GUINEA ECUATORIAL | NIGERIA
POLÍTICA
Tres refugiados políticos detenidos en Nigeria han sido secuestrados por el régimen de Malabo, denuncia la oposición
EL MUNI. 13|07|05
Florencio Elá Bibang y Antimo Edú, ex altos mandos del ejército, así como Felipe Esono Ntutumu, debaten entre la vida y la muerte en las peligrosas prisiones de Guinea Ecuatorial y algunas fuentes no descartan que hayan sido asesinados, después de que el pasado día tres de julio fueron secuestrados de Nigeria por la policía política de la dictadura, bajo la complicidad de las autoridades carcelarias de la prisión “Nigerian Army Intelligent Custody”, donde se encontraban recluidos desde el mes de mayo, denuncia en un extenso comunicado el partido Fuerza Demócrata Republicana.
Los tres hombres fueron detenidos el pasado mes de mayo en Nigeria, cuando intentaban dirigirse a Benín para pedir asilo político en dicho país, tras abandonar Camerún, por razones de seguridad, ya que desde allí denunciaron en numerosas ocasiones que el régimen había infiltrado a miembros de la seguridad para eliminarles.
Las primeras informaciones difundidas, que apuntaban que Florencio, Ántimo y Felipe, habrían sido detenidos en las costas nigerianas, han sido contrastadas con más detalles por una fuente próxima a la prisión “Nigerian Army Intelligent Custody”.
Según la fuente, contactada por EL MUNI, los refugiados salieron de Camerún con una embarcación casera (kenú), que habían alquilado por valor de 150.000 francos CFA y explicaron a su dueño, un ciudadano camerunés identificado como Jean de Dieu, que huían de su país por temor a ser asesinados por hombres enviados por la dictadura guineana.
Llegados a Nigeria por la noche, Jean de Dieu, que circula habitualmente en la zona, les ayudó a hospedar en un hostal, cuyo dueño dijo conocer porque en otras ocasiones le ha traído clientes. Al mismo tiempo, les tranquilizó con la promesa de que al día siguiente les ayudaría igualmente para cruzar la frontera terrestre entre Nigeria y Benín.
Sin embargo, nada de eso estaba en sus planes. El camerunés, creía que con este asunto podía ganar un gran botín y al día siguiente, se madrugó para localizar la embajada de Guinea Ecuatorial en Nigeria y ofertarles que había traído de su país a unos guineanos que gestionaban la compra de armas. Para ofrecertodos los datos, exigió la paga de 200.000 dólares, siempre según la fuente.
El embajador de Guinea en Lagos, Heriberto Mekó Mbengono, inmediatamente dio parte a Malabo, prometiendo al camerunés que esperase una delegación del régimen que traería consigo la cantidad exigida.
El Secretario de Estado de Defensa, Santiago Mauro y el director de Seguridad, Julián Ondó Nkumu, acudieron urgentemente a Lagos para ocuparse del tema. Poco antes, el embajador había comunicado a la policía la versión del camerunés que, según la fuente, ni cobró lo que pidió ni se quedó con las manos vacías, porque sólo le dieron 30.000 dólares en efectivo, cuando fue requerida por la policía para prestar testimonio de sus acusaciones.
En el hostal, cuando la policía detuvo a los refugiados, no halló en su poder ni armas ni dinero considerable para comprar armas, salvo los pocos francos CFA que llevaban para gastos de viaje.
En principio las autoridades nigerianas desistieron en entregarlos al régimen de Malabo y les acusaron de indocumentados y entrada ilegal en el territorio nigeriano, delitos que estaban pendientes de ser vistos por la justicia, a pesar de que habían esgrimido su condición de refugiados y que su objetivo no era quedarse en Nigeria, sino trasladarse a Benín, donde están exiliados otros compatriotas.
Según la fuente, a pesar de la insistencia de la dictadura, “legalmente y oficialmente, siempre Nigeria desistió en juzgarlos de tráfico de armas ni mucho menos extraditarlos a Guinea Ecuatorial”, por que no tienen acuerdos firmados al respecto.
Sin embargo, la dictadura no se retractó y comenzó a negociar por la vía del chantaje para sobornar a los responsables carcelarios. La misión fue encomendada al embajador, Heriberto Mekó, que últimamente llegó a un acuerdo de 2 millones de dólares, exigidos por los responsables penitenciarios de “Nigerian Army Intelligent Custody”, para acceder al chantaje. La fuente indicó que existen sospechas fundadas de que en la operación también tomaron parte algunas autoridades civiles de Lagos.
Ni las presiones de Amnistía Internacional ni de la oposición guineana, así como los abogados nigerianos contratados por Fuerza Demócrata Republicana, partido en que Antimo, Florencio y Felipe son simpatizantes, han hecho que los 2 millones caígan en saco roto, ni que las autoridades nigerianas actuaran conforme a la ley.
La República Federal de Nigeria, a pesar de haber accedido a la democracia plural, sigue siendo uno de los países más complejos y de reputada corrupción institucional en el mundo, donde la mafia, el clientelismo; la extorsión, oficial y callejera, siguen siendo el principal método de enriquecimiento ilícito tanto de los ciudadanos ordinarios que de las propias autoridades. Muy pocas cosas en el mundo pueden anteponerse al dinero sucio en los affaire del coloso africano. El actual presidente, Olusegun Obasanjo, para acceder al poder democráticamente, tuvo que pasar por esta vía y como en su día reconoció públicamente el intelectual y premio Nobel de la Literatura Wolo Soyinka, “ha ganado quien más dinero tenía”.
“Extraditados” a Malabo
El secuestro tuvo lugar el día tres de julio. Previamente, las víctimas fueron trasladadas hasta Abuja, capital económica de Nigeria. El régimen fletó un vuelo especial de la compañía Geasa, propiedad de la esposa del dictador, Constancia Mangué de Obiang.
Más de diez hombres de la policía política del régimen se trasladaron a Nigeria, entre ellos, el ministro de la Seguridad Nacional, Manuel Nguema Mbá y el Director de la Seguridad Presidencal, Julián Ondó Nkumu.
Este es el quinto secuestro que el régimen efectúa contra los refugiados políticos en los países vecinos, dos de ellos en Nigeria, después de Gabón, Camerún y Benín.
La compañía Geasa, comercialmente privada, funciona con cargo de las arcas del Estado, a través de la tesorería nacional, que asume todos sus gastos, incluido el pago de combustible. Todas sus transacciones y gastos dependen de la Tesorería general del Estado, mientras los beneficios se acumulan en la cuenta personal de la primera dama, según datos que constan en BEAC y en el banco camerunés CCEI-Bank.
En 1995, siempre con cargo de la tesorería, Geasa transfirió, a través de BEAC, unos 800.000 dólares en concepto de alquiler de su flota a una compañía rusa y en 2002, otra operación similar y de un monto más significativo fue llevado a cabo para la adquisición de un nuevo aparato.
Fuente: EL MUNI
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