Acabo de saber, que la CPDS convoca una manifestación pacífica el 25 de junio 2013 en Malabo. Son muy buenas noticias y yo estaré allí, asimismo animo a que también estén allí todo aquel que siente que ya son más que suficiente los años vividos en una dictadura. El dictador no quiere la democracia, pues lo sentimos por él.

Es evidente que la decisión de la CPDS de participar en las elecciones fraudulentas del dictador fue arriesgada, pero tan arriesgada hubiese sido no asistir en ellas por que quien acude a ellas tiene elementos a mano para denunciar las mismas. Nadie les quitará la razón que una lucha política sin coordinación es mucho ruido y pocas nueces. Porque amenazar al dictador guineano desde la descoordinación y en contextos tan inverosímiles ya no asusta, sobre todo, si después de 20 años los frutos siguen siendo inexistentes.

Yo no escribí nada sobre la manifestación en la embajada de Madrid, cosa que me pareció sugestivo, pero Malabo es mejor y atrayente para este tipo de cosas. En Malabo es donde todos debemos ir a manifestarse, no hemos de ser demasiado guineano para una cosa que ha ocurrido en otras esferas del mundo y que ha dado buenos resultados. Los tunecinos no fueron a Paris a Manifestarse, lo hicieron en Túnez, por lo tanto todos a Malabo a manifestarse con la CPDS. Quitarse ya en medio esta monserga permanente que provoca la envidia y los resentimientos. No importa que lo organice la CPDS, importa mucho que el mundo sepa que los guineanos queremos vivir en un país libre de barreras, libres de envenenamientos, de corrupción, de tortura, libre de movimiento, de expresión; que los guineanos puedan disfrutar de la riqueza que produce su propio país, y que deje de ser un secreto de estado. Aquí no voy a reprochar a nadie, cada cuál sabe lo que quiere ser, aunque la razón y el sentido común vaya a desdecir sobre algunas voluntades frívolas e irreflexibles del cainismo guineano, pero la ciudadanía que trasiega a diario en la dictadura, está muy cansada de esperar y pide que todos actuemos. Vayamos todos a apoyar la CPDS en la Manifestación del día 25 de junio, el martes próximo.

Quién no apoye la iniciativa de la CPDS es porque no le interesa la democracia en Guinea Ecuatorial, sino que le interesa el politicismo que está lleno de estos políticos de espíritus simples e inflamados, no lo digo yo, lo dirá quien discrepa. Cualquier cabeza mínimamente amueblada sabe que una manifestación en Malabo con CPDS a la cabeza el día 25 de junio del 2013, significaría la caída y el fin de la dictadura. Un buen político y una persona mínimamente inteligente debe saber leer e interpretar lo que ocurre en Guinea Ecuatorial. En poco menos de un mes, el departamento del Estado Americano ha pronunciado sobre la “oportunidad perdida” de Obiang para democratizar su país, el gobierno español también. Paris ha ratificado el arresto que pesa sobre el hijo de Obiang, el primer ministro británico ha criticado duramente la dictadura en Guinea poniendo como ejemplo de lo que las potencias han de evitar los próximos años. Qué más tiene que pasar para que vean que el mundo internacional nunca apoyará al dictador en caso de un eventual manifestación, sino todo lo contrario.

Hemos de ser muy sinceros y dejamos el calentón de siempre colgado en el perchero de nuestro armario, por que sabemos que a muchos guineanos les interesa la dictadura, es mucho más rentable. Se puede robar sin ir a la cárcel, se puede violar a las mujeres sin ningún tipo de requerimiento, se puede hacer tantas fechorías sin ningún peaje a pagar. Si no queremos que todo se convierta en una irritación, en tensar, indisponer y excitar desabridos enfrentamientos mientras uno mesa la barba de un jeque indú pronunciando palabras mágicas, hemos de acudir en esta manifestación pacífica.

Llamo a que todos acudan a la manifestación y los que no pueden hacerlo físicamente, que la den una cobertura mediática razonable. Esta tormenta debe durar lo que conviene durar las tormentas, mucho, aunque sea periódica. Nunca en Guinea Ecuatorial hubo una manifestación, ahora se trata de medirle el pulso a la dictadura, para que vuelva a ser afeada su conducta.







Fuente: Opinion

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