La Plataforma de Oposición Conjunta, (POC), es tema estos días en estas páginas, justamente coincidiendo con el aniversario de su desaparición del escenario político de Guinea Ecuatorial.
Es curioso que al ciudadano de a pie guineano se le haya quedado en la memoria (a pesar de la poca vida que gozó) y no así tantos acuerdos, pactos,etc, que se han firmado, la mayoria de ellos de importantes contenidos pero que tras su firma quedaron simplemente en el papel; no se pusieron en práctica, me refiero a acuerdos gobierno-oposición incumplidos sistemáticamente por el primero. Por ejemplo el Pacto Nacional que tuvo varias tomas y ninguna de ellas fué respetada por el régimen.

Sin embargo, la POC, fué otra cosa . Desde sus comienzos la acogió el pueblo con júbilo y esperanza de que algo estaba cambiando y podría llegar a la meta, (unas elecciones transparentes sin coacción hacia el ciudadano que podría emitir su voto libremente) entre otras condiciones favorables y que permitiría lograr saber quién o quienes ostentan para los guineanos el liderazgo para sacar a Guinea de la situación en la que se encuentra desde hace décadas. Por cierto, y dicho sea de paso, sólo a través de las urnas, se podría hablar con propiedad de esto tan confuso que vemos con cierta frecuencia en informaciones que, según de donde provengan, asignan el liderazgo a quienes más interesa dependiendo de las fuentes.

El lenguaje nos permite elegir, utilizar las palabras más adecuadas cuando nos manifestarnos ateniéndonos a la verdad. Por tanto, no se puede contemplar en relación con los liderazgos en cuanto a la oposición guineano se refiere a determinados políticos como ”lideres de la oposición” en tanto en cuanto no sea el pueblo con su voto quien les dé ese calificativo. Se puede hablar del líder de un partido, pero no del líder de la oposición al igual que tampoco es de recibo que se intente mantener que un partido es el líder cuando de todos es conocida la brutal represión que se ejerce por el régimen a determinadas formaciones a las que no se deja, ni un atisbo, para desarrollar sus actividades ni fuera ni dentro del país. El juego democrático limpio y libre no ha llegado a Guinea y mucho me temo que Obiang -como árbitro que se considera del mismo- nunca permita que se desarrolle. Al menos hasta ahora no ha demostrado esa voluntad.

Pero, antes de proseguir, considero muy oportuno hacer una observación, como mínimo, puesto que el tan traido y llevado y nunca cumplido proceso democrático guineano ha contado tambien con actitudes exógenas que para cualquier observador han han obstaculizado, en cierto modo, que cuajara dicho proceso. No se me escapa que ésta es una cuestión delicada y por supuesto nada asumida por quienes han intervenido en el mismo, dando a entender que no estaban o no tenían el protagonismo real que visto lo visto han desempeñado. Me refiero a las posturas de los diferentes gobiernos españoles en cuanto al rol que deberían jugar los diferentes partidos opositores, algunos de los cuales -a juicio de las diferentes formaciones políticas españolas y organizaciones- no reúnen las condiciones democráticas adecuadas para estar en la arena política guineana, ya sea por sus supuestos procedimientos para desembarazarse de la dictadura o bien por la pertenencia al régimen en el pasado de sus fundadores a quienes juzga más severamente que al que mantiene en sus manos todo el poder, Obiang y su entorno. En este sentido, habría que tener muy en cuenta que dichos opositores aun habiendo pertenecido a los dos regímenes-algunos- conocidos en Guinea, plantaron cara al dictador y eligieron el camino de la disidencia creando un partido (FDR) acogiéndose a las normas exigidas en la lucha política. Pero, Obiang, les impidió ejercer esa actividad negándose reiteradamente a su legalización y como única respuesta ejerce hacia ellos una feroz represión de todos conocida.

Estos razonamientos de la clase política española quedan invalidados y sin sentido si nos atenemos a la trayectoria demostrada y consecuentemente contraria a un Estado de Derecho ejercida por el partido fundado y que sustenta el poder ”omnipotente” de Obiang, el PDGE, durante su período de existencia. ¿Quién a estas alturas podría considerar al PDGE, un partido democrático tal y como señala su inapropiado nombre? ¿La reciente y bochornosa visita del tirano previa invitación del gobierno Zapatero ha aportado alguna mejora en pos de un cambio democrático? ¿Cuándo se ha producido una condena explícita por España a los innumerables desmanes de Obiang y los suyos contra la población o, cuando ha encabezado España una condena de caracter internacional? Los hechos están ahí probados y sin dudas de ninguna clase, irrefutables. Guinea Ecuatorial, por mucho que se quiera maquillar y dar la vuelta a la tortilla, es una dictadura. Nunca ha sido otra cosa que un Estado represivo, ajeno al bien de sus nacionales en todos los sentidos, donde los ingresos de su múltiples materias primas los disfrutan Obiang, su familia, su PDGE y todos aquellos que le doren la píldora con la conocida frase, más o menos: ”magnífico, excelencia”, pronunciado en diferentes idiomas y una gran mayoría con un marcado acento francés. Siguiendo en estas observaciones previas hay que admitir y el que no lo haga allá él, que España no ha aprobado la asignatura que tan pendiente y deseosa mantenía a la sociedad guineana: que España fuese la moderadora y animadora de un proceso democrático, contemplando el derecho equitativo de todas las partes a contribuir a él.

