Según hemos sabido de las fuentes claretianas hablan de tres candidatos religiosos presentados por los misioneros:
P. Juan Domingo, Claretiano y amante de una concubina maestra. P. Miguel Ángel, Salesiano misionero en Camerún y amante de una monja. P. Tomás Nguema, padre de mucha familia. Vaya quiniela.
En Bata, el conductor del Obispo vive en un piso, inmueble de la misión, mientras algunos curas no tienen donde reclinar la cabeza. El P. Nicomedes y el enfermo Eusebio, se mueren de pena sin habitación y el piso de la iglesia en alquiler para Matogo y sus policías guardaespaldas y cobradores de impuestos.
Matogo, ha regalado sin más a sus hermanos claretianos el palacio del obispado convertido en “Radio María” del P. Marcelo Nsema, a cambio de su residencia actual. ¿Dónde está el “doctor de los doctores” Ondo Ndjeng, para asesorar a su Obispo? Lamentable.
Del tema de las mujeres nadie se salva, incluso los dos Obispos. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Mejor no, no vaya a ser que el Señor haga caer una lluvia torrencial, de piedra de granizo (Ezequiel 38:22).
Interrogando a los corresponsales misioneros se lamentan que los Obispos de Guinea Ecuatorial, admiten sin más a los sacerdotes expulsados de las comunidades religiosas por escándalos y automáticamente les ofrece grandes cargos hasta rectores de seminarios.
Nuestros informadores en Guinea, aseguran que los terrenos de la Misión Católica de Bata están todos en alquiler. Los fondos se integran directamente a Matogo, a citar: las aulas del Colegio P. Salvador Ndong, reformadas por el Santo sacerdote Luis Nguema. Las aulas ya son casi propiedad de su amiga, que saca su provecho en una asociación mafiosa, donde los dos se reparten las subvenciones. Un bar/restaurante donde se emborrachan los curas de la misión con sus amantes.
Los terrenos alquilados a las asociaciones que dan más ofertorio en las misas. Las que no cotizan no tienen terrenos, tal es el caso de los Legionarios. A los curas les falta lugar de reuniones y de recreo pastoral, sin embargo, a los laicos sí. Los que aportan en las arcas de Matogo y sus recaudadores de impuestos.
Otras fuentes afirman que, en las parroquias con más ingresos coloca a curas recaudadores de muchos impuestos para él. Según las mismas fuentes, parece que el archiconocido “doctor de los doctores”, se niega últimamente en cotizar para su Obispo, habiendo así una gran tensión entre estos dos personajes que sólo buscan engrandecer sus bolsillos.
Lo mismo pasa en los Seminarios, no pone a educadores, sino más bien a policías sin formación para acabar con la vocación de muchos seminaristas.
¿QUÉ HACE EL ARZOBISPO PARA NO CORTAR ESTOS ABUSOS?


Fuente: Radio Maria

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