Llevaba varias semanas sin entrar en esta página y debo decir que me asombran algunas de las cosas escritas en ella.
Me asombra lo escrito por Mbo Oba y su señora.
He leido su contestación a Samuel Mba Mombe y los ”comentarios” al Acta de la POC.
Sobre el primer artículo he de decir que me parece una gran exhibición de sectarismo y de desprecio por la persona a la que se quiere criticar. Algunas de las preguntas (la relativa a Luis Ondó, por ejemplo) indican que los autores han oido campanas pero no saben situarlas ni en el espacio, ni en el tiempo. Critican, sin embargo, a Mba Mombe con una fiereza que no se justifica.
Los comentarios al Acta de la POC son, simplemente, inventados. No tiene nada que ver lo que se dice sobre el Acta con lo que dice el Acta. No es verdad que las decisiones de la POC se tomaran nunca en Moncloa, ni tan siquiera en España. Esa es la idea que defendían Obiang y los suyos y ahora se nos quiere vender como el colmo de la radicalidad. Felipe Gonzalez nunca intervino en estas cosas, ni recibió nunca juntos a Plácido Micó y Severo Moto o, en su defecto, a Armengol Engonga. Tampoco, naturalmente, me recibió a mí. En este caso, como en muchos otros, se me atribuye una importancia que no tengo. En 1995 yo era un recienllegado. Las horas que dedicaba a Guinea eran para escuchar y he escuchado mucho... Ni yo pretendí nunca tomar decisiones en nombre de la POC, ni los que ocupaban puestos de responsabilidad en ella me hubieran dejado. Entonces decíamos que Asodegue era ”el brazo largo de la POC”, todos sabiamos lo que teníamos que hacer y a eso nos dedicábamos. Obiang y los suyos insistían en que eramos los ”blancos” los que dirigiamos la coalición pero era mentira.
Mentiría si dijese que me asombran los ataques a Plácido Micó o a Avelino Mocache. Lo he dicho más veces y no me importa decirlo ahora: el que un grupo de españoles bien situados se dediquen a insultar y contar mentiras sobre dirigentes de los partidos ecuatoguineanos enfrentados a la dictadura en sus propias narices, capaces de decir publicamente lo que otros no se atreven ni a pensar a 7000 kilometros de distancia es un caso de desverguenza y de racismo. No les cabe en la cabeza que haya negros listos.No lo soportan.
Todos estos escritos, todo este permanente juego de disfraces forman parte de un plan preconcebido y de un método de trabajo. El profesorcete mediterráneo, y compañía, disfrazado ahora de gran guerrero fang, está poniendo en marcha una de sus lecturas apresuradas de un supuesto manual de marxismo. Está intentado separar el grano de la paja, los buenos de los malos, los que están por la confrontación de los que defienden la reconciliación (de los ecuatoguineanos entre sí, no con Obiang), quiere ”menos, pero mejores tropas”. Es una táctica antigua. Una vez desenmascarados los ”tibios”, seleccionados los ”auténticos luchadores”, formará con ellos el partido de vanguardia con el que lleva soñando desde hace años. Se acabará, para él, el aburrimiento y podrá llevar esa vida de gran dirigente que tanto espera. Para ello tiene que desacrecitar a Plácido y a cualquiera otro.
Hay que atacar más a quienes aparecen con más posibilidades de éxito [estos son los más peligrosos] y no hay que escatimar medios. No importa mentir, lo importante es acabar con ellos. En esas estamos. Eso es lo que, en versión, caricaturesca pretenden el profosercete de la Vila Joyosa, y señora.
Antes de acabar, y antes de que se le rompa una vena a alguno de los lectores, quiero hacer un pronóstico: no pasará mucho tiempo antes de que la gran mayoría deseis que el gran guerrero de Villajoyosa deje de escribir en esta página, os gustaría entonces que no hubiera escrito nunca. Estos ejercicios de supuesto radicalismo acaban siempre igual, sembrando sal, practicando políticas de tierra quemada, sembrando odio y regogiendo más odio.
Así será.
Adolfo Fernandez Marugan. Secretario de Asodegue.




Fuente: adolfo fernandez marugan

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