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Tercer movimiento Una sinfonía por Guinea Ecuatorial publicado por: F, amba amba el 30/07/2005 22:22:50 CET
Diario Las Provincias.
CARLOS GENER GALBIS/
Pasando el ecuador de esta sinfonía por Guinea Ecuatorial, por supuesto, la actualidad de las noticias sigue a buen ritmo. Sin ir más lejos, la prensa internacional y nacional informó hace pocos días de los dispendios de Teodorín , el vástago play boy de Teodoro Obiang Nguema. El nene, en el último fin de semana que pasó en Ciudad del Cabo (Suráfrica), se gastó la friolera de 1,25 millones de euros en coches, alojamiento y ocio, por decirlo finamente. Mientras, sus conciudadanos guineanos mal viven con un pelín más de un dólar al día.
La clase política guineana, corrupta y megalómana, vive en la abundancia y lleva una vida disipada; mientras, conducen ostentosamente vehículos Mercedes, Bentley o Lamborghini. Pero... ¿se sienten seguros? No. La guerra de todos contra todos, bellum omnium contra omnes , sigue funcionando. La herencia de Macías, transformado ahora en un tétrico espíritu que lo impregna todo, sigue presente. Es lo que se ha denominado el síndrome Macías . Miedo a decir lo que se piensa, a disentir; desconfianza de todos hacia todos, pues cualquiera puede ser un delator, un chivato. La verdad cuesta la vida.
El poder otorga favores a los delatores. Herencia del periodo maciista, el régimen mantiene a la nueva versión de las juventudes de Macías , auténticos escuadrones de la muerte en versión guineoecuatoriana, los actualmente llamados ninjas , asunto que resultaría del TBO si no fuera por sus salvajes actuaciones. Estas fuerzas paramilitares apoyadas por el régimen, actúan fuera de la ley y han sido armadas y entrenadas por Francia. Lo que hay allí no es paz real, es una paz de camposanto.
Todos los chivatos obtienen pingües beneficios de sus delaciones. Dinero, protección mafiosa, se hace la vista gorda a sus trapicheos y negocietes, estraperlo, etc. De los que, naturalmente, la cúpula policial moja.
Diversas empresas, la mayor parte pertenecientes a libaneses, garantizan su permanencia y sus inversiones pagando el impuesto revolucionario, por lo que reciben un trato de favor que les permite actuar con impunidad. Entre ellas las empresas Ecuatoguineana Trading Co., Pizza Place, Restaurante Club Náutico, Gaby Suggar, ABM, etc. Por otro lado, pagan el módico canon de admitir como socios de sus empresas, sin pago de las acciones, a los personajes importantes del régimen, como el propio presidente Obiang y sus familiares, entre ellos su primo Alandi, su hermano Armengol Ondó Nguema y su yerno Angabi. Así todo queda en casa; la cleptocracia más cara dura elevada a la enésima potencia.
Algunos residentes españoles también contribuyen al mantenimiento de este sistema corrupto, con el pago del impuesto , por ejemplo, en el sector del cacao Casa Mayo y Casa Mora, en la construcción Coesga, en servicios Paje Ibérica, y Colonial Santi. Conocedores desde hace años de la realidad guineana, se mueven como pez en el agua dentro de este tremendo embrollo de delaciones y corrupción. Todo vale. Con su dinero contribuyen a mantener este régimen. Como soplones de élite son corresponsables de lo que está sucediendo en Guinea Ecuatorial. Una técnica habitual utilizada por ellos es el concubinato con mujeres de Mongomó, cuanto más próximas al clan presidencial mejor. Lo que subyace en este modo de actuar es su inveterado desprecio a los nativos, que no es de ahora, viene de antiguo. Ya saben, se llama racismo.
Para hablar de los españoles que allí están y actúan honestamente, les citaré literalmente las palabras de Fermín Nguema y Juan Balboa, en su libro La transición de Guinea Ecuatorial. Historia de un fracaso : “Como en la viña del Señor, en este periodo histórico (1979-1996) en Guinea Ecuatorial hay de todo: afortunadamente coexisten con esas cizañas españoles honestos que hacen patria. Hombres que, con sacrificio, levantan la enseña de su país y se configuran como las verdaderas piezas claves de unión y solidaridad del noble pueblo español con el de la República de Guinea Ecuatorial [...]. Al menos estos no se dedican a justificar toda esa represión y corrupción institucionalizada ante diplomáticos y periodistas de su propio país, en medio de fastuosas fiestas y comilonas organizadas como decorado a tal efecto, o aprovechando que se lleva a tan ilustres personajes a alguna excursión en velero o yate”.
Mientras todo esto sucede, ¿qué ocurre con el pueblo llano? Pues que vive en la mendicidad. Niños famélicos buscan en la calle su alimento o se dedican a vender minucias o ropa usada, mientras debían estar en la escuela. Igual ocurre con la mayoría de los hombres y mujeres en edad laboral. Sin embargo, el rotativo Capes Times , de Johannesburgo, que dio inicialmente la noticia sobre los dispendios de Teodorín, cosa ya conocida, habla del elevado crecimiento económico de Guinea Ecuatorial en los últimos años. Evidentemente, se aprecia que crecimiento económico es una frase que ignora alegremente un hecho real, la mendicidad encubierta en Guinea Ecuatorial que alcanza a la mayor parte de la población, excepto a los miembros del clan y sus amigos. No obstante, aunque estos circulan con carísimos automóviles, los hacen por las calles sucias y destrozadas de la capital. Si esta es la situación que se vive en la capital, ¿cómo será la que se vive en los poblados? La población sobrevive gracias a que la tierra es fertilísima y se conforman con poco.
Los derroches del play boy Teodorín ya son legendarios, pero no son los únicos; por ejemplo, el famoso Alandi el guapo , de nombre Santiago Eneme Owono, sobrino del presidente, dio una fabulosa fiesta para celebrar que había ahorrado en su cuenta, por supuesto en un banco extranjero, cien millones de francos Cfs. Claro, omitiendo el detalle de que tan virtuoso ahorrillo procede del expolio sistemático de las arcas públicas.
Mientras tanto, el pueblo guineano en general vive en una pobreza extrema, sufre de nuevo el paludismo y ha aparecido el cólera. También se han dado ya casos de sida, enfermedad que nunca existió allí. Pobre Guinea.
Fuente: Diario Las Provincias
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