Antes de nada, mi rechazo a la violencia venga de donde venga. La única, legal y democrática respuesta a los dictadores: la práctica y cumplimiento, en todas circunstancias, de las leyes establecidas.

En alguna ocasión he manifestado aquí mi escepticismo en cuanto al resultado de la llamada ”primavera árabe” en la consecución de una democracia real, efectiva. Y ¿por qué? Sencillamente porque quiénes deben lograrlo me da que no poseen las caracterísiticas que la situación requiere. También me sitúa en ese excepticismo el conocimiento, através de los años, de la condición humana de muchos ”salvapatrias”.
Somos conscientes, con excesiva frecuencia, de los ”apaños” políticos que se cuencen en los despachos de los ”grandes” con dictadores a cambio de mantener sus privilegios comerciales, económicos, extracción indiscriminada de los recursos naturales que contienen las tierras que pertenecen a pueblos subyugados y en situaciones insostenibles a nivel humano. Mucho hablar, escribir, declarar, para luego seguir en la misma tónica o atonía en cuanto a las aspiraciones de los pueblos de libertad y desarrollo.
Aún permanece en la retina de todos las imágenes del tirano Gadafi junto a uno de sus hijos, en la exhibición de sus cadáveres al pueblo libio y al mundo. Como persona y aun siendo totalmente contraria a este dictador esperpéntico, creo que este espectáculo podría haberse evitado. Si las acciones de Gadafi han sido totalmente reprobables, éstas también lo han sido. Así como el método empleado para quitarle de este mundo.
¿No hubiera sido mejor llevarle ante un tribunal donde se mostraran sus ”hazañas” contra el pueblo libio en un juicio justo? Pruebas de su culpabilidad, de su crueldad, no hubiesen faltado. Como pruebas de su carencia democrática han dado los actuales componentes del Consejo Nacional Transitorio libio (CNT). Mal se empieza. Hemos sabido por boca del ministro de Información de dicho Consejo, Mohamed Shamam, el rechazo del CNT a una eventual investigación internacional sobre la muerte de Muamar Gadafi, que calificó de ”provocación” (la investigación). Y ha insistido: ”No vamos a plegarnos a una provocación internacional en este asunto”, sobre la muerte, en extrañas circunstancias de Gadafi, cuando se encontraba bajo arresto por parte de los rebeldes. ¡Ahí va eso!
Es indudable que el comportamiento durante 42 años del ahora fallecido (asesinado) dictador, suscitara el odio, la venganza y otros sentimientos de revancha en los ciudadanos. Pero, permitir asesinatos indiscriminados por parte de los rebeldes hacia Gadafi, familia o sus afines, es la demostración de que los nuevos dirigentes no controlan la situación (cuestión muy peligrosa) o tienen pocas convicciones de lo que alardeaban antes de la caida del dictador. O sea, muy demócratas y partidarios de las leyes no parecen.
Y no solo ellos, los del CNT, suscitan dudas de sus métodos antidemocráticos, sino tambien la coalición internacional sin cuya intervención no hubiese sido posible derrocar a quien tanto daño ha causado a la población libia.
Es de esperar que se depuren responsabilidades; que Libia comience una nueva era de estabilidad, justicia, siempre apoyada en aquello que tanto vulneró el Gadafi: las libertades y derechos reales de un pueblo. Los atajos antidemocráticos a espaldas de las leyes no ayudan en nada a ese futuro esperanzador y merecido.
Hay que procurar que los dictadores se vean frente a un tribunal para poner ante ellos la larga lista de iniquidades que han cometido. Para esta ciudadana, es la mejor reparación que pueden recibir las víctimas de sus desmanes y el mejor ejemplo de cúal será la respuesta a otros dictadores (Obiang, por ejemplo) que llevan décadas haciendo que sus paises representen inhumanas cárceles para los sufridos pueblos a los que mantienen sometidos.

Fuente: Propia

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