Autor: Manu Leguineche
Fecha: 5 de Enero de 2003
Fuente: El Semanal
Descripción: Menos sádico que su tío, pero igualmente cruel, Teodoro Obiang ha sido reelegido, con la ayuda del petróleo y la indiferencia de Occidente.
En la cárcel da Black Beach, Playa Negra, situada como Alcatraz o la Isla del Díablo al lado del mar, papá Macías torturaba a los presos al son de Those were the days, de Mary Hopkins. El encargado de poner el disco se llamaba, y se llama, Teodoro Obiang Nguema, sobrino del dictador guineano y ex alumno de la Academia de Zaragoza. A este paso lleva camino de ser el presidente vitalìcio de la República de Guinea, tras su victoria en las elecciones del día 15 de diciembre, con un 99 por ciento de los votos. Al comienzo de su campaña, Teodoro Obiang recordó que el país se encuentra, por fin, en la era de las ´vacas gordas´. No ha tenido empacho en compararlo con el Egipto de los faraones.
Para borrar su imagen de colaborador con el tío Macías. Teodoro, nada más dar su ´golpe de libertad´, como lo llamó en la primera conferencia de prensa que concedió en la Cámara Agrícola de Malabo, corrió a la cárcel para liberar a los presos. Los monumentos nacionales de Malabo son la catedral y la cárcel. «Vosotros que estáis privados de libertad -les dijo en una frase que tenía acentos copiados de la Formación Española del Espíritu Nacional- os merecéis ser los primeros en disfrutarla. Desde este mismo momento sois libres».
Lo fueron por poco tiempo. Muchos de ellos volvieron pronto a las celdas de Black Beach. Tío y sobrino compartían una misma característica, la paranoia, el complejo de persecución, con procesos a los presuntos golpistas en sesión continua montados en el cine Marfil. De allí salió camino de la prisión el opositor Juan Ondo Nguema, que murió en verano como consecuencia de las torturas y el hambre. ¿Al son de qué música habrá muerto Juan, tal vez Madonna? No lo sabemos. Sí sabemos. en cambio, quién es el responsable de su asesinato, una muesca más en el cinturón de su uniforme.
¿Quién puede explicar por qué los tiranos de África, desde Bokassa o Idi Amin, fueron diabolizados por los gobiernos y los medios de comunicación extranjeros y éste, ex teniente coronel de Mongomo, se pasea por el mundo sin el menor complejo de culpa, sin el menor atisbo de persecución por sus crímenes? Hace poco le veíamos al lado del Rey en el Congreso de la Lengua en Valladolid.
Un general-presidente que se pasó a la zona del franco Cefa en 1984 y ha impuesto el francés en los planes de estudios. Eso se le puede perdonar. El fondo de la cuestión es que Teodoro ve golpes de Estado por todas partes, y de acuerdo con el método de su tío, el ´líder de acero y milagro único´ (al que ayudo a mantenerse en el poder hasta que huyó en plena demencia al continente, al corazón de las tinieblas), detiene, condena, tortura y mata a los hombres de la oposición.
Bajo el régimen de Macías murieron asesinadas entre 30.000 y 50.000 personas y 80.000 huyeron con el terror en el alma. Teodoro guarda un poco las formas. Sus muertos son naturales. No crucifica a los presos como hacía el tío a lo largo del camino al aeropuerto para que los vieran los guineanos y los diplomáticos. Los secuestra, los hace desaparecer.
El pasado 4 de marzo en un informe del Departamento de Estado estadounidense sobre derechos humanos en Guinea Ecuatorial se decía que el Gobierno de Obiang utiliza «los efectos psicológicos de la detención, el temor a represalias y molestias para intimidar a dirigentes y miembros de los partidos de oposición». Sobre la oficina de Obiang campea entre dos leones dorados 1a frase. «Unidad, Paz y Justicia». Ni el Gobierno de Madrid ni el de Estados Unidos dicen esta boca es mía. Es un hijo de..., como decían de Somoza, pero es nuestro hijo de...
En los tiempos que corren, el país de los «gánsteres tropicales» como los llamó en un libro Robert Klitgaard, funcionario del Banco Mundial que vivió dos años en Malabo, es un aliado seguro... y rico en petróleo. Ésta es la madre del cordero: Guinea es hoy el tercer exportador de petróleo de África después de Angola y Nigeria. El dictador nada en un mar de petróleo. Como resultado de esa riqueza, allí donde falló Hispanoil triunfaron Exxon Mobil, Chevron y compañías más modestas, como Ocean Energy, Vanco o Triton. Teodoro y su camarilla de ´cleptócratas´ viven en la abundancia. La inversión fue de cinco mil millones de euros, más que de sobra para que vivieran bien los 460.000 ecuatoguineanos.
