La oposición debe reorganizarse

Por: Dr. Samuel Mbá Mombé, médico

No dejaré de insistir que la oposición de Guinea Ecuatorial debe reorganizarse para romper el actual estado de letargo como consecuencia de despropósitos y errores de los propios actores políticos. Lejos de seguir practicando la política de huida hacia adelante para dar la sensación de que algo se mueve, la oposición debería hacer ante todo, un examen de conciencia profundo asumiendo con responsabilidad todos los errores cometidos consciente o inconscientemente a fin de reconducir la acción hacia los derroteros del éxito.

La lucha política es una empresa difícil y complicada a gestionar. Los aciertos y desaciertos que hemos conocido hasta la fecha son la consecuencia de esa complejidad lo que no debe desmoralizar a los que han consagrado su vida en la búsqueda de soluciones a la triste situación socio-política y económica que atraviesa nuestro país desde su accesión a la soberanía nacional el 12 de octubre de 1968. Nada puede justificar la indiferencia o desinterés de ciertos compatriotas siempre que el país necesita el concurso de todos en la lucha por la instauración de un Estado verdaderamente democrático al servicio de todos sin discriminación de ninguna clase.

Los errores son propios de los humanos. Es importante que éstos sean reconocidos y asumidos, cotejar su arraigo para mejor corregirlos y evitar así que se repitan. Una serie de despropósitos y comportamientos han favorecido el naufragio político que conoce hoy la oposición política de nuestro país. Cada actor político debería hacer un examen de conciencia sobre su papel en el proceso que supuestamente debía convertir a Guinea Ecuatorial en un Estado basado en el respeto de la Ley y de los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Un proceso basado en el diálogo y en la concertación sin imposiciones ni manipulaciones. Ese proceso no pudo ser lo que esperaba la inmensa mayoría de la población por la cerrazón del régimen en plaza por una parte, y por otra, las ambiciones desmesuradas de poder de ciertos actores políticos. Son esos ambiciosos que han contribuido en mayor o menor grado en la desintegración de las fuerzas democráticas hasta el extremo de que la oposición hoy en día es sólo nominal.

La subordinación o contubernio de algunos con la dictadura y la “cohabitación” de otros con las llamadas Instituciones del Estado, ha sepultado todas las esperanzas de los guineanos de ver caminar su país pisando las sendas de su inmensa felicidad cantando libertad. Una libertad que brilla hoy por su total ausencia. Una libertad pisoteada para mantener a los guineanos en la esclavitud total. La oposición debe levantarse para afrontar el reto que la historia le tiene asignado. Las luchas intestinas y los enfrentamientos en el seno de la oposición es una bolsa de oxígeno para la dictadura y una incapacidad manifiesta de la oposición de intentar resolver sus diferencias de manera consensuada y razonable haciendo que los intereses del país prevalezcan sobre los particulares. El error de la oposición es a mi juicio, el afán de querer repartir el animal antes de cazarlo. El objetivo principal de la oposición debe ser el desmantelamiento de las actuales estructuras dictatoriales. La oposición debe estar a la altura de poder imponer la apertura de un diálogo franco con el régimen a fin de establecer un calendario de acciones encaminadas a dar coto a la crisis actual. La oposición puede unirse en la diversidad para conseguirlo. Es más, si la oposición es incapaz de hablar con una sola voz, lógicamente nadie la puede tomar en serio y es así como lo demuestra la experiencia.

Es triste y lamentable que la oposición a pesar de su potencial intelectual no sea capaz de articular un proyecto político que pueda convencer hasta los más escépticos en la necesidad de abrir un diálogo nacional con el compromiso sin fisuras de todos de respetar escrupulosamente los posibles acuerdos. No se puede estar de acuerdo con la forma en que se hacen las cosas en Guinea Ecuatorial en nombre de la democracia siempre que la exclusión sigue siendo la nota dominante en los procesos que se están llevando en el país. La instauración de la democracia en Guinea Ecuatorial así como su consolidación sólo es posible si la participación de todos y todas es clara y no nominal. La participación hoy en día es nula siempre que amplios sectores de la sociedad no sólo que están marginados, sino que se les embarcan en un proceso que les es hostil y que rechazan en silencio por temor a eventuales y seguras represalias por parte del régimen que no se entera hasta ahora que la democracia no se impone sino que es un proceso que implica la participación libre y sin condicionamientos de todos los ciudadanos.

La democracia implica la libertad de expresión, opinión, reunión, movimiento, asociación, en concreto, el respeto de las libertades fundamentales de los ciudadanos recogidas y reconocidas en la Carta de las Naciones Unidas y de la Unión Africana. La violación flagrante de esas libertades como es el caso de Guinea Ecuatorial, es un asalto a los valores y principios de la DEMOCRACIA universalmente reconocidos.


Fuente: LD

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