Me ha escrito usted una carta abierta y parece que debo darle una respuesta también pública.
Se refiere usted con alguna extensión a un comunicado de FDR publicado en la página de Asodegue con fecha 18 de enero y pone usted en duda su autenticidad. Como supondrá no voy a contarle ni como ni cuando llego a mis manos, pero si puedo decirle que no hay la menor duda sobre que se trata de un comunicado verdadero. Me llegó junto con un escrito de los presos de Black Beach, a través de un conducto habitual y seguro, con el único encargo de que ambos se “colgasen en una de las páginas de internet”. Así lo hice. El comunicado, esto sí puedo decirlo, es bastante anterior: lleva fecha de noviembre y según mis noticias fue escrito como presentación de FDR para el nuevo embajador norteamericano en Malabo. Una vez redactado debió parecerles oportuno pasarlo a otras embajadas y, finalmente, aprovecharon el envío del escrito de los presos para mandarlo a internet. Algo de esto se dice en la página de Asodegue y si se lee el documento puede verse que tiene, efectivamente, ese aire de presentación.

Eso es todo. Parece que a usted y a algunos amigos suyos no les gusta lo que se dice en ese comunicado y han decidido darlo por no verdadero. No me importa la opinión de sus amigos, auténticos profesionales de la mentira, pero valoro algo más la suya. Señora De la Torre: no tiene usted ni una sola prueba de que el documento sea falso, ni podrá tenerla nunca porque el documento no lo es. Yo no me invento las cosas que publico como saben los lectores de mi página y le agradecería que mostrase usted hacia mi trabajo el mismo respeto que yo he mostrado, durante años, hacia el suyo.

Le agradecería también que abandonase para el futuro el tono de confianza en el me escribe. Usted y yo no tenemos ninguna confianza y si la tuvimos en algún momento ha desaparecido tras su carta.

Veo también que considera usted natural que sus amigos me insulten, que digan todo tipo mentiras al respecto de Asodegue y de la oposición democrática. Dice usted que alguien de mi experiencia debe aceptarlo cosa ligado a mi trabajo. Sin embargo se enfada usted conmigo cuando yo les respondo. ¿Por qué, señora De la Torre? ¿Cree usted que los poseedores de la Verdad (usted y sus amigos) deben tener más derechos que quienes vivimos en el Error (la oposición democrática y yo)?

Me atribuye usted todo de tipo de maldades. No voy a pagarle con la misma moneda. Quiero recordarle solamente que esa asociación a la que tanto desprecia y yo, fuimos los únicos (los únicos de entre todos los españoles y los guineanos de cualquier creencia y condición) que la defendimos a usted y a su programa de radio cuando las autoridades españolas decidieron cesarla. Publicamos entonces un escrito cuya lectura me produce tanta satisfacción que he vuelto a repetirlo en la página de Asodegue alguna vez más. Fuimos los únicos.

He considerado siempre que su programa es uno de los hitos en las historia de la lucha por la democracia en Guinea. Sus opiniones de ahora no van a cambiar la mía. Puede estar segura que cuando les ataquen, a usted y a su programa, igual que han hecho recientemente con la POC, nosotros daremos la cara por usted.

Mientras tanto, le agradecería que se ocupase menos de mí y que si se ocupa lo hiciese con alguna dosis (pequeña, pero alguna) de buena voluntad.

Cordialmente

Adolfo Fernandez Marugan.


Fuente: adolfo fernandez marugan

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