Por: Dr. Samuel MBA MOMBE, Médico

La desfachatez de Obiang y su oprobioso régimen no tiene comparación. Como era de esperar, su Ministro Encargado de Elecciones, Clemente Engonga Nguema acaba de hacer público los resultados del referéndum de una controvertida Reforma Constitucional proclamando vencedor el SÍ por el casi 100% de los votos emitidos.

Este nuevo pucherazo orquestado por Obiang y sus adláteres demuestra una vez más el carácter despótico del régimen y la ausencia total de la voluntad política de hacer bien las cosas para que Guinea Ecuatorial pueda caminar pisando las sendas de su inmensa felicidad cantando libertad. Este fue el sueño de los padres de la independencia que Obiang y sus allegados han transformado en una pesadilla para todos aquellos que no comulgan con su sistema de opresión y despilfarro de las riquezas que nos pertenecen a todos.

Obiang siempre gana, es verdad, pero gana jugando sucio, engañando, manipulando, intimidando razón por la que nadie con una mínima dosis de inteligencia y sentido de responsabilidad puede considerar que nuestro país está caminando por esas sendas de felicidad.

La degradación moral y la deshumanización de la sociedad guineana bajo el régimen de “Papá Obiang” (ayer era Papá Macías) y quizás mañana “Papá Nguema Obiang” han alcanzado un nivel que si no se hace algo, el futuro de Guinea Ecuatorial seguirá siendo incierto. Parece que los actuales gobernantes han suscrito un pacto con el diablo y su lema parece ser: “después de nosotros el Diluvio”. De lo contrario, no se entiende esta manía de hacer las cosas sin importarles en lo mínimo las exigencias de un pueblo cansado y harto de tanta inmundicia.

Parece que esa gente vive enquistada en su mundo y les importa un bledo lo que acontece en su entorno jactándose de que “Guinea no es Libia, Túnez o Egipto” pero olvidando que nada ni nadie es eterno en este mundo de sufrimientos.

Obiang dice que es dictador “porque dicta leyes” y que no va a cambiar. Acaba de dictar otra Ley que en el mundo moderno y civilizado se llama “LA LEY DE LAS LEYES” sin consultar a nadie o que existiera razón perentoria para la reforma de la existente también dictada por él. Es decir, los guineoecuatorianos debemos seguir aguantando y soportando hasta que Dios quiera los caprichos de Obiang y su familia que no se enteran de que el mundo está evolucionando y el grito de los pueblos para una mejoría de sus vidas y el respeto de sus derechos inalienables es cada vez patente.

Lo que los guineoecuatorianos exigimos es la buena gobernabilidad, el respeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos, la libertad de prensa, de expresión, opinión, movimiento, circulación, manifestación, la alternancia, elecciones libres y transparentes, la lucha contra la corrupción, etc. y no las reformas de unas leyes que ni siquiera son respetadas por los que las legislan. Sólo la aplicabilidad y el respeto de las leyes por todos y haciendo suyo el dicho que “todos los ciudadanos son iguales ante la Ley” o que “nadie está por encima de la Ley” y no sus constantes reformas y promulgaciones. ¿Qué importancia tiene la promulgación o reforma de unas leyes cuando éstas no se aplican ni se respetan? Pues lo que pasaría es que todas las leyes incluida la Constitución serán unas letras muertas sobre el papel.

La elevada abstención registrada en el referéndum del 13 de Noviembre debería servir de alarma al régimen en vez de hacer la política de avestruz. El pueblo no está dispuesto a seguir haciéndole el juego y prefiere quedarse en casa que participar en los espectáculos circenses que se organizan para engañarlo y manipularlo. Todo engaño y manipulación termina por descubrirse y los engaños y manipulaciones de Obiang ya están al descubierto.


Fuente: LD

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