Longitud 3 grados 45 minutos 13,36 segundos Norte, latitud 8 grados 45 minutos 52,89 segundos Este

Estas son las coordenadas del palacete privado que Obiang ha construido en el camino al aeropuerto de Malabo. Se halla justo donde Martín del Molino y Panyella dijeron moraban los antepasados pobladores del Litoral norte de la isla, el yacimiento de las Carboneras, allá por el año 560 antes de Cristo. Con ello Obiang pretendía hacerse con las fuerzas mágicas de los antiguos isleños.

Obiang ha violado el espacio de las Carboneras, un yacimiento que debería haber sido protegido por representar una de las referencias arqueológicas más antiguas de la isla boobe. Igualmente violó las propiedades de los antiguos dueños, pues esta zona pertenecía a la Compañía Colonial Africana C.C.A, que puso sus fincas de cacao un poco más adelante para respetar la zona del yacimiento arqueológico.

Desde el riachuelo que se encuentra poco antes de la mansión de Obiang hasta el mar en el este de la isla cruzando el aeropuerto, ha sido la zona más expoliada por la familia Obiang.

Enfrente del palacete del dictador se encuentra el palacete de su mujer Constancia Mangue Okomo y desde ahí, siguiendo hacia el aeropuerto, se encuentra el complejo que Obiang, usando fondos públicos, hizo construir bajo el nombre de ABAYAK. Abayak fué primero un proyecto urbanístico y ahora es un imperio que controla toda la economía del país: barcos, constructoras, gas y petróleo, bancos, transporte aéreo, telecomunicación, inmobiliaria, servicios, etc. No hay apenas una empresa extranjera en Guinea que no esté participada por Abayak, que es Obiang en persona.
La empresa AMPCO se halla ubicada justo donde se encontraba la hacienda de Cacahual. Armengol Ondo Nguema acaba de tomar la zona Mongola que se encuentra justo en la línea de prolongación de la pista, cerca de las viviendas de los filipinos (la antigua zona Buena Esperanza).

Todavía recordamos, a pesar de que la tribu ha querido borrar nuestras memorias, los nombres de Viuda Montero, Villa Mercedes, Casajuana, Moritz , La Vigatana, Livano Vaz Serra, Caifer, Antonio Diaz, Pérez y Compañía, Muñoz y Gala, Los Pinto, Potau, Cegui, Begoña Cacahual, Mongola, Frapejo, etc.

Ahora en la isla hay otros nombres: Mobil Equatorial Guinea, Vanco Equatorial Guinea, Schlumberger, Scot Valves, Seacor Marine, Seaweld Engineering Sedco Forex, Weatherford, Cameron Equatorial Guinea, Marathon, ABB Vetco, Atlas Petroleum, FMC Energy, Global Santa Fe, Halliburton International, H&P Helmerich & Payne, Intertek Testing Services, Petronas Gariyali, Roc Oil Tide Water, Q&Q Control Services, MI drilling Fluids, Amerada Hess, Noble Energy, etc. Pero esta vez en lugar de que esas empresas obtengan las tierras y edificios mediante una concesión estatal al amparo de la Ley, como hizo el gobierno colonial en su tiempo, ahora Obiang, la única ley sin Ley, les ha vendido tierras apropiadas por él con el poder de las armas, tierras que tenían sus dueños o que eran usufructo de los moradores de Malabo, Sampaka y Basupú, dándose así el mayor expolio jamás conocido en la historia moderna.

Después del complejo Abayak, donde Obiang ha forzado el alquiler a muchas de esas compañías petrolíferas y gasísticas, se encuentra El Paraiso, una zona propiedad de Ondo Nkumu, el Director general de la seguridad presidencial y familiar directo de Obiang. Ondo Nkumu es, después de Cayo Ondo, recientemente encarcelado, el mayor torturador de Guinea. Las tierras ocupadas por Ondo Nkumu están compartidas por Angabi, el gordo ex-alcalde que está casado con la sobrina de Obiang. En medio se encuentra la Embajada de Estados Unidos. Enfrente de los dominios de Ondo Nkumu, al otro lado de la carretera y al final de los dominios que forman el palacete de Obiang, se encuentran las tierras ocupadas por la suegra de Ondo Nkumu.

Teodorín también comparte el complejo Abayak y junto a la carretera, cerca del palacete de su madre, planea instalar la sede la emisora Radio Asonga de Malabo.

Antes del palacete de Obiang, al otro lado del riachuelo y al lado de la costa, Obiang ha asentado a sus más cercanos, como la madre de Gabriel Mbega Nguema Lima, ex-amante de Obiang de origen santomé, el ex-primer ministro Seriche Bioko y el omnipresente yerno Angabi. Esta zona era propiedad del estado, concretamente del ministerio de industria. Su cercanía a los depósitos de la antigua ALADA obligaba a no construir, pero en todo caso esas tierras eran de dominio estatal y no debían ser enajenadas.

