Sr Marugán: en la carta que me dirige se refiere a una serie de cuestiones que no figuran para nada en el escrito elaborado por mí en el que hacia referencia al comunicado del FDR. Creo que se ha detenido mucho en el ”supuestamente procedente” costumbre muy habitual entre los periodistas cuando se trata de un documento al que no se ha tenido acceso directo ni se ha visto reflejado en otros medios o páginas. En ningún momento ha sido mi intención atribuirle a usted su invención.
La referencia al documento del FDR, estaba centrada en lo que una gran mayoría consideramos que con su publicación -fuera de fecha y con resultados 000 en lo que se reivindicaba-ha podido perjudicar y exponer aún más a los presos del FDR. La pregunta en este caso así como otras que le formulé muy concretas y directas, no las responde. Y le puedo asegurar que son las mismas que, desde hace tiempo, se hace una gran mayoría de guineanos de dentro y fuera de Guinea. No creo que le hayan sorprendido porque en esta página y otras ya se las vienen formulando con gran insistencia . Yo me he atenido a trasladarlas aquí.

La pregunta sobre la publicación del comunicado era muy clara: ”¿qué interés u objetivos pretendías con su publicación?”. Que por cierto, no ha contestado.
¿Dónde se encuentran las maldades en mi escrito, considera que el contenido de estas preguntas encierran alguna intención maligna hacia usted? Encuentra insultante que se las haga?

Estoy en contra de todo insulto. Prueba de ello es que en mi trabajo no he dejado que estos se profieran ni siquiera hacia el régimen. Contaba los hechos contrastados y fehacientes que por si mismos demostraban y concluían la calidad humana de quienes los ponían en practica. ¿En qué momento doy la razón a quienes les insultan y le niego la posibilidad de defenderse?

Y me habla de la oposición democrática a la que me atribuye veladamente - prefiero pensar así - cierta animadversión. A qué oposición se refiere? No olvide que en Guinea no hay tres partidos, me adelanto, sino más. El que no estén en Guinea desarrollando su actividad es cosa ajena a ellos.

Mire usted, el gran error de los que han evaluado a la oposición cual margarita, lo está pagando el pueblo de Guinea. Hubiera sido más eficaz y justo haber propiciado una elecciones libres y haber dejado a los guineanos elegir al que consideraban el mejor candidato. Son ellos, los guineanos quienes deben hacer esa labor. Y quienes dicen ayudar al proceso político, proveer, en todo caso a los posibles aspirantes de los medios indispensables para su actividad, y si es necesario exigirle a Obiang el cumplimiento de lo contemplado en la Ley de partidos políticos. Exigir las libertades y garantías para que esos políticos puedan desarrollar su labor. No inmiscuirse en otros aspectos y relegar a unos en favor de otros.

Para mí todos los partidos que luchan por el cambio son demócratas, porque ese es el fin que dicen perseguir. Unos me agradan más que otros. Esperaré a que puedan demostrarlo cuando sean elegidos en libertad, si es que lo son, y gobiernen. Mientras tanto, esa frase o calificativo que popularicé yo ”la oposición democrática” tendrá todo mi respeto y apoyo y goza de toda legitimidad.

Y casi para concluir ¿en qué momento demuestro desprecio a ASODEGUE? Me atengo a hacer unas preguntas sobre su composición. A lo que usted, tampoco responde, por cierto, y que rerpesentan las que siempre se han formulado una gran mayoría de los guineanos.

Su respuesta sí que destila algo de tendenciosidad cuando me atribuye amistades que pueden justificar mi comentario y que supuestamente defiendo con el mismo. No soy proclive a seguir dictados de nadie, a usted le consta. LLevo bastante tiempo alejada de los círculos guineanos y creáme, lo que he expresado ha sido en respuesta a una acción suya que a mi humilde entender conlleva unas consecuencias muy graves para los que firman ese documento y muy poco positivas en cuanto a sus situación actual.

Yo siempre seguiré luchando por la verdad y la independencia. Quizá mi forma de sentir y actuar no sea del gusto de todos, pero téngase seguro que lo hago de corazón; como me dista mi conciencia. Es una posición en la vida nada práctica. y siempre, siempre, al lado del que más sufre, desde pequeña. Y no es demagogia, mis actuaciones lo dejan bien sentado. Yo no comercio con los derechos humanos y las ansias de libertad de los pueblos oprimidos. Tampoco le acuso de que usted lo haga.

Cordialmente,

Rafi de la Torre.
















Fuente: Rafi de la Torre

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