El titular de este comentario no es noticia para millones de habitantes de este Planeta. Es cosa sabida y probada. Una gran mayoría de los que la han denunciado, llevado a las grandes instancias internacionales - esa llamada comunidad internacional que lo único válido que ha demostrado es sacudirse la pulgas y hacer oídos sordos y ojos ciegos ante la reivindicaciones de los pueblos - o no viven o lo hacen al margen de las grandes tribunas por haber sido objeto de persecución, marginación o voluntad propia ante la hipocresía y tantos intereses espúreos de la que han sido testigos. Otros con peor destino yacen en lugares desconocidos tras ser abatidos por defender la verdad y la justicia. Casos sin resolver y a veces sin denunciar. A esos auténticos mártires que no se dejaron comprar, que mantuvieron sus convicciones a pesar de todo, la mayoría personas desconocidas o que se han querido lo fuesen para que no se siga su ejemplo, quiero rendir mi más sentido homenaje a su valentía, a su compromiso, a su determinación.

No; no se dan premios a quienes realmente los han merecido o merecen. Tampoco este colectivo al que me refiero los ha buscado. Su mejor premio sería la consecución de las causas justas por las que apostó y sigue apostando. Eso sí que es cuestión de talante, de compromiso sincero, de honradez.

Asistimos estas últimas semanas a hechos que a muchos les han sorprendido. Se nota su desconocimiento de lo que sucede como ”normalidad” en los países donde el pueblo se ha levantado contra sus represores y los que se sumaran a esta ola de justas protestas. Europa por un lado, ha desestimado los gritos y denuncias provenientes de muchos lugares en petición de ayuda para poner fin a crueles dictaduras, emitiendo mensajitos donde se apercibía de manera tibia a los dictadores para que aflojaran la cuerda con la que asfixiaban a la ciudadanía. Al buen conocedor de lo que se guisa en el viejo continente y sus consecuencias no se le escapa la errática pólítica llevada a cabo por la que debería haberse puesto incondicionalmente al lado de las reivindicaciones de los pueblos y no a los desatinos y exigencias de los dictadorzuelos de baja calaña dispuestos a hacer concesiones en la explotación de las riquezas de sus respectivos países. Por el otro, América (del norte) el imperio con camuflaje casi perfecto de aires democratizadores, ha estado más pendiente de que sus compañías explotadoras de materias primas sacaran el mayor beneficio al menor precio; de ganar terreno a supuestos enemigos del imperio para aposentarse de por vida o así en esas regiones.

¿Quién realmente ha solucionado los más de cuarenta y tantos conflictos existentes, que se sepa, con las medidas adecuadas para favorecer los derechos de los pueblos en justa correspondencia a sus reivindicaciones? La respuesta la obtenemos simplemente en que dichos conflictos siguen y siguen, con métodos contra la población cada vez más crueles y expeditivos por parte de los verdugos que dicen les gobiernan y ante los cuales esa comunidad se somete con toda indignidad, complacencia intolerable propuesta a sacarles los mayores beneficios. Beneficios que los dictadores sustraen a los pueblos, década tras década. ¿Acaso la comunidad internacional ha puesto coto o ha contribuido a la gran corrupción existente en muchos países donde impera el todo vale, con tal de mantenerse en el poder el sátrapa de turno?

Me pregunto hasta qué punto el gran sacrificio y valentía demostrado por los tres países que en estos momentos se han desembarazado de los dictadores que atenazaban a su sociedad, obtendrá los objetivos perseguidos. Cuento por supuesto con la caída inminente del Gadafi, en Libia. Lo suyo es cuestión de días ensangrentados que es como suelen actuar algunos personajes que como este se consideran un dios, un enviado divino para robar, asesinar y mantener a sus supuestos gobernados en un infierno.

