Mediante la comunicación oral o escrita, se le conoce a una persona, tanto en su forma de expresar sus ideas como en la manera de ser y de pensar en la sociedad, y de este modo se le juzga. Por eso pienso que, a través de nuestras diversas y distintas publicaciones de prensa, el africano de a pie en Guinea Ecuatorial, nos va conociendo y, como tal, nos juzga y, a cada uno le da su merecido. Creo que éste es el primer eslabón por el que “trabajemos por y para una guinea mejor”.
Y cuando en Guinea Ecuatorial, se pretende hacer ver que nada se ha hecho hasta el presente, y que como tal, todo va por los derroteros y demás, a veces me pongo al espejo y me pregunto: ¿Es ésta la fórmula ideal y más adecuada para el arreglo de nuestras controversias internas? Observamos pues, y con bastante inquietud, que nuestro País, Guinea Ecuatorial, dentro de su actual situación económicamente privilegiada, no ha dejado de ser objeto de apetencias exógeno con segundas intenciones que, si nos dejamos llevar por la corriente egocéntrica, podremos ser una vez más objetos del caos y de la destrucción que, como consecuencia, sería nuestro retroceso a la miseria y a la indigencia. He aquí el otro móvil de que “trabajemos por y para una guinea mejor”. Ya que tú, yo, nosotros deseosos del cambio, ¿ nos es posible cosecharlo con apodos, calificativos denigrantes de toda ralea a las autoridades, llamamientos a la desobediencia civil de la población, formación de gobiernos en exilio y hasta con intentos de desestabilización del País? ¿ quién, con el látigo en la mano, llamó al perro y se le acercó?
No, diáspora guineana, no! Pues por una parte, éste no debe constituir el método lógico de nuestra convivencia socio-política interna; antes al contrario, debemos tomar nuestra conciencia de responsabilidad ante la historia, en el sentido de encauzar nuestros intereses hacia el logro de los objetivos comunes y no partidistas; aunando también los esfuerzos en la búsqueda de criterios susceptibles de un consenso mutuamente constructivo, sobre los temas candentes del País. Para ello pues, tenemos un común proverbio que dice: “No hay una mentira que no contenga alguna verdad, ni una verdad que no contenga una mentira.” Este es un paralelismo anecdótico vital, dentro del cual estamos todos inmersos, en nuestra andadura política de dichos y de hechos.
Por otra parte, merece subrayar aquí que, las ofensas personales con sus atributos y calificativos de desconsideración, en el contexto político, implican dos vertientes a saber: 1.-O somos niños (de 40 años), que en política nada saben, ni deben saber. 2.- O somos politicastros de una vida política cuyas reglas de juego noble, ignoramos la aplicación de esta preciosa ciencia. Por lo tanto, está claro como el agua que, con los apodos denigrantes y demás, no se consigue más que el desentendimiento, la división, el distanciamiento y el endurecimiento de posturas entre unos y otros. De aquí, la necesidad de que “trabajemos por y para una guinea mejor”.
Cuando nos holgamos de todos los atuendos democráticamente sociales para Guinea Ecuatorial, no deja de ser una tristeza constatar que, teniendo sucia nuestra propia casa, saltemos y vayamos primero a reprender al vecino, sobre el mal estado de la suya. Porque en este caso, uno se monta en alas de curiosidad por saber y preguntar: cuando, oligárquicamente, se forma en el exilio un seudo-gobierno compuesto únicamente de tíos, hijos, abuelos, sobrinos (as), cuñados (as),etc, (afectando a un país soberanamente independiente, si, de veras y teniendo en cuenta el Derecho Internacional Público, tal formación tiene sensatez), ¿qué es en relación con los otros líderes políticos y miembros de las demás formaciones políticas de la oposición, también en el exilio? ¿A caso éstos rehusaron de formar parte? Y si no, ¿por qué deliberadamente acusar al prójimo contra lo que somos incapaces de cumplir? ¿Es antidemocrática o no, esta práctica? Diáspora guineana, digamos y pensemos lo que se quiera, éstas son situaciones que nos delatan y nos ponen al descubierto ante el electorado; y, como tal, debemos presumir las consecuencias; en lugar de tildarlas a un hipotético fraude electoral por parte del gobierno
Cuando en las filas de la oposición lideraba el actual Presidente del Gobierno Español, D. R. ZAPATERO, nos consta no haber utilizado nunca palabras que, personalmente y fuera del contexto político, podían lesionar moralmente al Sr. Aznar, entonces presidente del Gobierno y del Pueblo español elegido. Nos consta que nunca buscó tomar el poder por métodos ilícitos y antidemocráticos que todos conocemos se practican en Guinea Ecuatorial. Nos consta que habló cara a cara con el gobierno popular. Nos consta que hizo propuestas constructivas al gobierno popular sobre Irak. En fin, Zapatero convenció a su electorado y el Pueblo español le votó. Motivos: Trabajó incansablemente para forjar la alternancia, que llegó dentro de los límites y procedimientos democráticamente establecidos y permitidos.
Y, pasando al otro lado del atlántico, cualquiera podría formular la siguiente pregunta: ¿Hasta cuándo la eterna oposición guineana dividida, va a tratar de jugar el mismo papel de los líderes opositores españoles, Rodrigo Zapatero ayer, y Mariano Rajoy hoy, en el sentido de reconocer primero al Gobierno del P.D.G.E. vigente, respetar luego sus leyes, Instituciones y Personalidades del Estado, al objeto de forjar la consecución de un diálogo mutuamente franco, en los debates para la solución de los asuntos de Estado de Guinea Ecuatorial?
Para terminar, cabe llamar aquí nuestra sana atención en el sentido de que, en Guinea Ecuatorial, un País pequeño donde todos nos conocemos, si bien somos hoy en día opositores auto-considerados como de la línea del frente, sin embargo, tampoco está en el polvo del olvido el que ayer fuimos también, fieles colaboradores al servicio de las dictaduras del pasado (el caso INFORTUR). Por lo tanto, no creo que seamos nosotros los más idóneos que, de una forma despiadada y radical, tengamos que desmarcar tal concepto; ya que, tanto el pasado no muy lejano como el presente, nos hacen atisbar inmersos, en el meollo mismo de la dictadura. Y, como consecuencia, “lavemos los trapos sucios en familia”; lo que es igual al título: “Trabajemos por y para una guinea mejor”.
A TI, LAS CONCLUSIONES Y CONSECUENCIAS, DIASPORA GUINEANA.
Fuente: Por Luis OBIANG MENGUE. Embajador