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Todos los muertos señalan a Obiang Nguiem. Artículo de Severo Moto Nsá publicado por: F, amba amba el 27/07/2005 21:15:51 CET
Por Severo Moto Nsá. Madrid.- 27 de julio de 2005. Sé que a propósito de este comentario, con nombre propio, las relaciones entre el Gobierno socialista español y la tiranía de Obiang Nguema, el asesino, se deteriorarán más (si cabe). Pero también sé que (según me aseguran por todas partes...) estoy exiliado en un país, un Estado y una sociedad democrática y social de derecho. Por eso, guardo todos los respetos, cuidados y hasta miedos a España, mientras no me quiten el “status” de asilo político.
Pero otra cosa es que por estar asilado políticamente en un Estado social de derecho no pueda, ni deba, ni me dejen hablar de la tiranía de Obiang Nguema, esta especie de araña peluda que cada vez pare más semejantes en abundancia y superando incluso su capacidad de malicia y destrozo.(Teodorín etc...)
En algún artículo reciente he dejado claro la “admiración” del pueblo guineano por la gran categoría de “sepulturero” que engalana la personalidad de Obiang Nguiem. Enterrar muertos con prisa, para evitar ruidos, rumores, enfados y comentarios o tomas de postura (ya que no exigencias de responsabilidad) viene siendo una calidad y una característica del presidente de Guinea Ecuatorial, especialmente cuando las muertes, (multitudinarias o individuales) llevan consigo visos claros de haber sido provocadas. No le gusta a Obiang Nguema que los guineanos lloren a sus muertos. Eso crea alarma social y puede derivar en comentarios y acusaciones certeras hacia el gran asesino de Guinea Ecuatorial.
Corrían los años setenta. La tiranía de Macías, primer Presidente dictador de Guinea Ecuatorial, tío de Obiang Nguiem, el entonces factotum militar de la “revolución” emprendida por Macías. La sangre corría por las calles de Guinea Ecuatorial. Las detenciones de los “descontentos”, de los que no estaban de acuerdo con la “revolución” de Macías y su sobrino Obiang, eran la amarga comida diaria de los hambrientos guineanos que llenaban las cárceles-pudrideros (“Black-Beach”, de Malabo y “Modelo”, de Bata)
La población guineana que pretendía huir, a pié, selva adentro, en la parte continental, para refugiarse en Gabón o Cameroun, se encontraban con los mortíferos y profundos hoyos cavados y disimulados con malezas en las fronteras y eran destripados por las afiladas lanzas sembradas en el fondo de dichos hoyos.
Los guineanos que pretendían huir de la Isla de Fernando Poó y cruzar el mar hacia Cribi (Cameroun) en “cayucos” o fuerabordas de absoluta inseguridad, eran sepultados en las aguas del mar Atlántico.
Sabían ustedes que Obiang Nguiem disponía de una flota de cayucos, para “facilitar” la huida de despavoridos guineanos, con una doble intención: conocer y controlar a los guineanos que huían del terror de la tiranía, cobrarles el importe del viaje y finalmente pactar con el timonel del cayuco la tirada al agua del pasajero?
Saben Ustedes cómo murió el muy querido y simpático Jesús Ndongo (NDONGUITO), técnico de aviación y excepcional Relaciones Públicas del destartalado aeropuerto de Malabo? Pregúntenselo al annobonés, SALAS, el más afamado y conocido timonel de uno de los “cayucos” de la flota asesina de Obiang Nguiem Enem. Obiang Nguiem Enem disponía de una flota asesina de cayucos que, bajo la apariencia de ayudar a escapar a la gente le servía para hacer dinero y para asesinar. Hay muy pocas empresas en Guinea Ecuatorial que funcionen y que no lleven entre sus dueños y gestores la sangre de Obiang Nguiem Enem o su misma presencia insaciable.
Obiang Nguiem Enem, terrible sepulturero, es alérgico a que la gente llore por los muertos. Hace todo lo posible para que todos los muertos que le puedan afectar como inductor o artífice, sean enterrados, como mucho, con gran solemnidad oficial y, desde luego sin manifestaciones de protesta o llanto de impotencia. ¿Recuerdan la muerte de Germán MAÑE, ese joven y dinámico banquero guineano que cometió el “terrible error” de comprarse un coche parecido al del entonces Teniente Coronel, Obiang Nguiem Enem. Prohibido entregar el cadáver a su familia. Prohibido llorarle. Entierro solemne y... a por el siguiente entierro. ¿Les suena el nombre de Pedro MOTU MAMIAGA? Atrapado en el Hotel Ureka de Malabo, tirado por las escaleras del hotel, llevado al campamento marroquí, “Rabat”, luego al Hospital de Malabo; destripado (ante la mirada aterrada de una enfermera, con Armengol Ondo Nguema controlando la puerta de entrada) Prohibido que le lloren los suyos. El cadáver, poco antes de ser llevado al cementerio, fue levemente ojeado por los familiares, solo para verificar que era efectivamente él. Y...a por otro entierro. ¿Quieren más nombres? ¿Dudan todavía de que Obiang Nguiem Enem es capaz de tener empresas de muerte y de que es alérgico al llanto de los familiares de los muertos ofrecidos en sacrificio?
En algún informe aparecido en una de las páginas de internet dedicadas a Guinea Ecuatorial, he leído una especie de breve biografía del Padre de Obiang Nguiem Enem, Sima ENEM, gabonés que, por negarse a cumplir las normas coloniales gabonesas se escapó y buscó refugio en Guinea Ecuatorial; donde se pasó más de la mitad de su vida de cárcel en cárcel, considerado como un consagrado delincuente (robos y homicidios). Su vástago, convertido en Presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguiem Enem, nunca ha ido a la cárcel; pero ha convertido a Guinea Ecuatorial en una gran cárcel (quizás para vengar a su padre, en inocentes guineanos que nada tuvieron que ver con las leyes coloniales de entonces) Obiang Nguiem Enem, al igual que su progenitor ha dejado muy buena muestra de haber imitado y superado con creces a su padre (Robos y asesinatos a mansalva.
Para desesperación y terror del pueblo guineano los vástagos y progenie de Obiang Nguiem Enem (Teodorín..., por ejemplo) han comenzado a demostrarnos que pueden superar con mucho a su padre en el gasto del dinero robado, en el uso de la pistola, en la consumición de la que en Guinea se apellida “hierba de la inteligencia”: droga.
Lejos de lamentarnos y considerar que nuestro país está condenado por el sino, o soltado de la mano del Buen Dios, nos toca reaccionar, como lo haría cualquier pueblo y evitar que una delictiva cadena de Presidentes ladrones y asesinos, se institucionalice en nuestro país, con la desaparición de Obiang Nguiem Enem, por abandono, por fuga o por muerte de cáncer. ¡Basta ya. Cambio, ya!
Fuente: Gobierno en el exilio
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