He seguido con mucho interés las réplicas i contrarréplicas entorno al señor Santos Obama. Sinceramente, la dialéctica mostrada por los señores Mbo Oba y Crispín es digna de elogio. Los argumentos han sido demoledores, claros, conviscentes e irrefutables. Lo siento por el señor Santos. Eso, es justamente de lo que tiene miedo el señor Obiang y sus lacayos; miedo tienen de encontrarse con gente preparada, formada, coherente, capaz de dejar en evidencia sus deficiencias, mentiras y mal obrar. Les gusta a la gente incapaz de decir esta boca es mía aunque las circunstancias lo exijan. Nosotros desde aquí intentaremos dejarles al descubierto, y sin malas artes como las suyas; simplemente con la verdad y la palabra les iremos desenmascarando poquito a poco como gota malaya. El régimen del caos (bien bautizato) tiene miedo de la verdad, de la belleza, del buen gusto, del buen trato, del buen hacer, del deber cumplir, de la disciplina, de la norma, del reglamento, de la ley, vamos, de todo lo que sabe a justicia. Es el gusto por el mal, por el pecado -los siete pecados capitales reinan en el país-, por la desvergüenza, de la mediocridad, de la estupidez y mala educacación ( y no insulto a nadie).

El señor Santos nos habla de la legalidad y legitimidad de Obiang como presidente e instituciones que de él emanan. Veamos: ambos conceptos -y sin ahondar mucho- tienen que ver con el cumplimiento de la ley. Pues bien, Obiang es el primer infractor de las leyes vigentes en el país. Y en el caso concreto de las elecciones presidenciales, las ha infrigido antes, durante y después de las mismas (simplemente hay que seguir todo el proceso), de modo que todo lo que venga después no es legal, y por tanto, ilegítimo. Por consiguiente, Obiang, al no cumplir las leyes, los reglamentos, es decir, los procedimientos, y demás reglas del juego limpio y ética política, no debe ser presidente del país. Señor Santos, las instituciones del estado no emanan de Obiang, él forma parte de una de esas instituciones que a su vez están separadas (separación de los tres poderes del estado) sirviendo al pueblo, y no sirviéndose de él, como ocurre.

El señor Santos nos habla de ocupar cargos según la confianza política y méritos y sin tener en cuenta los principios morales. Estoy deacuerdo con usted, señor Santos, en cuento a la meritocracia. Pero, ¿me dice los méritos reunidos por los hijos, hermanos, primos, yernos, cuñados, amigos y demás de Obiang para ocupar cargos de dirección y gestión de asuntos de un estado? ¿No será que el único mérito que tienen es el de la sangre y tribu? Resulta ahora que no interesan ni los principios marales ni éticos a la hora de elegir a los gestores de la cosa pública. Precisamente, al no tener en cuenta dichos principios, se piensa, se habla y se obra como ocurre actualmente. De donde no hay no se puede sacar; es demasiado pedir un mínimo de pudor.

El señor Santos Obama nos habla de que en Guinea Ecuatorial todos se sienten iguales. Ni se lo cree usted. Es falso de toda falsedad. ¿Sabe?, el tan solo hecho de ser guineanos no nos iguala; lo único que nos igualaría es la justicia, la ley y su cumplimiento. Cosa, como bien sabe, no sucede en el país del caos. Donde no hay justicia, no hay libertad; donde no hay libertad, no hay paz; y donde no hay paz, no hay unidad.

El periódico independiente ”LA OPNIÓN.GE” de malabo trae la siguiente información sobre la composición del nuevo gobierno del régimen del caos por provincia:
Annobón : 1 miembro
Bioko-Norte : 5 miembros
Bioko-sur : 3 miembros
Centro-Sur : 4 miembros
Kie-Ntem : 11 miembros
Litoral : 11 miembros
Wele-Nzas : 32 miembros
Como observará el señor Santos, 32 de 67 son de la provincia del dictador, es decir, aproximadamente el 48% de los miembros del gobierno son de la misma provincia, y qué casualidad, de la provincia del presiente. Con estos datos, en Guinea Ecuatorial hay unidad, paz y justicia, ¿verdad?, sr. Santos obama.

Podría seguir hablando de demás casos, pero los demás lo han hecho de sobra, con contundencia, fiabilidad y elegancia.

Seguinremos escribiendo; nos duele nuestro país y no queremos hacerle daño como lo hace Obiang y su corte de aduladores. No lo hacemos por el maná del petróleo, como Obiang y su corte. No lo hacemos por egoismo, como Obiang y su corte. No lo hacemos por soberbia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza,..., como Obiang y su corte. Nosotros usamos en esta página sólo el poder de la palabra y la verdad: ” la verdad os hará libres”. Y el régimen del caos tiene miedo a la verdad, puesto que el ”algodón no engaña”. Pero una cosa, las bondades de la democracia llegarán a nuestro país, lo quieran o no.

Nosotros, los exilados no queremos participar de ese malquehacer acostumbrado, sin escrúpulos, sin conciencia del mal. Al menos hay personas coherentes, con principios y que el sentido común les dicta lo que es moral y ético, lo correcto e incorrecto, lo malo y bueno, lo privado y público, etc.

Sr. Santos: como dije en otra ocasión, cambien el rumbo, esto no marcha y les explotará de las manos. Lo cortés no quita lo valiente. ¡Cuidado!, que a cada cerdo le toca su...


Fuente: evede

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos