Por Donato Ndongo-Bidyogo
El dirigente ecuatoguineano, Teodoro Obiang visitó el pasado 14 de septiembre en Bruselas al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. Visita inscrita en el marco de la ´ofensiva diplomático´ concebida para lavar su imagen exterior, con cierto éxito en los últimos meses. Cosas del petróleo.
Han estado recientemente en Malabo los ex presidentes nigerianos Ibrahim Babangida y Yakuvu Gowon y el mandatario ghaneano, Jerry Rawlings. Y Obiang ha estrechado lazos con Mohamed VI de Marruecos, que sigue grantizando su seguridad. En Nueva York, el sorteo le deparó el honor de hablar en segundo lugar, tras Bill Clinton, en la ´Cumbre del Milenio´ organizada por la ONU.
Allí se entrevistó con el jefe de Gobierno español, José María Aznar, al parecer en un clima de
deshielo.
Obiang no obtuvo los 12 millones de euros negociados con la Unión Europea, retenidos por la
violación de los derechos humanos, aunque presentó un ´plan de gobernabilidad´ a cuyo éxito la UE ha condicionado su ayuda. Pero lo importante del encuentro fue su nuevo compromiso público de democratizar el pais y respetar los derechos humanos.
Tras 21 años de promesas incumplidas, es difícil creer en la palabra de Obiang. En todo caso,
su verdadero talante se evidenció al afirmar que ´en Guinea Ecuatorial no hay presos políticos´, cuando al menos 80 bubis siguen encarcelados a causa de los incidentes del 21 de enero de 1998; esos presos fueron trasladados forzosamente del penal de Black Beach, en Malabo, al de Evinayong, en el interior de la parte continental, donde apenas son alimentados. Que sepamos, hay otros cuatro ciudadanos encarcelados sin juicio desde mayo pasado, sólo por militar en el partido no legalizado Fuerza Demócrata Republicana. Dos de ellos han sido brutalmente torturados.
Mientras Obiang recorría medio mundo tratando de vender su falaz democracia, eran detenidas
arbitrariamente en Malabo otras dos personas: Francisco Nsué Macías, hijo del primer dictador
Francisco Macías -derrocado, juzgado y ejecutado-, e Isidoro Eyi Monsuy, ex viceprimer ministro y ex ministro de Interior y de Educación, antiguo ´hombre fuerte´ del régimen, hoy caído en desgracia.
Se les detuvo por ´conspiración´, consistente en transitar por los aledaños de la zona
presidencial; la información que tenemos es que Nsue Macías -militar formado en Corea del Norte y pacífico director general en el Ministerio de Obras Públicas- está siendo especialmente
maltratado.
Si no hay presos políticos en Guinea, que se lo pregunten a Augusto Mba-Sa, español de origen guineano, secuestrado el 17 de junio en el aeropuerto de Malabo a su llegada al país para asistir a los funerales de su padre. Permaneció dos meses en Black Beach sin cargos ni juicio, y torturado para que delatara supuestos planes de imaginarios golpes de Estado; según declaró al regresar a España a finales de agosto, tras una odisea increíble, fue interrogado en
presencia del propio Obiang. Comprendemos que las naciones desarrolladas cuiden sus relaciones con los paises productores de petróleo, club al que ya pertenece Guinea Ecuatorial, en el momento en que la crisis energética amenaza con una recesión económica. Pero debe haber límites, si no quieren que creamos que todos los políticos son inmorales, y los discursos vana palabrería.
Fuente: Mundo Negro, octubre 2000