La dictadura de Guinea Ecuatorial tiene innumerables deficiencias y cúmulos de despropósitos. El ANALFABETISMO es lo que más machaca la pobre imagen de la dictadura y del guineano pedegista y condena de manera bestial al pueblo al subdesarrollo. Hablando claro y alto. PDGE es la cuna de analfabetos, gente que no tienen superados las dos cuartas partes del Bachillerato Elemental. O sea gente sin ninguna cultura, sin formación, con un coeficiente intelectual que ronda la idiotez y la imbecilidad.

La representatividad de este grupo de personas analfabetas e ineptas alcanza su punto álgido en los HONORABLES DIPUTADOS. Un 95% de ellos meritorios del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) son ANALFABETOS, no saben leer ni escribir correctamente. Un reportero de nuestras agencias pasó por Sipopo para recabar el nivel de formación de los honorables Diputados. Y nos ha traido una soberana sorpresa, muchos no saben leer ni escribir. Algunos dicen que han estudiado fuera de Guinea Ecuatorial y presentan títulos de dudosa credibilidad. Indagaremos.

De Un enjambre de analfabetos funcionales, con una pavorosa sequedad cultural, nacen estos macacos ataviados de trajes y corbatas de Emporio Armani que abarrotan hemiciclo cada martes y que cobran la friolera cantidad de 2.000.000 (dos millones) de Francos CFA cada mes .

EL PDGE es un partido fácil, inculto con personas de muy poca monta, la mayoría delincuentes e iletrada, casi la escoria de Guinea Ecuatorial, hombres y mujeres curtidos en la delincuencia, fechorías y allanamientos. Probablemente sería difícil que el PDGE pueda ganar unas elecciones en situaciones de igualdad con tantos iletrados, imbéciles e idiotas juntos.

Pero el tema que más preocupante es realmente ese conjunto de abejas mayas conocidos como los diputados, que son los representantes del PDGE. ¿Qué significa que un grupo de inscritos, que además representan a un determinado partido sean de tan mala calidad? Es algo que la población guineana comprueba, cómo una caterva de idiotas, que nunca pusieron sus culos en un pupitre, crecieron en la delincuencia, se han convertido en comediantas del PDGE. Todos tienen un formato y un protocolo inconfundible: se expresan muy mal, son incapaces de coordinar un discurso, abnegados de realizar una interpelación, desconocimiento absoluto de las leyes del país e incluso de las directrices del propio partido PDGE, hombres y mujeres con un bajo nivel cultural que suben todos los días a Sipopo para demostrar al mundo que son macacos.
El PDGE rechaza la ilustración, la medida educacional, el buen criterio y elegancia intelectual como base de la ideología y abrasa el analfabetismo, la delincuencia y la vida fácil como criterios ineludibles para ser HERMANO MILITANTE. Hace falta, para los tiempos que corren, hombres y mujeres competentes, con sólida formación y capacidad para competir en términos de igualdad, que pueden decir algo más que ¡Un hombre!, ¡un solo hombre! y las bellaquerías que les llenan la masa grisácea.

Pero resulta que Obiang que no se le reconoce formación alguna, ha hecho la tarea, ha metido en la “mente” de muchos guineanos que se puede ir por el mundo con la cabeza hueca haciendo el ridículo. Que se puede ser diputado sin saber leer, que los hay muchos; sin conocer la misma constitución ni las leyes que, en teoría deberían refrendar, con el permiso de que él mismo las dicta. Obiang Nguema ha malcriado a una clientela política a la que le ha hecho creer que ser guineano es sinónimo de ser analfabeto. Obiang y su PDGE ha despreciado a los guineanos intelectualmente competentes a los que condena a la categoría de enemigos de la patria; presume de ser aquel que ha hecho creer al guineano medio que se puede conseguir todo sin ningún esfuerzo, y gracias a él muchos guineanos hoy son analfabetos funcionales. Ha creado un esperpéntico documento que sus cofrades llaman CONSTITUCIÓN, junto con otros imbéciles en el que se asienta las bases de la autocracia. En este documento, que es lo primero que deberían hacer desaparecer en cuanto llegue la democracia, se ha inventado un vicepresidente segundo que no existe, unos 75 senadores en los que sobran 5; una jaíma de diputados iletrados. ¿No sería mejor que empezaran a exigir un mínimo de formación a los que ocupan cargos públicos?



Fuente: agencia

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