Hay noticias que despiertan curiosidad, otras repulsa, otras impotencia y otras nada, no despiertan absolutamente nada. Hay detenciones en Guinea Ecuatorial, no es ninguna novedad, menos los que quieran hacer ver que en algún momento en Guinea Ecuatorial no hubo detenciones. En guinea siempre hay detenciones, siempre y sólo sobre un motivo; político.
Las recientes detenciones de miembros del CPDS y de los ciudadanos de la etnia bubi nos cogen de sopetón, en un momento en el cuál la dictadura quiere gritar a sus amigos, con todo el aliento posible, que la dictadura del petróleo está por encima de todo: libertades, voluntades, leyes, democracia etc (ni reformas, ni apertura política, ni nada de nada); meter miedo y en su caso matar para reafirmar que en Guinea Ecuatorial estamos en una jaula custodiada por un león.
Algún listo de estos de siempre, pregunta dónde está Piong Yang (Juan Manuel Nguema Esono). No entiendo si la pregunta tiene algo de sorna, o de verdad son los que llevamos nombrando aquí. La respuesta nuestra es más sincera: está en la cárcel y está siendo torturado, por si le quepa alguna duda al preguntón de siempre. Pero nuestra pregunta que nos gustaría que alguien nos diera alguna respuesta es ¿Dónde está Plácido Micó “líder” y secretario general de CPDS? Ausente.
Este ausente que lo está por motivos mucho menos claros y no sé yo si desde su alcoba parlamentaria sabe que hay inocentes que le consideran líder de una formación política, donde aun en el peor de los casos, debería organizar y partir el pecho por sus huestes secretarios ejecutivos, generales, sectoriales y un sin numero de innecesarios.
Qué raro que la parroquia no haya dicho nada de Plácido Micó, para algunos la alternativa para Obiang en la casa provinciana que nos legó la dictadura de Franco. Este ausente que cuesta organizar a los suyos y sobre todo estar cerca de ellos cuando el depredador pisa la casa.
Algunos consideran, y entre ellos estoy, que la dictadura es como una prisión, pero con la diferencia de que, en la prisión uno puede escapar si tiene el firme convencimiento de que es lo mejor para uno mismo, pero en la dictadura no. Los Mico y los Bacales ya no pueden deshacerse de la dictadura y no se puede servir a dos amos. Además de los millones que les llueven, algo tiene la dictadura que acaba dando un revolcón a las posiciones políticas, si las hubo, para darle a uno el aspecto gallináceo de todo ave que apenas puede recorrer unos centímetros sobre el nivel del suelo.
¿Dónde están los líderes de la CPDS? Su transmutación les obliga a ser ausentes acongojados, maniatados por el engaño al sufrido pueblo guineano. Se han convertidos en ave de corral, estos que alguna vez entraron por los vericuetos de la política y sus cosas, desde esos días que hacían de la política un banquete feliz, un tránsito que queda para una diminutiva crónica de la historia guineana que estamos escribiendo con sangre y lágrimas.
¿Dónde está Mico, para exigir a sus coadjutores del parlamento el paradero de Juan Manuel Nguema Esono? Es lo que tiene estas cosas, de construir sobre andamiaje inestable de barro de cemento y aire, un partido político que ha sabido engañar a sus inocentes y colaboradores y ha dejado colgado a los que en su día apostaron por sus macabras estrategias. Están los afiliados del CPDS recogiendo los cristales cortantes de la feroz sacudida de sus líderes, al dejarles solos.
No estaría de mal que estos líderes digan que su ausencia obedece a la renuncia a la democracia, a la imperiosa necesidad de colaborar con la dictadura, y el innecesario deseo que la población tenga de exigirles compromiso claro. Ver a un partido político o líderes que cambian con pasmosa facilidad de partido o ideología, no es plato de buen gusto, pero es valiente no arrastrar a sus divisiones hasta la emboscada.
El optimismo de CPDS (2009) de escribir nuevas pautas de alternativa a la dictadura, se ha convertido en la expresión de un mustio desencantado, de líderes sonrientes con el pastón que reciben del que hace poco vertían las críticas. Pero es justicia que aunque sea por vergüenza, los seguidores afiiados de CPDS se merezcan algo más que desorientación y abandono. Cuando, los que hace poco (elecciones 2009) desahogaban margaritas por una causa noble. En poco menos, han cambiado de caballo en plena recta final con un recambio, nada más y nada menos que el mismísimo depredador de libertades.
Que no nos pregunten dónde esta Juan Manuel, sino dónde está Plácido Mico.
Fuente: propia
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