renta nacional se reparta entre unos pocos sin que tan siquiera lleguen las migajas a la población. Tener muchos recursos, ser un país rico, no ha servido para que Guinea Ecuatorial se asomara al mundo con plenas garantías de una nación estable y organizada. Por no mejorar, hasta la expectativa de vida se ha descendido hasta a los 48 años cuando antes estaba en los 52 años.

Todo parece un contrasentido. Todas las riquezas que nos concede la naturaleza de forma gratuita no se saben invertir en beneficio de la mayor parte de la población. Los pocos ricos, son cada vez más ricos; los muchos pobres, están cada vez más arruinados. ¿Donde están las infraestructuras, dónde esta el alcantarillado, qué hay de la sanidad, cómo se educan nuestros jóvenes, qué diseños de ciudad se están proponiendo, de qué se alimenta la población........?

Nuestros jóvenes tienen pocas referencias, pocos modelos estables para imitar. Abunda la mediocridad, lo chabacano; los antimodelos están a la orden del día y valores como la disciplina, el esfuerzo personal, el compromiso, han quedado en segundo término.

¿A qué va aspirar un joven guineano si para acceder a un puesto de trabajo, debe depositar una fianza, debe pagar al empleador?. He hablado últimamente con jóvenes compatriotas y me han confirmado que en muchas ocasiones deben pagar entre 200.000 y 300.000 francos cfa si quieren tener un puesto de trabajo y que, para colmo de males, tampoco tienen la garantía de acceder a este trabajo, aunque hayan pagado lo estipulado de antemano.

Resulta que el gobierno es incapaz de crear puestos de trabajo para todos los ciudadanos; en las aldeas se les priva del sistema tradicional que posibilitaba su manutención como es el bosque y sus posibilidades para la caza. Los más antiguos del lugar recuerdan que cualquier tiempo pasado fue mejor.

No estamos en contra de la ecología bien entendida; sí estamos en contra de los esnobismos al uso que no son capaces de facilitar alternativas viables a la población cuando quieren introducir nuevas ideas. Si nuestros padres y hermanos están acostumbrados a cazar y a vivir gracias a los productos del bosque como elemento básico para el aporte de las proteínas necesarias, no se puede prohibir la caza y la pesca si al nativo no se le da una alternativa fiable y convincente. Prohibir por prohibir, solo provoca repulsa y enfado a no ser que con el bastón inquisidor, se ahoguen todas las protestas y se impida el más mínimo derecho al pataleo.

Organicemos los pueblos, hagamos posible que la dependencia a la gran ciudad sea la imprescindible, dotemos a esos pueblos de la mínima vida social, comercial y cultural, luego eduquémosle ecológicamente. La casa se empieza por los cimientos y la necesidad básica de alimentarse que tiene el ciudadano se satisface con alimentos, no con filosofías; no es creíble tanta mentira aunque se imponga con el palo, previo informe de los “ACHIO”

El gobierno debe procurar una educación adecuada para todos los ciudadanos, una vivienda digna, una sanidad accesible y universal para todos los ciudadanos. Tenemos dinero para ello tanto para la actual como para las futuras generaciones. Tenemos posibilidades para erradicar los males endémicos, para facilitar espacios de ocio a la población, para contribuir a que el guineano se sienta libre y con dignidad en su tierra. Con nuestros dineros y una mínima previsión, no tendríamos ninguna necesidad de mendigar ayuda humanitaria; se podría evitar este malvivir de muchos guineanos después de tantos años de inexplicable exilio. La falta de previsión provoca esta constante sangría de las capacidades creativas con la emigración. El guineano necesita respirar libertad y lo único que encuentra es un nepotismo salpicado de continuos e insulsos procesos electorales a cual más fraudulento y que no permiten atisbar ningún horizonte esperanzador .Generaciones enteras de guineo ecuatorianos solo han conocido el exilio; es hora de que se les permita regresar en libertad para aportar un grano de arena al proyecto común de país. Ya hemos aportado bastante en nuestros países de acogida, ya toca que nuestras capacidades, ilusiones y anhelos broten en el frondoso bosque ecuatorial.

No se puede permitir por mas tiempo esta desidia y despreocupación. Los guineanos solos, no podemos arreglar esta situación. Necesitamos ayuda externa. Si los gobiernos occidentales predicasen con el ejemplo, exigirían el respeto a los derechos humanos, no solo en Guinea, sino en todo el continente africano, demostrarían que es más importante la vida humana que algunos intereses ocultos que se obstinan en defender, comprobaríamos que no les interesa un tonto útil en el poder sino la utilidad para la población de todas las acciones y decisiones gubernamentales. Se interesarían más por las vidas humanas y de su bienestar, que de nuestro petróleo y nuestros bosques llenos de madera.

Debemos ir hacia la formación de un gobierno de unidad nacional que posibilite unas elecciones libres y con la participación de todos, excepto los que han torturado, asesinado y maltratado a la población. Vamos a recuperar nuestra dignidad, vamos a recuperar nuestro orgullo de ciudadanos, vamos a ser un pueblo, una nación. No vamos a permitir que sigan sustrayendo nuestras riquezas, nuestros derechos un puñado de desalmados sin ninguna legitimidad como no sea la de haber tomado el poder con las armas. Vamos hacia un futuro esperanzador en donde cuenten nuestras opiniones, en donde podamos debatir. No queremos que nos lleve ni nos salve nadie. Nosotros vamos al futuro, vamos al reencuentro con nosotros mismos. Es la hora de todos los guineanos, es el momento oportuno para exigir nuestros derechos.

Gabriel Moto Nsá, ministro de la presidencia del gobierno en el exilio




Fuente: Gobierno en el exilio

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos