Salvando opiniones personales sobre determinadas decisiones cuya libertad, responsabilidad y derecho asiste a toda persona, el manifiesto recién publicado en esta página suscrito por, Weja Chicampo, no deja de tener sus peculiaridades rayanas en el terreno del surrealismo.

Una persona que es detenida, sin cargos como es habitual en Guinea, señala en su escrito que durante dicha detención ”ha mantenido encuentros” con destacados prevostes de la administración guineana a fin de llegar a un acuerdo para firmar una declaración como la que se muestra en el referido manifiesto.

Para cualquiera, por muy ”rayado” que se encuentre, los métodos para llevar a cabo dicho ”diálogo” y consecución de los objetivos perseguidos por los autores de la detención, están más al lado de la coacción e ilegalidad, que en el de la negociación. ¿Cómo se contempla desde la óptica de un Estado democrático las prácticas puestas en marcha por el régimen guineano? ¿Qué opinarán sobre ello los distintos miembros electos españoles que tras su visita a Guinea declararon haber constatado progresos democráticos? ¿Permitirían que en España se procediera de tal forma?

Desde que he leído el manifiesto y lo relacionado con éste, me he puesto a la tarea de recabar reacciones de lo que allí se dice y de los procedimientos empleados para obtener la firma a tal declaración y NADA, silencio en todas las páginas referidas a Guinea. En caso de que esa actitud de no opinar al respecto se prolongue, la cosa sería aun más seria y motivo de reflexión sobre qué ”potajes” se guisan o digieren en las diferentes ”cosinas” y qué tipo de recetas se elaboran en torno a la situación ”superestancada” del caso guineano. Un caso que se prolonga en el tiempo durante mas de 29 años.

Por otro lado, sorprende que el régimen haya elegido tan equivocado escenario para conseguir la firma de Weja. ¿Qué asesores podrían haberlo aconsejado? A todas luces no es una comisaria, cárcel o similar el lugar más adecuado a considerar para mantener contactos políticos, cuando el actor con el que se quiere ”dialogar” se encuentra en inferioridad de condiciones evidentemente, al estar bajo arresto de sus ”interlocutores”.

En fin, son cosas, peculiares que intentan (de no obtener las reacciones y respuestas adecuadas) hacer comulgar a los ciudadanos con ruedas de molino.







Fuente: guinea.net y propias

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