De verdad que cuando uno es miserable, es siempre un miserable. No vale que alguno diga que a mí no me lo parece. Un miserable parece una hinca que aguanta pequeños y grandes maremotos, soporta los vientos huracanados, levanta los enjambres cuando el sol alumbra, pero es un miserable.

Un miserable es como una seta que sacude el resto de tierra acoplado en su sombrero, mantiene blanquecina la laminilla, demuestra su fortaleza en la volva y en los micelios, pero siempre es un miserable: los miserables van siempre con esos aíres de grandezas, pero cada acto que realiza para demostrar lo que no tiene, supera la marca de su estulticia y se convierte siempre en un miserable.

El miserables busca a contracorriente superar su miserabilidad, pero lo que encuentra es la mezquidad de sus actos. Los miserables saben hablar, dan charlas, aconsejan y hasta se atreven a opinar de cosas que requieren mayor abstracción conceptual y conocimiento positivo e indiscutible, pero sus posicionamientos se caen con la misma carga de sus argumentos y se convierten siempre en posicionamientos de un miserable.

No hay forma de convertir al miserable en una persona justa, generosa y dichosa; porque cada paso que da, cada decisión que toma, cada vez que abre la boca, se deja ver a la luz que es un óptimo miserable.

El miserables tiene ojos y mira, tienen pies y anda, tiene boca y habla, tienen sentimientos y siente; padece una serie de necesidades y las cubre; viaja, discute, come, duerme se siente hasta relajado, habla con unos y con otros, hace amistades, demuestra cada paso cuan miserables es.

Dicen que la mona aunque se viste de seda mona se queda, peor todavía si la mona nunca vistió de seda. Muchas cosas ocurren en el mundo y en Guinea Ecuatorial, y esta semana hemos visto que, el que nos gobierna insiste una y otra vez que lo que interesa a los guineanos, no es tener vivienda, ni sanidad, ni educación, ni mejores carreteras, ni justicia, ni bien común, al menos hasta 2020; sino más bien alguien que DICTA lo que el guineano y Guinea tienen que ser. También en esta misma semana que acaba hay disputas arcaicas sobre los fang y los bubis en esta web, a buen saber seguirán para la semana que viene; la justicia francesa, no sabemos si para bien o para mal, acaba de remover otra vez el dolor de los guineanos recordándoles dónde van sus reservas, mientras 80% por ciento de su población se muere de hambre. Marcos MANUEL NDONGO, opositor, sigue detenido sin saber por qué.

Me sigue dando mucha pereza la actitud del Vaticano que ha recibido por quinta vez a nuestro general de brigada, no sé qué cargo tiene ahora en el ejército, negando un responso en vida a una oposición asesinada en el estancado proceso democrático guineano. Por lo visto, en la mejor tradición del papado de Avignon en la condena a los templarios, donde sólo preocupaba a la iglesia cuantos billetes pones en la mesa. No Sabemos si la conferencia episcopal guineana, ha hecho llegar a la curia romana alguna biografía de nuestro comandante en jefe, o ellos han tenido la osadía de colocar en el Google el nombre del eminente visitante de las dependencias vaticanas. O es que estamos otra vez en el matrimonio Poder temporal-Poder espiritual, o dictaduras-Vaticano. Fuera lo que fuere, sabemos que nadie ha abierto la boca y el resto de señoritos vestidos de negro no han dicho nada, ni lo vayan a decir, ni saben qué decir, porque el miserable es siempre un miserable. Los cristianos de Guinea Ecuatorial que quieren todavía creer en Dios y en su Iglesia, preguntarán a sus pastores si sólo quieren seguir con la boca bien llena sin ninguna capacidad de abrirla o vomitar cualquier minucias impuesta, para defender la vida de los guineanos que son también cristianos católicos.

El gran jefe y los suyos campan a sus anchas y el estupor continúa, siquiera aminorado por estar acostumbrados desde 1979, ni tan siquiera esa crueldad se ve mitigado por las nuevas bendiciones papales, cuarenta y pico detenciones en Malabo, torturas en Bata para citar lo más reciente.

Guinea Ecuatorial fue profanado en vida, luego profanado en su tumba y ahora está siendo profanado su espíritu. Lo realiza con absoluta impunidad, un maldito miserable.



Fuente: Reflexión personal

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