En relación con los acontecimientos políticos que suceden en la República de Guinea Ecuatorial desde el pasado mes de febrero, sobre los que venimos opinando con la intención de fortalecer la evolución hacia un régimen de libertades en nuestro país, conscientes de que nuestro posicionamiento inequívoco, en consonancia con los partidos políticos democráticos del interior, está ayudando al régimen imperante a transitar hacia un cambio que puede ser importante y decisivo, queremos manifestar lo siguiente:

PRIMERO: Consideramos positiva la iniciativa de la autoridad “de facto” de reformar las leyes vigentes con vistas a adecuarlas a las necesidades y exigencias de una sociedad democrática y plural.
No obstante, consideramos legítimas las condiciones previas establecidas por los partidos Acción Popular (APGE), Unión Popular (UP) y Convergencia para la Democracia Social (CPDS), y suscribimos íntegramente su comunicado conjunto del 12 de mayo pasado, sobre la pretendida “reforma constitucional”. La precipitación demostrada por el general Teodoro Obiang, la composición de la lista de los comisionados y otros detalles preocupantes, evidencian que no existe una voluntad política real e inequívoca de transformar la realidad que venimos padeciendo desde que el general Obiang accedió al poder hace 32 años. Por todo cual, no es suficientemente creíble su sola palabra, sino que debe consensuarse el método de formación de la comisión constituyente, en lugar de imponer su composición de manera unilateral. Lo más aconsejable para una reforma constitucional del calado que se pretende, es formar un parlamento constituyente, integrado por miembros electos y por personalidades con credibilidad y legitimidad.

Guinea Ecuatorial no carece de leyes; sólo es necesario que el propio Gobierno las aplique. En este sentido, cabe recordar que la Ley Fundamental vigente ya recoge los derechos de libre asociación, manifestación, expresión y opinión, así como el de libre circulación de personas y bienes dentro del territorio nacional. Y a pesar de ello no existe la libre asociación, ni la libre circulación de personas, ni la libertad de expresión, de manifestación ni de opinión Toda reforma, para ser tal, debería empezar por la aplicación efectiva de estos derechos fundamentales ya reconocidos en el actual ordenamiento jurídico.

SEGUNDO: Consideramos igualmente positivo lo expresado por el general Teodoro Obiang en la reunión del día 13 de Mayo, en el sentido de que estaba dispuesto a promulgar una Ley de Amnistía Política General que libere a todos los presos políticos –cuya existencia niega-, propicie el retorno de todos los exiliados y expatriados que lo deseen y legalice todas las formaciones políticas y sociales. Añadimos que todas estas acciones deben tender a iniciar con todos los partidos y demás fuerzas sociales un diálogo para implementar una transición a la democracia que culmine con unas elecciones democráticas, libres y transparentes . Esperamos una declaración o un comunicado del gobierno guineano que confirme lo manifestado in voce por el general Teodoro Obiang en aquella reunión.

En este sentido, queremos recordar que, a lo largo de su amplio mandato, el general Obiang ha incumplido todas las promesas, pactos y acuerdos establecidos con el pueblo y con los partidos políticos de la oposición. Por ello no podemos depositar en él confianza alguna. Para que sea creíble su oferta, debe realizarse mediante unas acciones concretas previas como la promulgación y ejecución de la citada ley de amnistía general y la legalización de todos los partidos políticos y asociaciones que lo quisieran, o la garantía a todos los ciudadanos de las mismas oportunidades de participación política y de trabajo en el país, según sus capacidades, aptitudes y deseos. La amnistía anunciada no puede convertirse en una trampa para identificar y atrapar a los disidentes.

TERCERO: Dada la nefasta situación política actual, consecuencia de más de tres décadas de opresión, es necesario que el general Obiang anuncie con mayor claridad y precisión un calendario político que culmine en elecciones libres, democráticas y transparentes en un plazo razonable, consensuado con todos. Una Ley de Reforma Política consensuada sería la mejor fórmula.

CUARTO: Siendo la alternancia en el poder uno de los pilares fundamentales de toda democracia, el proceso que se pretende emprender no puede ser creíble si culmina con el mismo escenario y con los mismos actores. Por lo tanto, debe quedar garantizado que el régimen imperante acatará el resultado de cualquier proceso electoral futuro –municipal, legislativo o presidencial-, sin acudir a trucos o subterfugios que lo deslegitimen, como ha sido habitual hasta ahora.

QUINTO: Si se cumplen estas premisas, apoyaremos las reformas que se anuncian ante la opinión pública nacional e internacional. En caso contrario, el general Obiang habrá perdido de nuevo una ocasión propicia para garantizar la paz y la estabilidad del país.

En el exilio, 16 de Mayo de 2011.


Fuente: colectivo PIE

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