Estamos camino de cumplir cuarenta y tres años de independencia en Guinea Ecuatorial, muy cerca del medio siglo, y este país no despega del largo letargo en el que lo ha sumido la familia de los NGUEMA – Francisco Macías Nguema y Teodoro Obiang Nguema.
Es un hecho paradójico el de nuestro País, pues, pese a nuestro largo sueño de bienestar, no cesa de producirse aquí el vendaval y los tornados huracanados que sacuden a nuestra débil “embarcación” con tal violencia que cualquiera que sea la dirección y el sentido, babor-estribor, proa-popa, que adopte, en el albor del sueño REM y los sucesivos estadios de nuestro aletargamiento, fruncimos el ceño preocupados por lo que pudiera ser nuestro fatal y no deseado trágico final.
La colonización española de Guinea Ecuatorial no fue modélica, pero fue peor el proceso que nos llevaría a la Independencia, camino henchido de trampas y malabarismos políticos, cuya finalidad era burlarse de los requerimientos de la ONU y las exigencias de las poblaciones autóctonas para hacer valer sus respectivos planteamientos políticos, en aras a la accesión de la colonia española en el África Central a la soberanía plena.
Podemos decir, sin ningún tipo de equivoco que el somnífero que provocó el aletargamiento de la población en Guinea Ecuatorial fue proporcionado por la ‘‘MADRE PATRIA’’, España.
A la España del general Franco se le debe el honor de habernos liberado del colonialismo pero con transacciones políticas con las Naciones Unidas, buscaba la dictadura española ganar la confianza de la ONU y esto les llevó a tomar decisiones nada acordes con el deseo de quienes eran los verdaderos actores de la libertad que se pretendía. La conversión de las colonias africanas a provincias españolas, primero y más tarde transformadas en autonomía, fueron algunas de aquellas decisiones.
Sabido es que la propuesta de independencia a las Provincias españolas del Golfo de Guinea en un solo ente político, fue tajantemente rechazada por la población de la Isla de Fernando Poo, cuyo planteamiento contenía la solicitud de la independencia de Bioko diferenciada de la de Río Muni. Es decir, crear desde el inicio, dos naciones independientes y soberanas, dejando a los propios africanos escoger la forma de materializar la unión política que les conviniera,- como únicos estados hispano hablantes de África-. Para congraciarse con la ONU, Jaime de Piniés, Embajador de España ante este Alto Organismo, luchó denodadamente para que la solución del problema de las dos provincias españolas del Golfo de Guinea fuera un empaque, un bodrio, una bomba de relojería... generador de problemas en vez de propiciar un sistema político que sembrara la paz, la armonía, la concordia, en fin, que ayudara a los guineoecuatorianos a vivir juntos, política y socialmente en sus respectivos territorios. Así, España optó por forzar la cohabitación, tal vez con la esperanza de poder continuar influyendo en las altas decisiones del nuevo Estado independiente. Esto no pudo ser; las fuerzas coercitivas que tenía España en el País fueron expulsadas por Macías, y acto seguido, la colonia española afincada en estos territorios siguió por el mismo derrotero; se expulsó a los trabajadores nigerianos que, en gran parte, hacían de mano de obra para la explotación del cacao y el café; se derogó la Constitución firmada en Madrid pocos días antes de la fecha de la independencia..., y con esto, la influencia española se esfumó. Llegó el caos, el llanto y el crujir de dientes por el sufrimiento de un pueblo que, sometido a unos mínimos de formación por sus colonizadores, - tenía solo un 0.5% de técnicos de grado superior entre los recursos humanos de la Administración Central del Estado-, por lo que poco a poco la voz del pueblo se fue apagando; ya no se le escuchaban los gritos y llantos que surgían de las resecas gargantas por el dolor y el sufrimiento que le infringía el gobierno y sus esbirros; el Poder recientemente adquirido de forma democrática y ejemplar se había transformado en un “ régimen”, en un sistema demencial que no tardó mucho en apuntar en su haber miles de muertes violentas y de huidos-refugiados-, muchos de ellos vagando por el mundo y sufriendo en sus propias carnes los rigores del fenómeno migratorio, hoy tan devaluado como denigrado. Quienes incauta, ingenua o inocentemente vimos en el Teniente Coronel Teodoro OBIANG NGUEMA un libertador, pecamos de ilusos; no porque no nos enteráramos de los comportamientos maquiavélicos y dramáticos que este sujeto protagonizara durante los once años de mandato de su antecesor en el cargo, su tío MACÍAS NGUEMA; tal vez, motivados por la euforia que siguió a la estrategia de OBIANG de encabezar la gesta que culminó en el mal llamado “ golpe de libertad!” contra su tío, nadie en el interior del País pensó en este momento, en recurrir a la variada información que se nos acercaba desde el exterior: “ es el mismo perro con distinto collar”. Sólo le valieron tres años para hacerse reconocer: del 3 de agosto de 1.979 al 15 de agosto de 1.982. A este periodo se le llamó del Consejo Militar Supremo. En él empezó a revelarse poco a poco a los ciudadanos, según iba rigiendo los destinos de la sufrida Nación. Para concluirla, ordenó, a punta de pistola, redactar en la ciudad de AKONIBE una nueva Carta Magna, llamada CARTA DE AKONIBE, en la que se dejó expreso su modelo de dictadura, siendo su primera acción la no convocatoria de elecciones presidenciales, ya que, en su lugar, añadió en la Constitución a punto de refrendarse la cláusula de elección directa del presidente, así que se votara afirmativamente la Carta de Akonibe.
