Nadie en su sano juicio dudaría que Guinea Ecuatorial está sumida en una privatización. Hemos de aclarar primero que PRIVATIZAR es transferir una empresa o actividad pública al sector privado. El gobierno actual de Guinea Ecuatorial, ha renunciado al criterio público de una sociedad para transferirlo todo al criterio privado. La sociedad ecuatoguineana, por arte de la dictadura piensa en privado, vive en privado, come en privado, hace negocios en privado, las escuelas son privadas, las formaciones políticas son privadas, no hay nada común en este país. La dictadura gestiona nuestro país desde esta privatización. Todo lo que se hace en Guinea Ecuatorial es propiedad privada de la familia del dictador, el dictador lo es todo, y para adoptar algunas acciones que consideran fuera de su poder, debe considerarlas dentro de su absoluto círculo de control. Sólo es válido y excepcional aquello que entra en las coordenadas de la privatización del Dictador.

Una dictadura lo es siempre hasta cuando busca acuerdos de buena voluntad, pero no están ni necesitan negociación alguna, porque lo que entra de Guinea Ecuatorial es de su absoluta propiedad. Los nacionales son propiedad del dictador, los bienes son propiedad del dictador, el aire que respiramos es propiedad del dictador, la comida que comemos es propiedad del dictador, el agua que bebemos es propiedad del dictador, la formación que adquiere nuestros hijos es propiedad del dictador, la luz que nos falta es propiedad del dictador, la fibra óptica que anunciaron a bombo y platillo que nunca llegó es propiedad del dictador, las casas que prometieron en seis meses y que estamos en siete meses sin ninguna, son propiedades del dictador, la libertad es propiedad del dictador, la libre circulación es propiedad del dictador, la política global es propiedad del dictador, la administración pública es propiedad del dictador. Difícilmente el dictador va a renunciar a que Guinea Ecuatorial no sea un país privatizado. Por eso no importa que en Guinea Ecuatorial el dictador siga dictando normas absolutamente del ideario de un país privatizado. Aquí en Guinea Ecuatorial no se tiene nada que no sea por la decisión privada del dictador.

Una dictadura que considera que los males de la realidad guineana se deben a la “pobreza mental” de sus cautivos, difícilmente aceptará que en Guinea Ecuatorial se sepa diferenciar entre lo “público” y lo “privado”. Para la dictadura, sobrado de todo, el camino claro es la inflexibilidad de que todo lo que de Guinea Ecuatorial se haga, debe ajustarse al “dueño” absoluto de este país.

Hace unos años que el aumento irrefrenable de los edificios y carreteras modernas está siendo una política expansiva de gastos, sin que alguien más pueda saber el término medio entre lo racional y lo irracional entre lo público y lo privado de estas construcciones. La dictadura concienzudamente insiste en que su fórmula mágica para gobernar es construir en privado. No ha de ser fácil pasar tanto tiempo haciendo mal a personas de tu misma estirpe. Muchos guineanos se han volcado y se vuelcan con la dictadura y muchos han tomado la decisión de ser su compañero de viaje hasta la eternidad. Quien escribe este suelto conoce con mayor o menor claridad que todas las empresas privadas que operan en Guinea Ecuatorial tienen como accionistas a un miembro de la familia del Dictador. En Guinea no hay una empresa pública. Y las privadas que existen todas pertenecen a la familia del dictador.


Hace años, una de la familia del dictador, impuso a todos los colegios de Guinea Ecuatorial llevar uniformes, simplemente porque su empresa privada de tejidos hilaba estos uniformes escolares. Las imponentes construcción de la ciudad de Oyala se ha hecho por que diez de las empresas de construcción de esa ciudad son de la familia del dictador. Habrá agua en Guinea Ecuatorial y para los guineanos, cuando uno o una de la familia del dictador se digne “emprender” el abastecimiento de agua potable; habrá luz para todos en Guinea Ecuatorial, cuando uno de los hijos de la familia del dictador prestará servicios para realizar gestiones relacionadas con contrato de suministro eléctrico; Guinea Ecuatorial tendrá una compañía aérea cuando un yerno del dictador se dignara adquirir un avión de segunda mano en algún país comunista, y así hasta el infinito.

Pensar que esta Guinea Ecuatorial convulsa y privatizada pueda acordar un bien público y común es creer en las cigüeñas y en sus vuelos con recién nacidos envueltos en sábanas Suizos colgados en sus picos. Es muy difícil pretender que la dictadura, alguna vez se volcará al bien común, a lo público, a lo de todos los ciudadanos de Guinea Ecuatorial. En la dictadura no existe lo público, por tanto no tiene por qué explicar lo que hace, por tanto no existen ningún bien para los guineanos. Y para hacer algo en Guinea Ecuatorial, hay que entrar en su círculo privado.




Fuente: reflexiones

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