GUINÉE EQUATORIALE | LIBERTÉ DE PRESSE – LIBERTÉ D’EXPRESSION
ASOCIACIÓN PARA LA LIBERTAD DE PRENSA
Y DE EXPRESIÓN EN GUINEA ECUATORIAL
ASOLPEGE_Libre

COMUNICACIÓN | Diciembre de 2006
Versión en español

La prensa independiente, libre y pluralista desempeña, entre otras, cuatro funciones vitales en una sociedad democrática y más todavía en países en proceso de transición democrática. Primero, sirve para fiscalizar a los gobernantes, obligándoles a rendir cuentas ante el pueblo sobre su gestión de la cosa pública. Segundo, combaten la impunidad y arrojan luz sobre temas que requieren atención de los ciudadanos. Tercero, ilustra a los ciudadanos de modo que puedan tomar decisiones sobre los temas que les afectan. Cuarto, conectan a los ciudadanos y ayudan a crear una sociedad civil fuerte.
La libertad de prensa es el primer barómetro de los países democráticos y en transición democrática. El caso de Guinea Ecuatorial es único en África negra. De entre los países que se adhirieron a la democracia pluripartidista y a la Declaración de Windhoek de 1991 sobre el fomento de una prensa independiente, libre y pluralista en África, sigue siendo el único Estado que no solo no tiene prensa independiente, sino tampoco permite el libre ejercicio del periodismo. Los periodistas independientes están obligados al exilio y otros a renunciar su profesión si quieren permanecer en el país. Sin embargo, como denuncia Reporteros Sin Fronteras, al ‘rey’ del Kuwait de África, “nadie le habla de libertad de prensa” sino de ‘petróleo’. ¿Cómo se puede hacer una transición democrática en ausencia de una prensa libre, independiente y pluralista?


El régimen guineano dice que la libertad de prensa “atenta contra la paz y la estabilidad” del país



“El Gobierno de Guinea Ecuatorial condena enérgicamente la nefasta campaña mediática que los medios de comunicación españoles han propagado deliberadamente durante la visita del presidente de la República de Guinea Ecuatorial... Esta campaña persigue el objetivo de deformar la realidad interna en la opinión pública y forma parte de la estrategia y planes de desestabilización de Guinea Ecuatorial y sus instituciones. La persistencia de estas maquinaciones atentan contra la paz, la seguridad y la estabilidad pacífico del pueblo de Guinea Ecuatorial”, denuncia en un comunicado hecho público el 18 de noviembre.


ASOLPEGE_Libre. EN EL EXILIO, 06|12|06.- El régimen de Malabo no oculta, ni fingiendo, su odio exacerbado contra la libertad de prensa y de expresión. Las autoridades guineanas no contentas por el férreo control que mantienen en su país a cualquier intento de libre circulación de ideas, opinión y de expresión, que es reprimido con toda la maquinaria represiva a su alcance, llevan décadas espoleados en silenciar las esporádicas críticas que en raras ocasiones vierte la prensa extranjera contra una de las dictaduras más salvajes del continente negro.

La prensa española es uno de los blancos privilegiados de la dictadura guineana, cuyas críticas ha utilizado como ‘arma diplomática’ para reanudar las relaciones diplomáticas y de cooperación con la ex colonia. En su opinión, se trata de “medios hostiles” con una ‘marcada’ ingerencia en los asuntos internos.

