Iba, como se lo dije a unos cuantos, a no responder la sarta de irresponsables e incongruentes afirmaciones que se hace sobre mí en el opúsculo infantil que se ha publicado en el periódico EL MUNI, pero, por aquello de “quien calla, otorga”, solo voy a hacer unas consideraciones que, por sí solas, demostrarán el carácter grotesco de dicho articulillo.
Primero intenté responder con enfado, pero comprendí la debilidad mental y complejos del autor, por eso lo hago con condescendencia, con cierto aire de perdón y de compasión.
Empezaré señalando que, para las acusaciones que plantea, el autor demuestra cobardía y alevosía al escudarse tras un anónimo y parapetarse, como una comadreja, tras las siglas de asopgelibre, porque entiendo que debería,, si estuviera convencido de la veracidad y seriedad de lo que dice, hacerse conocer, como el personaje que ha descubierto los manejos del Régimen, sus secuestros, sus órdenes de asesinato, etc.. Tal cosa no se ha producido, ha preferido esconderse, cubriéndose con su mentira y rumiando sus resentimientos. Falto de la suficiente capacidad intelectual para hacer un periodismo digo y serio, ha querido llamar la atención inventándose un cuento insulso en unas cuartillas sin importancia.
Vamos al análisis del documento,
El Embajador de Guinea Ecuatorial en el Reino Unido, con residencia en Londres (y no al revés, como lo escribe nuestro amigo) es imposible que se vea retratado en el panorama surrealista que ha diseñado nuestro aprendiz de periodista. Porque el Embajador Nze Nfumu no puede jactarse de secuestro alguno dado su total desconocimiento de que algo así se haya producido; es más, ni siquiera conoce a una sola de las personas que el quijotesco y alucinado personajillo cita en su escrito. Y para llevarnos a las “galeras turquesas” sitúa el secuestro en Benin y Nigeria ¡Dios mío, qué tortuosa imaginación!. En cuanto a lo del “intento de asesinato” a Manuel Moto Tomo que, según el autor, iba dirigido a su hermano mayor, Germán Moto Tomo, para que sepa que ha metido la pata hasta el muslo, si puede, que se acerque a los interesados y les pregunte si Agustín Nze Nfumu puede alegrarse de que hayan agredido a alguno de ellos. Quisiera que la respuesta, tuviera la valentía de publicarla también. Amén del hecho de que estoy plenamente convencido de que el Régimen de Guinea Ecuatorial nada tuvo que ver con esas acciones, como lo ha manifestó un comunicado del Gobierno de Guinea Ecuatorial.
Habla nuestro alienado autor de “una chica” en Barcelona; aquí se ha encaramado a las ramas de un okume. Aunque aquello constituiría una incursión malsana en mi vida privada, en la que él no tiene ningún derecho a meterse, lamento decepcionarle y decirle que calculó muy mal, porque, que yo sepa, no tengo ninguna “chica” viviendo en dicha ciudad española, lo cual no negaría si fuera verdad, pues ninguna amiga mía (hablo de amiga no de “chica”, como su vulgar vocabulario entiende las cosas) podría ser capaz de una falacia como la que describe el “Cervantes” de Asopgelibre (aunque creo que lo de libre debería empezar por dejar libre la mente de tortuosas maquinaciones, invenciones tendenciosas e irresponsables afirmaciones). Por la misma regla de tres, es, pues, imposible que haya hablado por teléfono con alguien allí, ni en los términos inventados por nuestro amigo ni en ningunos otros, desde que estoy en Londres (25 de abril de 2005). A nuestro amigo le han fallado, pues, los cálculos en cuanto a la designación de actriz y el escenario.
Bueno, y lo de Hombreeeeees!... Además de la risa que me produce, pues es una expresión propia de gente que, como me imagino, es del gremio de nuestro amigo, los que me conocen saben perfectamente que eso no saldría nunca de mi boca. El autor acaba de descubrirse con esa expresión y acaba de definir el carácter novelesco de su escrito, por lo que no tengo gran cosa que añadir.
Ha querido hacer periodismo de sensación, lo comprendo, pero se ha encontrado con los desechos de su propia mezquindad y de su ignorancia.
¿ No se ha dado cuenta nuestro amigo de que hay expresiones que se identifican con cierto tipo de personas?. Político, funcionario durante más de tres décadas, ¿no se ha dado cuenta nuestro escritor que, de ser cierto, no sería conversación que yo llevaría con una mujer y menos “una chica”? ¿Dónde tiene la cabeza el individuo ese?.
Gracias a Dios, y de eso estoy plenamente convencido, nada de eso es verdad y me produce satisfacción saber que ciertos desaprensivos están buscando argumentos para justificar fechorías como lo de la Embajada en Madrid…
Por lo demás, y no queriendo embarcarme en debates sin sentido, dejo al sano juicio de todos los que me conocen y de todos los que siguen nuestros escritos aquí que saquen sus conclusiones.
No tengo intención ninguna de justificarme pues uno intenta justificarse cuando reconoce el principio de un hecho; solo estoy indignado por la bajeza de ciertas personas y por la confusión que, sin vergüenza alguna, están dispuestas a generar entorno al tema de nuestro País.
Confío en que la comunidad internacional, los ecuatoguineanos, que nos conocen a todos, son suficientemente maduros para formarse un juicio propio sobre la naturaleza de los que aquí intervenimos con escritos.
Si defiendo, por convicción propia, a un régimen que no le gusta a unos cuantos, creo que es derecho que me asiste y deberían ser esos “grandes defensores del derecho” los primeros en reconocerlo…para dar el ejemplo. Pretender, por eso, recurrir a la mentira y a la difamación es, realmente, la peor abyección.
No creo que valga la pena referirme al resto de absurdeces, (enfermedades, muertes, etc) por no merecer la pena; porque prefiero mantener la cabeza fuera del barro y la mugre que envuelve a cierta gente.
Londres, 26 de julio de 2005
www.embarege-londres.org
Fuente: Embajada de Guinea Ecuatorial