ENTREVISTA
La independencia de Guinea Ecuatorial que imaginó no se cumplió. Pero aún tiene fe
VICEPRESIDENTE DE LA INTERNACIONAL LIBERAL
Bomudi (Guinea Ecuatorial), 1933
Abogado
Opositor a Obiang
NÚRIA Navarro
El señor Ngonde Maguga fue un joven que soñaba con la independencia de Guinea Ecuatorial. Vino a España a prepararse. Y desde la lejanía vio cómo Macías y luego Obiang desmontaban aquel sueño. Pero su conciencia política creció. Se puso al frente de la Unión Democrática Nacional-Exterior, que espera el momento de ser una alternativa para su país. Entre tanto, el pasado marzo fue elegido en Budapest vicepresidente de la Internacional Liberal.
--Usted es un ndowe.
--Soy un ndowe de Bomudi, un pueblo costero situado a cinco kilómetros de Bata. Era un maestro, como mi tío, pero tenía mucha inquietud.
--Y la inquietud le trajo a Europa.
--Sí. Entonces los más jóvenes sabíamos que algún día Guinea Ecuatorial sería independiente. ¡Había que formarse! Yo vine a España con una beca del gobernador general Faustino Ruiz González. Estudié Derecho en la Universitat de Barcelona.
--Se perdió el advenimiento de la independencia.
--Sí. Cuando Francisco Macías asumió la presidencia, me mandó un telegrama diciéndome que quería que me ocupara de la cartera de Hacienda. Acepté, pero durante los trámites de mi excedencia en España, bajo pretexto de un presunto golpe de Estado, Macías asesinó a muchos amigos míos. Y a mí, al no volver, me declaró persona non grata. Entonces vi que tenía que hacer algo.
--Nació su conciencia política.
--Sí. Una conciencia que se fortaleció con la llegada de Obiang, que aplica el viejo modelo de la colonia. Es un gobernador con poder absoluto. No ha implantado la cultura de la democracia. Ha hecho prevalecer su etnia, los fang, sobre las demás. Yo creo que España nos colonizó mal y nos descolonizó peor. Y lo dramático es que nunca lo ha reconocido.
--¿Toda la culpa es de España?
--España aplicó el modelo franquista de unidad nacional en Guinea Ecuatorial, un país con tribus absolutamente distintas. Lo dejó sentado en la primera constitución de la independencia. Y desde entonces nadie ha reconocido la existencia de territorios distintos. ¡No puede ser!
--Cuesta creer que no sea usted hombre de izquierdas.
--Yo tengo el corazón democristiano y la cabeza liberal. ¿Sabe por qué no puedo ser de izquierdas? Porque soy tradicionalista. Pese a haberme integrado en Catalunya, lucho por conservar mis rasgos de tribu.
--Un ejemplo.
--La estructura familiar. En mi cultura, el cabeza de familia no tiene por qué coincidir con el padre. Yo soy el cabeza de familia, aun cuando mi padre vivía. Mis hermanos y sus hijos dependen de mí. ¡No sé a cuánta gente tengo a mi cargo!
--Insisto en que no encaja entre los liberales.
--El liberalismo me gusta porque salvaguarda la libertad de expresión y de asociación. Me interesa el pensamiento de Salvador de Madariaga y creo que es lo que le conviene a África. Lo que África necesita es libertad, y unos órganos que garanticen la democracia y el mantenimiento de los derechos humanos.
--¿Le sorprendió que lo nombraran vicepresidente de los liberales?
--Sí. ¡Un africano en la cúpula de un partido! Eso demuestra que el Partido Liberal tiene un gran respeto por la dignidad humana.
--¿Piensa ocuparse de la dignidad de sus compatriotas en Guinea?
--Mi partido, la Unión Democrática Nacional-Exterior, como la mayoría de siglas políticas, está prohibido. En cuanto Obiang desaparezca de la escena o garantice unas elecciones libres, volveré. De hecho, estudio jubilarme pronto para doblar esfuerzos políticos.
--¿Cómo sueña su país?
--Recuerdo que, antes de la independencia, soñaba con que nuestro presidente iría a comprar al mercado, como todos. ¡No podía imaginar que tendría escoltas marroquís y franceses como Obiang! ¿Por qué?
--Tendrá mala conciencia.
--Sí. Mi ilusión es que el país sea tan democrático y libre que el presidente pueda ir al mercado. Y sueño con una distribución justa de la riqueza. ¡Con la cantidad de petróleo que tenemos! Incluso propongo una declaración de la renta negativa. El Estado daría dinero a quien no lo tiene.
--¿Qué es lo que sentimentalmente más echa de menos?
--La tranquilidad de vivir sin horario y sin edad. En África no se va a contrarreloj ni se fijan plazos. Si eres viejo y sabes hacer algo, lo haces.
--¿Se ve capaz de dar un consejo al africano que viene a Europa?
--Le diría: ¨Aprovecha tus oportunidades¨. Y a los europeos les diría que los africanos que vienen tienen un motivo. El hambre, la falta de libertad, el miedo.
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Fuente: El periodico (4.7.02)
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