Desde el viernes 26 de julio 2014, el teniente coronel Cipriano Nguema Mba ha sido llevado de nuevo a la celda de castigo, en el interior del penal de Black Beach, Malabo.
Las autoridades carcelarias, militares, argumentan que es porque recibía muchas visitas y las quieren restringir.
Desde el dia 31 de Mayo de este año fueron liberados de las celdas todos los integrantes de este grupo de detenidos, supuestos colaboradores de Cipriano Nguema, diez personas, que fueron detenidas sin orden judicial y que permanecieron en detención más de 4 meses, un tiempo muy superior a las 72 horas que la Ley estipula como tiempo máximo para ser detenido sin poner al prisionero a disposición de un juez, que debe ver el caso.
El dia 3 de junio fueron liberadas cinco personas sin cargos, entre ellas el teniente coronel Florencio Ela Bibang.
Cipriano Nguema y las demás personas permanecen en prisión sin que sean puestos a disposición judicial. Entre los detenidos se encuentran dos mujeres, esposas de un ciudadano al que buscan los hombres del dictador y que han sido tomadas como rehenes hasta que se presente el marido de ellas. Esta conducta del dictador, además de constituir un grave delito, deja claro el talante mafioso del régimen de Guinea.
El mismo Cipriano está detenido tras su secuestro en Nigeria, sin que se sepan las razones, al no haberse efectuado acusación formal. En el supuesto de que un detenido se escape de la cárcel, debe ser acusado de fuga y un juez debe proceder con la acusación, con juicio y sentencia. Pero ni siquiera los militares del dictador contemplan esta situación. Cipriano ya habia sido secuestrado en Yaunde, Camerun y traido a Guinea en el maletero del vehiculo de la embajada, una acción propia del hampa. Luego se evadió de la cárcel de Evinayong y alcanzó Camerún, desde donde inició el exilio en Bélgica, de donde era refugiado político acogido por las autoridades belgas, en el momento de ser de nuevo secuestrado, esta vez en Nigeria, donde se encontraba en visita familiar.
La carcel de Black Beach no debería estar dentro del recinto del ejército ni estar dirigido por militares. Las leyes guineanas no reconocen el caracter militar de las prisiones pero el dictador sigue violando esas leyes. El ministerio de Justicia, del que dependen en teoria las prisiones, no tiene ninguna autoridad sobre las prisiones, en poder de losmilitaresd. Los jueces de vigilancia penitanciaria tampoco pueden ajercer su función de vigilar por la situación de los presos para garantizar que se cumplen las encarcelaciones y excarcelaciones asi como que se respetan los derechos de los detenidos. En el supuesto del envío de Cipriano a la celda de castigo, no puede llevarse a cabo sin una orden del juez de vigilancia penitenciaria y como resultado de una condena por conducta fuera de las normas carcelarias.
Fuente: interna
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