Desde que se trajo, no sé dónde, este maldito multipartidismo; Guinea y los guineanos no hemos hecho otra cosa que sufrir. Las malas lenguas y las buenas; sobre todo las mentes indecorosas, están sulfurando las actuaciones de unos que mueven los árboles de la mentira, para que otros recojan los frutos de la consternación, del suplicio y de la muerte.

Ni los frutos que Adán y Eva usurparon a la serpiente en el paraíso, han costado tan caro a una generación, como nos está costando la dichosa democracia.

Allá por el 17 de noviembre de 1991 se aprobó con el 98,3% de los votos una nueva Constitución que amparaba el multipartidismo. El 8 de enero de 1992 se promulgó una ley de regulación de partidos que, empero, imponía severísimas condiciones para obtener la carta legal. En octubre del mismo año, fueron autorizados a funcionar cinco partidos de la oposición. Once formaciones agrupadas en la Plataforma de la Oposición Conjunta (POC) y el Gobierno suscribieron el 18 de marzo de 1993 el llamado Pacto Nacional para, entre otras previsiones, asegurar la celebración de elecciones legislativas transparentes.

Esa apertura democrática, fue a toda regla el comienzo de una travesía áspera, agria y severamente escarmentada para la indefensa población guineana.

Los que vivimos éste amargo comienzo, vimos cómo nuestros padres perdieron trabajos, por las noches en los balcones de la terraza aparecían los militares y se los llevaban; sin mediar más palabras que ‘por órdenes de la superioridad venimos a detenerte’. Recibieron palizas, amenazas, humillaciones, la expoliación de los derechos y las más elementales consideraciones de la dignidad de una persona.

La UP de Andrés Moisés Mba Ada (+), la UDS de Akuse Bindang, el PP de Severo Moto, la Convergencia de Secundido Oyono (+); la CPDS de Amancio y de Plácido Mico; etc. dejaron sin pan, ni empleo a miles de familias. Lo que iba a ser un comienzo de resistencia esperanzadora, se retornó en una pifia de unos políticos hambrientos en el exilio, desearon por encima de todos, hacerse con el poder moviendo las brasas para que otros se quemen las manos y digo otros, por que yo viví la desgracia de cómo mi padre honradamente ganaba su pan, fue vapuleado y condenado a la miseria y después a la muerte, cuando apenas su primogénito había acabado los estudios de Bachillera elemental. Días después, los que trajeron los vientos de la falsa democracia y el oportunismo, se hicieron seña de su parodia democrática pasando públicamente a las filas del gubernamental partido. Sin tener ningún ápice de piedad ni misericordia a miles de militancia que tenían encarrilados en sus formaciones políticas, los dejaron huérfanos y a la intemperie.

Ni tan si quiera tuvieron el coraje y la valentía de resistir, la tan perturbada situación que iban a soportar los que en su día depositaron la confianza en ellos. Estos prófugos, algunos todavía dentro del régimen de Malabo, y otros caídos en desgracia; avivaron la desconfianza que cualquier guineano mira hoy a la clase política opositora guineana.

Costará mucho a los políticos opositores enmendar ese error; porque mientras estos siguen revolviendo el río para que otros sean escarmentados; el collar les va a salir más caro que el perro.

Más sabe el diablo por viejo que por diablo y esto dicho de otro modo; el hábito no hace al monje. Nada más fácil que enviar noticias desde España; y cada día salir con una noticia vaga pero incómoda para que otros traguen la mierda y la miseria. El Internet nos ha venido como el calzado al pie. Todo se afirma y se argumenta fuera de toda verdad.

Estos que dicen luchar por la libertad de los guineanos; nunca se han dado cuenta que cualquier mentira que montan en España, son vidas que se ven amenazadas.

A mí no me gustan los porcentajes, pero me tengo que recurrir a ellos, para hacernos entender que, la Guinea de ayer, no es la Guinea de hoy. Ni en la formación de la gente, ni en el poder adquisitivo, ni en la mentalidad, ni en lo social, ni en lo religioso, ni en lo político. Guinea Ecuatorial ha cambiado mucho, un cambio que un sector de la oposición no quiere ver ni sopesar.

Vamos a partir de hecho, desde la llegada del multipartidismo en Guinea Ecuatorial. Guinea tenía unos 450.000 habitantes; y actualmente puede contar con algo más de 700.000 hb (datos no oficiales) con un dato de crecimiento de 2,732% en 2008. Si queremos ser sinceros, el 20% viven muy bien, el 20% viven bien, un 40% viven; mientras un 20% viven mal. No es un estudio estadístico riguroso. Con esto podemos afirmar con margen de error que en Guinea, un 40% de la población viven mejor y un 60 % viven en condiciones difíciles todo comparado con el Guinea Ecuatorial o con los países del entorno.

En el contexto Guineano, estos 60% de población; un 30% consideran que su vida se puede mejorar, y más o menos aceptan de buena gana su estado de vida; son las reinas moras que a veces cantan otras veces lloran. Y otros 30% están visiblemente molestos por cómo la vida en Guinea les trata.

De los 40% que viven mejor; 20% viven muy bien y están dispuestos a empuñar las armas para defender lo suyo. Y los 20% restantes fluctúan pero también están contentos con lo que tienen. Entre col y col hay una lechuga, por tanto, habría que saber que el contexto guineano en que vivo no todo se cuece habas.