Tomar el Poder de manos de Macías se consideró como una gesta, un acontecimiento heroico; pero la verdad nos la acercarían también muchas mentes pensantes de la política mundial; algunos la tomarían como un ‘‘golpe de palacio’’, otros hablaron de este hecho como una traición de OBIANG a quienes con él planearon y ejecutaron la asonada. Desde nuestra posición creemos que no hubo más que una farsa ante la opinión pública nacional e Internacional. La verdad se refleja en el poder que ejercía Teodoro OBIANG en la resolución de los temas de Estado, en detrimento de la Autoridad de su tío que, mal que nos pese, era en estos momentos la Autoridad legítima del País.
Sospechó MACÍAS de su sobrino y huyó a NSAGAYONG, su villa natal, exilio forzoso del que quiso que aparentara o se tomara como voluntario. Pese a esto, no se salvó de la ambición de su sobrino, el Teniente Coronel Teodoro OBIANG NGUEMA MBASOGO que, de hecho, era el verdadero presidente de Guinea Ecuatorial. Se llegó incluso a especular con la existencia de dos Gobiernos en estos territorios, el de BIOKO, presidido por el ínclito OBIANG NGUEMA, y el de Río Muni, que era el “legítimo”, presidido por el General Mayor, Francisco Macías. ¿Era una estrategia del clan? Como verán, era una verdadera anarquía cuyo único objetivo era abrir paso al sobrino, a OBIANG NGUEMA, para hacerse con el Poder en el conjunto de Guinea Ecuatorial.
En fecha tan señalada como la que conmemoramos el 12 de Octubre, quienes conocemos y hemos vivido los hechos que estamos recordando por haber coincidido con nuestro quehacer diario, deberíamos dejar de torturarnos con esos recuerdos. Haríamos un gran esfuerzo por olvidar, si al menos se nos ofreciera una mínima esperanza de progreso, pero lo que se percibe cada día en nuestro País son como unos tsunamis que a su paso, arrastran y arrasan todo cuanto se refiere a bienestar para los pobres, aumenta la pobreza...; crece la población marginal, a la que, por desgracia pertenece el 85% u 88% de la población total de Guinea Ecuatorial, - que ronda el millón de habitantes-, al que no llega tan siquiera el olor del petróleo que se extrae, no vaya a ser que al olerlo se atrevan a solicitar y mendigar limosna a quienes sí se bañan con el dinero que éste-el petróleo- produce y genera.
No es lícito que un país que produce más de 500.000 barriles de petróleo al día- lo que oficialmente declara el Gobierno-, tenga una tasa tan alta de mortalidad-morbilidad infantil como la actual, un 146 por cada mil nacidos; una tasa de escolarización que, pese a ser la más alta en el África del Sur del Sahara en la década de los sesenta, en la actualidad se encuentra entre las más bajas del Continente africano.
Cuatro décadas de explotación de cacao, café, madera y algunos minerales,- oro incluido, más dos de explotación de petróleo no han sido suficientes para erradicar el chabolismo en las ciudades; los servicios públicos vitales como el agua o la luz no alcancen al 65% de la población; la sanidad y las infraestructuras son deficientes y no invitan al optimismo, ni deberían contentar a ningún ciudadano que se precie de patriota cuerdo, incluidos los que ejercen el Poder en la República de Guinea Ecuatorial.
El problema de Guinea Ecuatorial en particular, y de África en general, se convierte en drama, cuando se observa , - más desde quienes lo vivimos desde Occidente – que más de una tercera parte de la materia prima que marca el desarrollo de los llamados países del Primer Mundo –altamente desarrollados-, viene de África y de sus respectivos países soberanos. Libertad, progreso y democracia no solo se predican en Occidente, si no que se reviven en el ambiente que éstos desarrollan en sus áreas de negociación. Pero para África y los africanos hay que predicar la misma letanía que en Europa, aunque en la práctica cotidiana, en los negocios de producción e interés económico, haya que potenciar la antítesis de los valores que se enuncian en occidente: en vez de libertad, opresión; al progreso hay que oponerle la explotación y a la democracia la consabida dictadura con la que colabora Occidente. Y para edulcorar la verdad, ofrecen un remedio: la llamada globalización, sustituto fiel de los famosos Programas Estructurales de Estabilidad del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que arruinaron a los países africanos.
Los cuarenta y tres años de vida independiente en Guinea Ecuatorial han bloqueado a la persona, a la familia y a la sociedad que permitieron su alumbramiento como Nación. Los primeros once años alimentaron la “nostalgia” sobre los dos siglos de colonización española: tan malo resultó ser MACIAS que diciéndose independientes, muchos políticos guineo-ecuatorianos expresaron en voz alta y clara su deseo de un posible regreso del colonizador. Pero el punto más álgido de la indignidad es lo que padece el País con la asunción de OBIANG a la Jefatura del Estado de la República de Guinea Ecuatorial. Con la mano dura con la que trata a los poco menos del millón de súbditos -que no ciudadanos- que se dice tiene Guinea Ecuatorial, muchos podemos afirmar, y afirmamos categóricamente en el día de hoy, que OBIANG ha hecho bueno a MACIAS, y ambos se han esforzado con ahínco en hacer santos a los colonizadores a pesar de todo el mal que nos hicieron. Mira que añorar tal crueldad como “ mal menor’’ sólo puede indicar el alto grado de desesperación y frustración de todos los pueblos de Guinea Ecuatorial que, en su camino por un mejor vivir, tienen enfrente la ardua lucha por la libertad de sus derechos que, en suma, es la lucha por la independencia, la lucha por la verdadera LIBERTAD.
Para esto, ¡SOS!, ayuda a Guinea Ecuatorial.
Madrid, 10 de octubre de 2011.
Por Victorino Bolekia Bonay, Vice-Presidente segundo y encargado del área económica del Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko. (MAIB).
Fuente: bosila