El trajín de la comunidad internacional cogida por sorpresa ante la evolución de la situación en el norte de Africa, es patética. Porque no es que les importe los centenares de muertos y heridos en estas revoluciones; lo que les mantiene muy preocupados son las materias primas que contienen esos países y que podrían poner en peligro la prosperidad de occidente asentada justamente en los ricos yacimientos que hasta el momento están ahí, en las zonas de conflicto. Y esto sin citar el número de occidentales que operan en esas regiones, ong’s, incluidas. Estas últimas con presencia de décadas para ayudar a los pobres ciudadanos pero, incapaces de hacerse oir por esa comunidad en la denuncia de los desmanes y carencias a las que eran sometidos por los dictadorzuelos de los respectivos países donde operaban “haciendo el bien”.

Me alegro de la movilización de esas sociedades en derribar regímenes opresores. Sin embargo, hemos de estar atentos a la viabilidad para que esos países consigan la estabilidad sin veredas torticeras aprovechadas por intereses oportunistas de dentro y fuera. Es una tarea ardua y espinosa aunque lo más necesario ya está conseguido: derribar al dictador. Ahora, hay que esperar que sean los dirigentes o líderes emanados de los propios pueblos los que vayan poniendo el país en funcionamiento. Occidente, debe dejar que cada pueblo se gobierne a si mismo sin interferencias de imposiciones de liderazgos como hasta ahora se ha hecho. Que se preste ayuda en lo necesario para recuperar el ritmo del país es bueno; que se impongan otro tipo de “ayudas” solo conduce a que de nuevo se reproduzcan manifestaciones contra el “impuesto”.

Se habla en algunos círculos y medios de comunicación de la posibilidad de enviar fuerzas a Libia a fin de detener la masacre desencadenada por el dictador contra el pueblo, ¡hum! Debería estudiarse muy a fondo esa determinación de llevarse a cabo. La comunidad internacional debería haber aprendido la lección de los errores cometidos anteriormente. Las aspiraciones justas de los pueblos no pueden responderse a través de la ambición de los posibles mediadores. Los pueblos quieren y les asiste el derecho a caminar por sí mismos sin necesidad de muletas impuestas por los que otrora fueron sus colonizadores o más tarde sus neocolonizadores.

Se suele recurrir con bastante frivolidad en los despachos de ministerios e instituciones internacionales al perfil corrupto y asesino de los dictadores, así como al inmovilismo de los pueblos en combatirles. ¡Deprimente! La respuesta inmediata a estos comentarios es ¿y ustedes que conocen a este personaje son capaces de sentarle a su mesa y darle un abrazo fraternal? Y lo que te pide el cuerpo y todos tus sentidos es mandar a estos que así se manifiestan a la mismísima, ya saben. Claro, que en todos sitios cuecen habas. Lo de la corrupción es generalizado. El que esté libre de culpa, seguro, que no pertenece a algunas de las profesiones que omito y que en la actualidad son las que debieran dar ejemplo a propios y extraños. Es fácil comprobarlo. Ejemplos no faltan, para desgracia de los votantes y consumidores audiovisuales de este país.

Por lo pronto la grandilocuencia de los oradores en resaltar los derechos de los ciudadanos y no tenemos que salir de nuestras fronteras, sobre eso tan manido de la libertad de expresión (manido por lo rutinario en su advocación y lo manipulado e interesado en la práctica) debería cesar y pasar a los hechos. Hoy con la crisis cualquier plumilla está dispuesto a contar las cosas como se las digan y con el consabido filtro para que no se escape lo que no interesa. ¿Es esto y otros comportamientos un modelo ejemplar para la exportación?

Muchos como yo deseamos que las dictaduras sean erradicadas del mundo. Muchos como yo estamos en contra de la cosmética hasta ahora utilizada por Occidente a fin de mantener en el poder a quienes hacen de la muerte y la miseria su objetivo prioritario. Muchos como yo, a pesar de todo, seguimos creyendo que es posible un mundo mejor y más justo a base de diálogo y tolerancia entre los pueblos. Diálogo y tolerancia 0 para los dictadores que a diario siguen privando a la población de pan, sal, conocimiento, y todos los derechos irrenunciables del ser humano.



Fuente: Propia

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