¿El descontento de los guineanos puede surgir de estos porcentajes? Claro que no. Por una sencilla razón; los guineanos que viven mal sienten que merecen vivir así. Por ese argumento que voy a proponer a continuación.

Cuando Guinea accedió a la independencia, contaba con uno o dos licenciados, para entendernos bien, una persona con título universitario; una sociedad que estaba formada con maestro graduados en la escuela de magisterios de la salle de Bata. Hoy Guinea cuenta con un elevado número de licenciados, doctores y diplomados, a demás de numerosos estudiantes formados en distintas escuelas profesionales de distintos lugares del mundo. Europa, África, Asía, América. Y otro nutrido grupo tiene cursado la enseñaza secundaria (bachillerato elemental y superior)

Volviendo a los hipotéticos datos porcentuales, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la Guinea de hoy cuenta con un 42% de población comprendida entre 0-14 años y un 53,8% de una población comprendida entre 15-65 años. De esta población, pueden leer y escribir hombres 93,3% y mujeres 78,4%. Esta variable no incluye la calidad en la educación.

Estos datos que son fiables; en la medida de las posibilidades, requieren una somera evaluación. Un 79% de la población guineana sabe leer y escribir. Esta tasa de alfabetización en 2002 era solo un 65% y en 2008 alcanzó un 78,4%; un crecimiento considerable en términos estadísticos. En grados comparativos, nos situamos en el número 136 del ranking mundial por encima de países como Ghana, Congo, Arabia Saudita, Guatemala, Nigeria, Gabón, etc. Estos datos se pueden consultar en http://indexmundi.comɛs/guinea_ecuatorial.

La tierra se ara con los bueyes que cada uno tenga; España no es Guinea ni Guinea es España. Los líderes de la oposición están mirando por otro lado cuando se trata realmente de lo que se cuece en Guinea Ecuatorial.

Si 78% de la población guineana sabe leer y escribir, habría que matizar que un 15% tienen estudios universitarios; mientras un 63% tiene estudios no universitario de entre ellos un 20% tienen estudios superiores no cualificados y 33% tienen estudios de primaria y bachillerato acabado.

Estamos diciendo que de los 700.000 habitantes que hoy tiene Guinea Ecuatorial, 546.000 habitantes saben leer y escribir. De estos 546.000 unos 81.900 guineanos tienen estudios universitarios; mientras unos 464.100 tienen estudios no universitarios y dentro de estos 464.100, hay unos 92.820 que tienen terminados estudios superiores; mientras 371.280 tiene estudios de primaria o bachillerato o superior acabados.

Vamos hablar de esta élite intelectual universitaria: los 81.900 guineanos con estudios universitarios; podemos afirmar con pequeño margen de error que unos 45.000, viven fuera de Guinea ya sea como exiliado político, como autoexiliado, o que están todavía acabando sus estudios fuera de Guinea Ecuatorial, el 36.000 restante, pueden estar residiendo actualmente en Guinea Ecuatorial o trabajando en las misiones de Guinea en el exterior. De estos últimos, la mayoría tienen trabajos cualificados y viven bien. ¿Esta élite intelectual está descontenta? La realidad y los movimientos nos aseguran que no.

Si queremos hablar de los grupos no cualificado, podemos también sin riesgo a equivocarnos decir que muchos ejercen en Guinea aquello que en condiciones normales y en épocas de vacas gordas no ejercerán como lo están haciendo hasta ahora, son el grupo mayoritario. No nos engañemos, a grandes males grandes remedios. En Guinea falta todavía personal cualificada y el remedio es esta generación sin cualificación alguna, alcohólicos, mujeriegos, chivatos y sobre esto viven, que saben buenamente que si las aguas se mueven en Guinea, serán ellos los perjudicados. Por tanto no estarían dispuestos a soltar la cuerda.

Vamos también que una sola golondrina no hace verano, y los que hablan de Mongomo como el mal de Guinea se equivocan. No olvidemos que gobierne quien gobierne, tendrá que contar con un atiborrado grupo de oriundos de Mongomo; los cuales tendrá la oposición y los iracundos hacerles entrar en razón. Porque muchos doblemente defiende el poder y el trabajo. A pesar de que muchos no comparten la política de aniquilamiento y los oportunismos; se han educado bien y ejercen bien su trabajo y acumulan experiencia necesaria para que en cualquier momento sean requeridos en la administración de cualquier gobierno que surja.

El que vive de ilusiones muere de desengaños, la verdad sea dicha, que queramos o no; es la Guinea que la oposición debe afrontar y donde debe empezar a arar; no los discursos, que sirven para alargar la agonía de los pueblos de Guinea Ecuatorial.

Finalmente la ideología fascista convive con los guineanos desde Macías. Antes era la juventud de Macias y hoy es la famosa ‘seguridad’, donde está una porción de jóvenes guineanos sin formación, ni escrúpulos y sin capacidad para asumir la existencia con honradez sin verse las manos manchadas de sangre de inocentes.

Aquí debe empezar a pensar la oposición y ofrecer alternativas, en lugar de mover el árbol paraque otros soporten el yugo de la caida de las hojas.


Reflexiones de misisim


Fuente: REFLEXIONES MISISIM

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