Del 14 al 16 de noviembre, Obiang realizó un viaje oficial al Reino de España, que fue aguado por el Congreso de los diputados al vetar su entrada en el parlamento. La noticia, junto a la movilización de los exiliados políticos guineanos, se convirtió en el principal tema de debate de la prensa y los medios de comunicación social, que criticaron duramente al dictador y a su régimen. Los tres días de estancia en España fueron aun auténtico azote mediático al déspota centroafricano, que regresó muy nervioso al país, según se desprende del comunicado, que pone especial acento en las críticas de la prensa. “El Gobierno de Guinea Ecuatorial, a pesar del carácter oficial y amistoso de esta visita, no deja de sorprenderle que algunos círculos políticos, grupos de presión y Medios de Comunicación sensacionalistas, antepongan sus intereses inconfesados y sectarios a la voluntad política de las Instituciones de consolidar la normalización de las relaciones entre los dos Países y abrir una nueva era de cooperación y colaboración, obstaculizadas y perturbadas por ridículas incomprensiones estériles y hostigamientos protagonizados por estos grupos sectarios y medios de comunicación hostiles”.

Más molesto todavía, el régimen de Malabo incrimina que “esta campaña de denigración de las Instituciones del Estado persigue el objetivo de deformar la realidad interna de Guinea Ecuatorial en la opinión pública española e internacional y forma parte de la estrategia y planes de desestabilización de Guinea Ecuatorial y sus instituciones”.

Explícitamente, vincula las críticas de la prensa con las hipotéticas intentonas golpistas que ha denunciado en los últimos años. “Esta sistemática campaña mediática y de pronunciamientos hostiles de estos mismos grupos han venido siendo el preludio de acciones de intentonas de invasiones mercenarias, terroristas y golpistas contra Guinea Ecuatorial, como las fracasadas desde Angola en 1997, las del 21 de enero de 1998 y las de marzo de 2004, respectivamente”.

Entre 1991 y 2001, “Radio Exterior de España” jugó un papel decisivo en el escéptico proceso de transición democrática guineana, con un programa especial, que se convirtió en un auténtico escrutinio público sobre la impunidad, violación sistemática de los derechos humanos y la nula voluntad política del régimen en propiciar una real y efectiva transición democrática. Ese programa fue el detonante de la crisis diplomática y de cooperación entre Guinea Ecuatorial y España, de la que intentan recuperarse después de que en 2001 Malabo condicionó la normalización de las relaciones con el cese del mismo. Madrid se retractó y utilizó a su presentadora, “Rafaela de la Torre” como moneda de canje para contentar al régimen de Malabo. La periodista fue expulsada y forzada a una jubilación anticipada. Paralelamente, el régimen guineano a través de su lobby en España, llevó a los tribunales a la revista “Mundo Negro”, también muy crítico con la dictadura.

Coincidiendo con la reciente visita, ha sido la primera vez que los principales medios de prensa dan amplia cobertura informativa sobre la crisis política guineana, que llegó hasta los programas de debate y de humor de las cadenas de televisión, emisoras de radio y foros virtuales. Un hecho hasta reconocido y aplaudido por la oposición del exilio [ignorada y discriminada por el Gobierno español, la prensa y las organizaciones no gubernamentales interesadas en la política guineana].

También ha sido la primera vez que el dictador guineano recibe un varapalo semejante en un viaje al exterior. La indignación ha sido desbordante. “El Gobierno de Guinea Ecuatorial condena enérgicamente esta nefasta campaña mediática que los medios de comunicación españoles han propagado deliberadamente en la opinión publica española e internacional con ocasión de la visita oficial a España de su excelencia el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, cuyas criticas además de ser totalmente infundadas, no coinciden en absoluto con la realidad de la actual era de la democratización de Guinea Ecuatorial”.

“El Gobierno de Guinea Ecuatorial”, añade, “califica esta campaña como un acto de frivolidad y resentimiento por la falta de progresos de dos décadas de una cooperación que no ha tenido efecto alguno ni ha contribuido para marcar la señal de la presencia española en el desarrollo de Guinea Ecuatorial”.

Siempre según el comunicado, el régimen de Malabo advierte a la comunidad internacional y los países amigos que “la persistencia de estas maquinaciones atentan contra la Paz, la Seguridad y la Estabilidad pacífico del Pueblo de Guinea Ecuatorial”.

