GUINEA ECUATORIAL | SOCIEDAD
El jefe militar de Mongomo es apaleado por mujeres vendedoras del mercado municipal
EL MUNI. SÁNCHEZ MEMBA. OYEM, 16|06|05
En una espontánea reacción en masa, las mujeres vendedoras del mercado municipal de la ciudad de Mongomo, agredieron la semana pasada al comandante jefe militar de la región, el teniente coronel Cayo Ondó Mbá Angué, según informaron este jueves a EL MUNI fuentes presenciales.
Las “pobres” mujeres reaccionaron así ante las “constantes” humillaciones que son objeto en los últimos meses por parte del jefe militar quien, evadiéndose de sus competencias, incursiona en el mercado municipal para “molestar” a vendedoras de bares, llevando a fuerza sus mercancías y amenazándolas de cárcel, por su silencio en denunciar a clientes sospechosos de criticar al régimen.
La semana pasada volvió a irrumpir en el mercado y cuando intentó brutalizar a una vendedora que le replicó, las demás reaccionaron en masa para defender a su compañera, derribando al suelo al temible comandante. No solo eso. Le propinaron bofetadas, le golpearon con platos, cucharas y tenedores, únicas armas de defensa que tenían a su alcance.
El mercado adquirió tintes revolucionarios cerca de media hora, hasta cuando los más cautos separaron la contienda. El comandante, humillado y reducido a delincuente común sorprendido in-fraganti, pidió refuerzo en el campamento de Kos-Ete y rápidamente intervino el batallón, armado hasta los dientes y detuvieron con toda brutalidad a decenas de mujeres, que luego serían conducidas a la cárcel de Bata. Fueron puestos en libertad dos días después por orden expresa del dictador, informan las fuentes.
En 2003, el temible Cayo, un asesino convicto y reputado torturador, fue destinado como jefe militar de Mongomo, el antiguo feudo del dictador convertido ya en zona enemiga, por la persecución desatada contra los nativos después de que los políticos de esta localidad fundaran FDR y se granjearon de la simpatía y adhesión de la mayoría de los provincianos.
Es mucha falta de respeto para un hombre considerado como dios de la nación.
La misión de Cayo en Mongomo es contrarrestar, con mano dura, la “indisciplina” desatada en la región contra el régimen y su máximo dirigente. Debe mantener un férreo control contra todo intento de disidencia, crítica o descontento hacia su amo y tiene licencia para torturar, encarcelar o asesinar, se comenta en círculos castrenses.
Si el régimen considera a Guinea Ecuatorial como una huerta de propiedad privada, Mongomo es su retrete. Los horribles crímenes que desde allí comete contra ciudadanos indefensos, no transcienden si quiera al resto del país ni mucho menos a la comunidad internacional. Poblados y contornos están desapareciendo y sólo quedan unos cuantos habitantes y el resto, o han sido asesinados, refugiados a Gabón y Camerún o están en prisión en absoluto estado de incomunicación.
La reacción de las mujeres de Mongomo no podía ser más en unas ciudadanas hartas de la barbarie que el régimen carga contra sus conciudadanos y quizás nadie más como ellas ha tenido la valentía de reconsiderar que, en medio del salvajismo y de la impunidad de un régimen como el de Obiang, llega un momento en que hay que decidir sobre la lucha o la rendición. Ellas han abierto el camino que deben seguir los demás.
Fuente: EL MUNI