Les recomiendo lean en las páginas de opinión del diario EL PAIS, en su
edición de hoy, un magnífico artículo de Moisés Naím, ex ministro
venezolano y director de la revista Foreing Policy en Washington.
El título es muy sugerente y anticipatorio del contenido de este
análisis sobre la ONU básicamente centrado en la Comisión de Derechos Humanos
de dicha organización:¿Serán Bolton y Mugabe la salvación de la ONU?
La falta de tiempo me impide elaborar un resumen del mismo, pero ahora
creo que se accede a la edición digital de dicho rotativo sin necesidad
de ser suscriptor.
Considero de una gran importancia este artículo, sobre todo despues de
haber asistido a tres ediciones de la Comisión en Ginebra, y comparto
lo reflejado por Naím, quien señala en relación con dos nombramientos
recientes en la organización,el de Mugabe y Bolton, que:
”Si semejante grado de hipocresía se considera aceptable, e incluso
normal, en los círculos de la ONU, dan ganas de decir que Bolton y
Naciones Unidas se merecen mutuamente. Es más, al enterarse de todo esto, uno
siente la tentación de mandar al diablo todo lo relacionado con la ONU
e ignorar la triste y costosa charada que interpretan cada año los más
de 3.000 delegados que asisten a las reuniones de la Comisión de
Derechos Humanos. Pero caer en esa tentación sería un error.
Un error porque, a pesar de sus fallos, la necesidad que tiene el mundo
de organismos como Naciones Unidas es cada vez mayor. Los necesitamos
pese a que son lentos, costosos, a menudo ineficaces, un poco ridículos
y, a veces, corruptos. Ningún país puede hacer nada por sí solo para
disminuir los problemas cada vez más evidentes y más numerosos
-contaminación atmosférica, tráfico de personas, proliferación nuclear, por
nombrar unos pocos-, que tienen una dimensión mundial y necesitan soluciones
también mundiales”.
Finaliza el político venezolano su artículo, con un llamamiento a la
sociedad civil mundial que debería tenerse muy en cuenta y poner en
marcha:
”Los líderes mundiales se han acostumbrado a coexistir con una ONU
débil, ineficaz y llena de problemas. Y los ciudadanos del mundo, en
general, se muestran apáticos frente a estas organizaciones. Pero la reforma
de la ONU no será resultado de los esfuerzos de ningún individuo en
concreto; desde luego, ni de un secretario general que resulta irritante
de puro diplomático ni de un embajador estadounidense gritón y
acostumbrado a la intimidación como forma de actuar. El cambio sólo se producirá
cuando los Gobiernos y sus ciudadanos -usted y yo- adquieran conciencia
de que el futuro depende, en parte, de cómo funcione la ONU. Si Bolton
y Mugabe, con su comportamiento, ayudan a crear esa conciencia, tal vez
sean lo mejor que le haya ocurrido jamás a la ONU”.
Yo, humildemente, lo he manifestado reiteradamente en tantas ocasiones
como se han presentado. La sociedad civil ha de ocuparse y preocuparse
de cómo funciona la ONU por medio de las organizaciones no
gubernamentales. Unas organizaciones con espíritu constructivo, comprometido en la
defensa de todo aquello que mejore a la sociedad y por supuesto,
quienes formen parte de ellas deben dejar de lado intereses y protagonismos
personales que tanto prevalecen en la actualidad. Tambien en ese campo
es necesario un nuevo replantamiento y cambio. Porque tras haber
conocido el funcionamiento de algunas de ellas considero que pocas o nulas
aportaciones han hecho en mejorar la situación.
Cordialmente,
Rafi de la Torre, co-fundadora de Periodistas Independientes.
Fuente: PERIODISTAS INDEPENDIENTES