Hay que reconocer que España contribuyó y mucho con el inicio en 1991, de la Emisión para Guinea Ecuatorial, en REE, pero no se hizo con la intención de abrir espacio a la libre información de la cual estaba privada la sociedad guineana totalmente desinformada y es más, manipulada, engañada, por la RTGE, al servicio del régimen. Muchas veces en conversación en antena con responsables de la administración guineana a alguno de ellos se le escapaba, de tanto ejercerlo, que tanto la radio como la televisión guineanas eran gubernamentales. A lo que yo respondía: ”pero, ¿ no es pagada por todos los guineanos? O sea,-recalcaba- ¿es pagada por las arcas del Estado?. A esto rápidamente contestaban afirmativamente a lo que yo les añadía: ”pues entonces debería ser un servicio público donde los intereses de todos los ciudadanos tengan cabida, comenzando por lel derecho a la veracidad de sus informaciones, etc, etc”. En ese punto mi interlocutor soltaba una retahíla (también aprendida y usada) de descalificaciones a REE y naturalmente, a mí.

Perdonen, por estos incisos, pero no se puede disociar el comienzo del nunca desarrollado proceso democrático a la existencia de un medio plural e independiente como lo fué en su momento, REE. Gracias a él la sociedad pudo saber lo que se movía en su país contado por los protagonistas de la noticia, algo impensable hasta entonces en Guinea. La evaluación de la tarea de REE deben hacerla sus receptores. Lo que es indudable es que el régimen se vió desasistido de los que fueron hasta ese momento sus mejores aliados : la impunidad y el silencio de sus actuaciones.Ya me referiré al diseño inicial para la emisión que tantos quebraderos de cabeza ocasionó a quien quería mantener a toda costa impunes sus actos.

Dada la extensión de lo anteriormente expuesto he de resumir lo que en principio iba a ser motivo de este comentario: la POC,(Plataforma de Oposición Conjunta).

La unión de los partidos políticos opositores trajo una nueva forma de hacer política en Guinea. Cualquier atropello, cualquier acto cometido por el régimen contra la disidencia encontraba la respuesta adecuada - con la denuncia en todas las instancias - realizada en bloque por los partidos que componían la POC. Tanto la militantancia como la población en general comenzó a sentirse protegida en su derecho a la libre expresión y libre elección. Al mismo tiempo que observaban que la POC conseguía avanzar en sus exigencias al régimen para que éste permitiera la libre actividad de los partidos, no sin presiones y represión. Realmente ésta última no ha dejado de practicarse en Guinea.

Se puede y debe decir, que desde el mismo momento en que se puso en marcha la POC, las cosas se pusieron más díficiles para el régimen, aunque en cierto modo éste subestimó la importancia de esta unión de partidos y el calado que había conseguido entre la población. Y solo pudo constatarlo con los resultados obtenidos por la POC en las elecciones municipales del 95 primera vez que concurrian todos los partidos aglutinados en una Plataforma. Ahi es donde tomó conciencia, Obiang, de la fuerza del acuerdo de la oposición de luchar en común por una Guinea democrática. El triunfo aplastante, abrumador de la POC en dichos comicios no fue improvisado; fué consecuencia de su actuación en la defensa de las libertades y contra las arbitrariedades cometidas por Obiang y su régimen, la que dió impulso y seguridad para que los electores depositaran en las urnas el voto con su libre elección.

Todas las trabas impuestas por el gobierno desde el comienzo de la campaña electoral fueron denunciadas a la comunidad internacional y en algunos casos, superadas. A pesar de que se intentó en algunos distritos amedrentar a los electores, estos se enfrentaron con aquellos que les querian coaccionar, acudían a los interventores de la POC para denunciar estos hechos y así podría citar cantidad de anécdotas ocurridas en estas elecciones que -a mi juicio-cumplieron una serie de requisitos, no todos, de unas elecciones libres. Posteriormente, en el recuento y reparto de los votos se hizo de nuevo presente que no se trataba de un Estado de Derecho. Obiang, siguiendo su costumbre hizo bueno el dicho de ”quien parte y reparte se lleva la mejor parte” haciendo caso omiso a la voluntad popular. Creo, sin miedo a equivocarme, que fue la ocasión en que Obiang vió peligrar su status y además de forma democrática. Por ello, convocó fuera de pronostico y fechas las elecciones presidenciales, que en el caso de presentar una única candidatura hubiese ganado sin dudar, la POC vista por el electorado y la mayoría de los guineanos como la solución a sus padecimientos y con unos cuadros mucho más preparados, cercanos y sobre todo más en consonancia con las libertades a las que aspiraban. Nada parecido a lo conocido y experimentado durante la dictadura.

Hay dos factores que incidieron de forma decisiva en la historia reciente de Guinea a raiz de septiembre de 1.975. Por un lado, la decisión artera de Obiang en la convocatoria de las presidenciales. Por el otro, la sorpresa- en el fondo- de los componentes de la POC por los resultados en las municipales, a pesar de todos los pronósticos preliminares que le daban como favoritos. Ahí comenzó el derrumbe de la POC; les faltó impulso y generosidad a muchos para mantenerse a la altura de las circunstancias; el protagonismo de unos (que lo hubo); la indecisión de otros en defender la Plataforma, y una serie de intereses añadidos exógenos provocó la caida de la que nunca debió perderse, la POC. Costó ponerla en marcha, pero muy poco en destruirla.

La POC, significó y así lo entendió el pueblo la unión de todas las tendencias para conseguir una Guinea mejor.Todas las voces en una sola: la POC. Que cada uno haga y diga la interpretación que le interese; lo que desgraciadamente ocurrió a pesar de su eficacia y servicio a la democracia fué, que como con otra que yo conozco, entre todos la mataron y ella sóla se murió.

Buenas tardes, tengan ustedes,

Rafi de la Torre, siempre apostando por la verdad, caiga quien caiga

Fuente: Rafi de la Torre

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