Hasta la CIA, en su informe World Factbook escribía que la República de Guinea Ecuatorial es un país «gobernado por despiadados líderes que han gestionado mal la economía». Fuera de la capital, de 50.000 habitantes, señala Silverstein, «resulta fácil comprender por qué la CIA ha llegado a esta conclusión». El crecimiento económico previsto para este año será del 34 por ciento, más del doble de cualquier otra nación. ¿A quién beneficia la estadística? A los de siempre.
Los dictadores pobres tienen dificultades para recibir ayuda, pero un tirano rico en crudo verá cómo los grandes pasan la esponja sobre sus crímenes. Bill Clinton fue mas bien inflexible y retiró a su embajador en Guinea Ecuatorial John Bennet, varias veces amenazado de muerte.
George Bush tiene otras ideas. Las aguas bajan turbias en el Golfo Pérsico, el terrorismo es para la Casa Blanca el acontecimiento absoluto, quién sabe lo que puede pasar en la yugular del suministro. Habrá que sacar los barriles de un cesto para ponerlos en otro, eso que los analistas de la CIA llaman diversificar las fuentes de energía.
En este momento Estados Unidos recibe de África Occidental el 15 por ciento de sus importaciones de petróleo, tanto como de Arabia Saudí. Según calculó el Consejo Nacional de Inteligencia en 2015 ese tanto por Ciento podría llegar al 25. ¿Quién le recuerda a Teodoro que es un asesino o que debe matar mejor, sin dejar pistas?
Hasta que los estadounidenses o los franceses empezaron a bombear petróleo Teodoro era un paria del África occidental. Hoy no tiene que mendigar socorros como los que España le hizo llegar para que creciera su cuenta bancaria. Es el dictador cortejado, con unos 400 millones de dólares anuales de beneficios. Franco y la democracia española han compartido la misma derrota: su incapacidad para entender la cuestión guineana. Ningún partido ha ayudado a su ex colonia a alcanzar el rango de Estado de derecho. Primero fue ḿateria reservada´ y luego materia en la que habita el olvido.
Algo se resquebraja sin embargo en la formidable unidad del clan de Mongomo. Se ha visto en el último proceso: un centenar y medio de opositores que se sentaron en el banquillo del cine Marfil pertenecen en su mayoría al clan de Mongomo, acusados todos ellos de conspiradores contra la seguridad del Estado.
Hay dos clases de grietas en la unidad de destino: la de los que quieren más botín y se sitúan en la línea de partida de la sucesión, si es verdad que Obiang está mal de salud. Y la de los que creen que ha llegado la hora de democratizar el régimen. Al dictador le ha salvado el petróleo. Teodoro ha obtenido el 99 por ciento en las elecciones y sabe lo que debe hacer para mejorar su imagen: contratar publicidad en la prensa y asesorarse en una agencia de relaciones públicas de la Quinta Avenida, cosa que harán con gusto sus compañías petroleras.
No importa que el 90 de la población subsista en la pobreza y se alimente de lo que puede. La industria del café o el cacao ha dejado de existir. La esperanza de vida es de 54 años. Los guineanos caen como chinches de enfermedades que parecían desaparecidas. La situación en las zonas rurales, donde vive el 70 por ciento de la población, es aún peor. Si Macías fue ´presidente vitalicio y apóstol implacable de la libertad´ su sobrino se ha adjudicado otros rimbombantes adjetivos propios del culto a su persona.
A los filipinos Marcos e Imelda alguien los llamó «la dictadura conyugal». La de Guinea es la dictadura biconyugal porque Obiang gobierna con sus dos esposas. Constancia es la madre de Teodorín, el todopoderoso ministro de Pesca y otras hierbas, mientras su hermano Gabriel es secretario de Minas y Energía. Teodorín dirige dos sociedades de tala y comercialización de la noble madera, una línea aérea, una casa discográfica llamada Tno con sede en Beverly Hills, donde pasa gran parte de su dorada existencia en una residencia de seis millones de dólares. A Teodorín, el probable heredero, le encanta París, donde circula con su Rolls blanco o su Larmborghini amarillo.
Teodoro se pavonea de las cifras de cimiento de Guinea Ecuatorial. Señala el intenso tráfico de coches lujosos y el número de los teléfonos móviles. Lean, lean la Gaceta de Guinea o Ébano, escuchen Sus radios y sus estaciones de televisión ¿Y las manzanas de casas y chabolas sin suministro de agua potable o electricidad, las aldeas sin escuela? Calma, que no cunda el pánico: Primero yo, luego yo y los míos y más tarde yo. Calma, después de ganar las elecciones con la habitual mayoría abrumadora, habrá para todos.
Fuente: Nsue Esono Mibuy
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