Esta reacción contrasta, sin embargo, con la propaganda de lavado de imagen que el régimen guineano mantiene en los círculos internacionales sobre la ‘consolidación democrática’ en el país. Una propaganda hasta compartida y alimentada en los últimos años por los sucesivos gobiernos españoles, cuyos ministros de Asuntos Exteriores [primero Ana Palacios del PP y ahora Miguel Ángel Moratinos del PSOE] han reiterado una y otra vez que ‘precian avances de democratización y de respeto de los derechos humanos’ en el país africano. Se trataría de una visión deformada con tintes especulativas, en un momento de creciente interés de España por recuperar el protagonismo internacional en su antigua colonia, tener una fuerte presencia económica a través de sus multinacionales y tejer una farsa transición democrática teledirigida desde Madrid para favorecer la cohabitación entre la dictadura y los dos únicos partidos de la oposición interna reconocidos y apoyados por el Gobierno socialista español y el principal partido de la oposición [Convergencia para la Democracia Social, CPDS está apoyada por el Partido Socialista Obrero Español y la facción de Acción Popular, APGE, está apoyada por el Partido Popular español]. Con ello, pretenden dar una apariencia de democracia pluripartidista en el país reconocida internacionalmente y conseguir cerca del régimen la apertura del mercado petrolero y de otros sectores de interés comercial a las multinacionales españoles.

Recurriendo a la petropolítica y de las ventajas económicas que le proporciona como tercera potencia productora del crudo en África negra, la dictadura lucha por eternizarse en el poder. En los últimos cinco años y con el ‘inestimable’ apoyo de España, ha logrado eclipsar las críticas de la Unión Europea y de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la violación sistemática de los derechos, fraudes electorales y nula voluntad democratizadora.

Lo único que ha cambiado en el país es precisamente el petróleo. En lo demás, Guinea Ecuatorial sigue estando a la cabeza de los países que violan sistemáticamente los derechos humanos, reprime a los disidentes políticos y la población descontenta. La corrupción es generalizada y a pesar de los ingentes recursos petroleros y del constante crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), más del 80 por ciento de la población sobrevive con menos de un euro al día. No tolera la libertad de prensa y los ciudadanos que intentan hacer uso de los derechos de expresión, opinión, manifestación y de asociación son perseguidos, torturados y encarcelados arbitrariamente. En la actualidad, alrededor de 300 ciudadanos languidecen en las prisiones sin haber cometido ningún otro delito que el uso de los derechos de libre expresión y de asociación contemplados en la Constitución de 1991, que siegue siendo violada si no ignorada por el propio régimen.

La prensa libre, independiente y plural, que representa el primer barómetro de los países emergentes y en transición democrática [el régimen y el Gobierno español mantiene que Guinea pertenece a este grupo de países], es un tema tabú y las autoridades no ocultan, aunque disimulando, su rechazo y hostigamiento contra la libre circulación de ideas. ¿Cómo se puede hacer la democracia en ausencia de una prensa libre, independiente y pluralista?

La voracidad del régimen por mantenerse aislado del escrutinio público y seguir reprimiendo a la población en la más absoluta impunidad, le ha llevado a una carrera anti-mediática por todo el orbe, donde quiera que la prensa y los medios esbozan sobre la grave situación política que se vive en el país. Personajes del régimen como el embajador en Londres, Agustín Nzé Nfumu [ex ministro de AAEE y Secretario general del gobernante PDGE) y el Consejero Especial del presidente, Miguel Oyono Ndong Mifumu [también ex ministro de AEE], se han convertido en claros ‘embajadores’ de la política liberticida del régimen. Sus ataques a la prensa internacional son constantes y no dudan en amenazar a periodistas y medios críticos contra el régimen de Malabo. De entre sus últimos ataques contra los medios extranjeros, se puede citar los casos de la emisora panamericana “Radio Mundo Real” de Uruguay y la agencia digital panafricana “Afrolnews” de Noruega.




Fuente: ASOLPEGE_Libre

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