Tras los sucesos de marzo de 1969, los españoles de origen peninsular y canario abandonaron Guinea en una huida caótica. Pensaban volver cuando las aguas se apaciguaran, pero nunca pudieron volver. Sus propiedades dejaron de producir aunque algunos nombraron gestores entre los guineanos con experiencia, como el annobonés Mun.

Macías nunca tocó las propiedades aunque muchas fincas de cacao fueron explotadas por la necesidad que tenía el gobierno de divisas. Muchos miembros del gobierno, desde el nivel de director general, se hicieron cargo de las explotaciones usando como mano de obra a los prisioneros políticos y finalmente, se trajo de manera forzosa mano de obra de le región continental, fangs en su mayoría, que se desparramaron por las fincas de cacao trayendo sus formas de vida, en las que la selva -que apenas existe en la isla- proveía todas las necesidades.

Tras el golpe, Obiang negoció con España la reposición de los bienes abandonados. Fue un auténtico engaño para que Obiang pudiera iniciar la apropiación de las mejores tierras. Tras varios intentos costosos por hacerse con los bienes que habían dejado en la isla, los antiguos propietarios desistieron finalmente y en mayo de 1984, Obiang, mediante decretos presidenciales, fué distribuyendo de forma fraudulenta supuestas tierras reconvertidas a estatales a sí mismo, a su familia y a los miembros destacados del clan de Mongomo: Isidoro Eyí Mónsuy, Benjamín Edjang Mangue, Miguel Oyono Ndong Mifumu, Ángel Alogo Nchama, Juan Oló Mbá, Martín Nká Esono, Vicente Ondó Obono, Luciano Edjang Mbó, Julio Ndong Ela, Marcelino Nguema Ongueme, Felipe Ovono Meñana, etc. Para Emiliano Buale, ingeniero agrónomo por Lausane, el decreto de Obiang de 31 de enero de 1985 era contrario a la constitución. El 3 de abril de ese mismo año Obiang se autovendió la finca Caifer de 150 hectáreas por sólo 140 mil pesetas, mediante un decreto firmado por él mismo.

Según la Comunidad de Españoles con Intereses en África (CEIA) que agrupaba unas 500 empresas de españoles, las propiedades abandonadas en 1968 estaban valoradas entonces en unos once mil millones de pesetas, entre cacaotales, cafetales, palmerales, bananeras, bosques, granjas, pastos y otros cultivos, solares y edificios. El valor en 1979, con la incorporación de los bienes de los terratenientes, era de 50 mil millones de pesetas, el total de los intereses económicos de los antiguos propietarios.

En esta valoración no se incluían los bienes de los guineanos que fueron expoliados como los Collins, Jones, Pinto, Dougan, etc. compuestos por solares, edificios y cacaotales en Malabo y Luba.

Una valoración del expolio de la familia Obiang debe incluir el expolio a los propietarios españoles, a los propietarios guineanos, al estado guineano y a las comunidades bubis de Sampaka y Basupú.

Puede argumentarse que las propiedades de los españoles fueron en su dia tierras de los moradores boobe que hacían usufructo de ellas y eran de dominio comunal, como es norma consuetudinaria tanto en la isla como en el continente. Pero esta argumentación no avala el expolio de la familia de Obiang. Las tierras de dominio comunal -que no estatal- deben reintegrarse a su dominio original o resarcir a las comunidades afectadas en sus derechos violados. La lógica es que si los españoles no han podido recuperar sus bienes, éstos pasan, en derecho, a dominio comunal -que no estatal- y por tanto debe devolverse a las comunidades o habitantes guineanos de Malabo, Sampaka y Basupú. El estado no es propietario de las tierras sino que son de dominio -no hay propiedad- de las comunidades vecinales para su usufructo, según el derecho bubi y fang sobre bosques. El Estado , previo acuerdo con las comunidades nativas y de acuerdo siempre a la Ley, puede otorgar concesiones que duran lo que dura una explotación, pero nunca pasan a propiedad privada salvo las fincas habitables (urbanas).

A mayor tiempo de ocupación delictiva, mayor valor será el resarcimiento que en su día exija un auténtico Estado de Derecho a los actuales usurpadores. En ese Estado el derecho provendrá de los representantes del pueblo libremente elegidos.

Podemos aventurar una estimación de 2 mil millones de euros el valor actual del expolio que continua llevando a cabo la familia Obiang en la isla.


Fuente: propia

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